Los recientes problemas del megaproyecto portuario de China en Chancay, Perú, han renovado la preocupación por la deficiente mano de obra de las empresas chinas, así como por los verdaderos motivos de China para participar en lo que se prevé que sea un importante centro comercial en la región.
A mediados de mayo, tras un deslizamiento de tierras en una de las obras de construcción del túnel del puerto, que provocó el derrumbe de varias casas y calles en la cercana localidad de Peralvillo y obligó a la empresa a suspender las obras, la Fiscalía de Perú abrió una investigación sobre la empresa estatal china China Cosco Shipping Ports Ltd. También se ordenó a la empresa que informara sobre las obras que viene realizando, informó Mercopress.
Como parte del proyecto, Cosco está construyendo un túnel de 1,8 kilómetros bajo la localidad de Peralvillo, en la ciudad de Chancay, para conectar el puerto con una carretera. El proyecto, que será el más grande de la región, con una inversión de USD 3500 millones, incluirá 15 terminales para movilizar más de 5 millones de contenedores anuales. Incluso recibirá los buques de carga más grandes del mundo, informó el sitio argentino de noticias Todo Noticias.
Este no es ni mucho menos el único problema al que se ha enfrentado el proyecto. En octubre de 2022, la construcción del túnel provocó el derrumbe parcial de una calle de esa misma localidad, lo que hizo temer por la seguridad de los habitantes. Según AmericaTV de Perú, Cosco culpó de los problemas a las malas construcciones de la ciudad.
“Se sintió como un terremoto”, dijo una residente del pueblo al diario peruano Gestión en un vídeo, con la voz temblorosa.
Las explosiones utilizadas para allanar el terreno para desarrollar el megapuerto también han provocado el agrietamiento de las paredes de muchas casas. Además, a finales de 2022, el Comité de Vigilancia Ambiental del Humedal Santa Rosa Chancay advirtió de que la construcción estaba afectando a la flora y fauna de la zona protegida.
También preocupa la creciente presencia de China en la región y el posible doble uso del puerto.
“La construcción de puertos de China está ligada a sus intereses económicos para explotar, maximizar y controlar rutas logísticas globales, como parte de la Franja y la Ruta, para preservar su seguridad alimentaria y energética”, dijo el 19 de julio a Diálogo Sergio M. Cesarín, coordinador del Centro de Estudios sobre Asia del Pacífico e India, de la Universidad Nacional de Tres de Febrero en Argentina.
La nueva terminal se convertirá en uno de los principales puertos de salida para los productos que la región exporta a China, incluyendo cobre y otros minerales. Asimismo, conectará a Chile, Colombia y Ecuador, reportó el diario peruano La República el 13 de julio.
“Estamos cediendo soberanía en el mar y en la tierra, ¿por qué tiene que ser China el que tenga el control de este lugar estratégico y no el gobierno peruano?”, preguntó a Todo Noticias de Argentina Miriam Arce, secretaria de la organización Frente de Defensa de Chancay, el grupo de vecinos que más de cerca sigue el avance del puerto.
Todo Noticias reportó que el Estado peruano no tiene influencia en el terreno, que fue vendido a la empresa minera local Volcán, quien al no poder construir el puerto, vendió el 60 por ciento de las acciones a Cosco Shipping Ports en 2019. Todas las decisiones de la obra son ahora de China.
Recopilación de inteligencia
Varias empresas chinas administran terminales portuarias a nivel global (como Cosco), siendo algunas preferidas por la Armada del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China. Aunque su enfoque principal es comercial, estas instalaciones también habilitan al EPL para llevar a cabo diversas operaciones en tiempo de paz lejos de sus costas, señala el laboratorio de ideas estadounidense Carnegie Endowment for International Peace.
También indica que esta red portuaria sirve de plataforma para la recopilación de inteligencia. En el período normal, los operadores portuarios obtienen información detallada sobre buques, rutas, cargas y otra información que podría tener valor para la inteligencia militar, especialmente cuando buques militares visitan puertos comerciales.
“China hace espionaje permanente de todo lo que pasa en el mundo. Todo esto pasa frente a nuestras narices y cuesta verlo, pero hay que verlo”, dijo a Infobae Agustín Barletti, periodista argentino y autor del libro El Hambre del Dragón: El plan de China para comerse al mundo. “Está haciendo un desequilibrio geopolítico colosal en una zona súper caliente”.
“Con el creciente aumento de los intereses chinos en el mundo, China muestra preocupación por defender estos intereses de una posible agresión”, aseguró Cesarín. “En muchos casos, algunos de sus puertos podrían tener un propósito para el despliegue de poder militar, principalmente de carácter aeronaval”.
Las intenciones militares del régimen chino son turbias. Pero el presidente Xi Jinping dejó muy claro que tiene la intención de que China tome el centro del escenario en el mundo, indica la revista financiera estadounidense Barron’s. Los puertos marítimos de Pekín en el mundo son un riesgo geopolítico oculto.
China tiene una base militar en Djibouti, en el Cuerno de África, y plantea establecer otra en el norte del recinto de Ream, Camboya, en el Golfo de Tailandia, para controlar los pasajes interoceánicos en el área tensa de Asia, como los estrechos de Malaca y Makassar.
Los activos portuarios comerciales de las empresas chinas son una parte esencial del rompecabezas para los planificadores del EPL, que deben cumplir con las demandas de su gobierno para proyectar poder en el extranjero, refiere Carnegie Endowment.
Dependencia financiera
China también ejerce un “poder blando” a través de la financiación y la construcción de puertos en países desesperados por el desarrollo, señala el portal del laboratorio de ideas estadounidense Council on Foreign Relations. “Pekín no es un actor inocente, algo que en Latinoamérica parece que no entendemos todavía”, agregó Cesarín.
“Usa todo su poder blando y duro para presionar. Evidentemente la dependencia financiera que puede derivar en la trampa de la deuda funciona porque esa dependencia creada impone condiciones y esas condiciones se dan bajo presión”, aseguró Cesarín. “La represalia económica existe”.
La creciente dependencia comercial con China representa un desafío significativo para nuestras economías, y cualquier medida de represalia o acción que Pekín emprenda tendrá un impacto directo en nuestras exportaciones y ventas, comentó Cesarín. Este es un mecanismo que China mantiene con todos los países.
Latinoamérica está muy implicado dentro de los planes de expansión de infraestructura portuaria de China, detalló. De los 100 puertos más importantes en el mundo, firmas chinas controlan 57 de esos grandes puertos.
Estrategias
Según Barron´s, hay tres estrategias para contrarrestar la amenaza naval china: La primera es desarrollar un plan basado en la Asociación de las Américas para la Prosperidad Económica, anunciado en enero, para negociar acuerdos para adelantarse a las inversiones en infraestructura china en la región.
Otra es aprovechar el Marco Económico para la Prosperidad del Indo-Pacífico, lanzado en mayo para atraer a países estratégicos de Asia, incluyendo Camboya. Luego se deben desarrollar contramedidas contra la iniciativa de la Franja y la Ruta de China, que ya enfrenta reveses, escases de fondos y retroceso político, estancando varios proyectos.