Empresas chinas respaldadas por el acceso privilegiado al capital estatal de su Gobierno financian, construyen y operan numerosos puertos alrededor del mundo. Son operaciones que generan una serie de enormes riesgos para los Estados portuarios receptores, indica un reporte reciente publicado por la revista especializada Marine Policy.
Durante la última década, China realizó significativas inversiones con su iniciativa de la Franja y la Ruta, en proyectos de desarrollo portuario en el extranjero. Las inversiones chinas distorsionan principios de mercado y plantean riesgos económicos, estratégicos y políticos.
“China continúa invirtiendo para controlar los puertos extranjeros”, dijo el 19 de julio a Diálogo el experto en Latinoamérica Luis Fleischman, profesor de sociología de la Universidad Estatal de Palm Beach, Florida. “En Panamá tiene una fuerte presencia y está negociando con varios países de Latinoamérica todo tipo de tratamiento de navegación, para tener ventajas estratégicas”.
Marine Policy identifica cuatro de esos riesgos: exceso de capacidad portuaria, atrapamiento militar, espionaje comercial y militar y coerción económica. La inversión dirigida por el Gobierno chino conlleva un perfil de riesgo único, distinto de la inversión directa privada, destaca.
Capacidad portuaria
El financiamiento chino impulsado por presiones políticas y no por razones puramente comerciales puede generar exceso de oferta en los Estados portuarios receptores. Por ejemplo, el puerto de Hambantota en Sri Lanka, sufragado con USD 1500 millones, tuvo una operación baja en 2018, manejando solo un barco al día, generando pérdidas anuales de unos USD 60 millones, dice Marine Policy.
El Gobierno insular se vio obligado a entregar el puerto de Hambantota a una empresa estatal china en un “contrato de arrendamiento de 99 años” debido a la incapacidad para pagar la deuda china y al bajo rendimiento de la infraestructura portuaria, indica Voz de América.
Trampa militar
Estos puertos se consideran activos de doble uso, lo que expone a los países portuarios a riesgos únicos. Si los activos de las empresas chinas están en un plan de batalla de la Armada del Ejército Popular de Liberación, desde suministro hasta apoyo directo al combate, el Estado-puerto podría quedar atrapado, refiere Marine Policy en su informe.
Si apoya las operaciones de combate, los contrarios de China podrían verlo como un enemigo y sería objeto de ataque, refiere. Si rechaza las operaciones de combate en sus aguas territoriales, Pekín podría considerarlo una amenaza y responder con represalias económicas, diplomáticas o militares.
Muchos de los puertos marítimos desarrollados por empresas chinas estatales cumplen con requisitos militares mínimos, como diques secos para reparaciones, profundidades de atraque de al menos 10 metros y un muelle lo suficientemente grande para los buques más grandes de la Armada de China, detalla la revista.
“La presencia de China en estos puertos ni siquiera permitiría a los Estados Unidos [o a otras potencias] a salir en defensa de esos países, que estarían amenazados de alguna forma u otra”, comentó Fleischman.
Espionaje comercial y militar
El nexo militar en puertos extranjeros controlados por China plantea riesgos de espionaje para los países portuarios. Un plan de batalla de la Armada china podría utilizar instalaciones de la empresa estatal para obtener información sobre barcos, tripulaciones y cargamentos, lo que representa un peligro para la seguridad mundial, refiere Marine.
Las entidades chinas que recopilan y procesan estos datos generan riesgos tanto en el ámbito comercial como en el militar para el estado receptor, señala. El espionaje puede ser usado para rastrear envíos de equipo militar y obtener ventajas comerciales, además de identificar vulnerabilidades en las estrategias industriales de los Estados portuarios.
“Hay un documento chino que habla de la importancia de expandirse a nivel naval y también habla del poder naval de los Estados Unidos que no tiene precedentes en la historia y ahí es donde China quiere llegar, para controlar los mares”, comentó Fleischman. “Tener acceso a puertos extranjeros es fundamental para China a nivel militar y estratégico; lo económico ya lo superaron”.
Coacción económica
Cuando empresas estatales chinas controlan activos portuarios en el extranjero, Pekín puede usar esa influencia para amenazar con detener las operaciones a expensas del país portuario. Esto le da a China a través de sus inversiones influencia económica sobre estos países, indica la revista.
Además, genera un riesgo para los gobiernos, ya que pueden enfrentarse al dilema entre su prosperidad económica y su soberanía, si China busca concesiones. Los países que dependen de inversiones chinas pueden encontrarse en una posición complicada al tener que nivelar sus intereses comerciales con su autonomía política.
Estas inversiones se presentan en 191 puertos en 88 países portuarios, varios de ellos latinoamericanos, precisa Marine Policy.
OTAN
Corresponde a los países democráticos tomar medidas proactivas para impedir el desarrollo de bases militares chinas en todo el mundo. El 11 de julio de 2023, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hizo una crítica a China en un comunicado.
“Este anuncio es importante y sin precedentes porque hasta ahora la OTAN no había hablado de China”, dijo Fleischman. “China busca desestabilizar el orden internacional, abarcando los dominios espacial, cibernético y marítimo”, detalla el comunicado.
“Las ambiciones declaradas y las políticas coercitivas de China desafían nuestros intereses, seguridad y valores”, señala Fleischman.
Los líderes de la OTAN expresaron su preocupación por los intentos de China de “controlar sectores tecnológicos e industriales clave, infraestructura crítica y materiales estratégicos y cadenas de suministro”, así como por su búsqueda para “crear dependencias estratégicas y aumentar su influencia”.
“Ahora lo interesante es que no solamente es Estados Unidos quien busca frenar esta expansión china fuera del orden internacional, sino que Europa y la OTAN también se unieron. Esto indica la preocupación que genera todo esto de la Franja y la Ruta”, remachó Fleischman.