Ante la escasez de gasolina en todo el país provocada por el racionamiento de combustible y las protestas en las estaciones de servicio, Venezuela ha recurrido a Irán en busca de ayuda para reactivar su industria petrolera en crisis.
A fines de mayo, cuatro de cinco petroleros iraníes que transportaban combustible a Venezuela llegaron al país sudamericano y atracaron en los puertos que sirven a sus refinerías, desafiando las sanciones estadounidenses en ambos países. El quinto buque tanque llegó el 1.º de junio. Francisco J. Monaldi, experto en petróleo venezolano de la Universidad Rice, en Houston, dijo al New York Times que juntos los barcos transportan aproximadamente 1,5 millones de barriles de combustible, suficientes para abastecer a la nación durante unas pocas semanas a un mes.
Por otro lado, según expertos de la industria petrolera, la República Islámica viene entregando vía aérea componentes para la producción de gasolina y enviando trabajadores y equipamiento para el refinamiento de petróleo.
Desde el 22 de abril unos 16 vuelos de la aerolínea estatal iraní Mahan Air, actualmente afectada por sanciones estadounidenses, han aterrizado en Venezuela, a pesar de las suspensiones de vuelos del país latinoamericano debido al coronavirus, informaron varias agencias de noticias, como Bloomberg, Reuters y el portal venezolano online El Pitazo. El 23 de abril, en un tuit posteriormente eliminado, el viceministro de Refinación y Petroquímica del régimen Erling Rojas, agradeció a Irán por el envío -vía aérea- de los catalizadores químicos necesarios para reanudar las tareas en las refinerías del país. Ese mismo día, Rojas fue despedido.
Según Bloomberg, los vuelos regresaron a Teherán con unas 9 toneladas de oro valuadas en más de USD 500 millones, como pago por la ayuda de Irán, algo que los detractores del régimen de Nicolás Maduro ven como una maniobra para eludir las sanciones estadounidenses. Gustavo Marcano, asistente sénior en Washington del presidente interino de Venezuela Juan Guaidó, dijo que los vuelos eran “parte de las operaciones de narcoterrorismo de Maduro”.
El 29 de abril, el secretario de Estado de los EE. UU. Mike Pompeo, instó a los países a negar derechos de sobrevuelo a Mahan Air, que según él “envió apoyo desconocido al régimen de Maduro”.
“Es la misma aerolínea terrorista que Irán usó para trasportar armas y combatientes por todo el Medio Oriente”, manifestó Pompeo, quien exigió que “paren” los vuelos. En 2011, el Departamento del Tesoro de los EE. UU. sancionó a Mahan Air por contrabandear armas en nombre de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, medida que se repitió en 2019 por la presunta participación de la aerolínea en la proliferación de armas de destrucción masiva.
El Instituto Nacional de Aviación Civil (INAC) de Venezuela autorizó a Mahan Air a realizar hasta 20 vuelos directos desde Teherán a la península de Paraguaná, en la costa caribeña del país. Además, se aprobarán vuelos adicionales “según sea necesario” mientras las restricciones aéreas sigan vigentes, comentó un funcionario de la INAC a Argus Media, una compañía con sede en Londres que elabora informes de inteligencia sobre la industria del crudo.
Argus Media informó que la ayuda se concretó gracias a un acuerdo de cooperación entre Irán y Venezuela, a través de negociaciones encabezadas por el nuevo ministro de Petróleo del régimen, Tareck El Aissami, que incluyeron el envío de catalizadores químicos claves, compresores, refacciones de refinería y el envío de trabajadores para colaborar en la reanudación de tareas de las refinerías de Amuay y Punta Cardón, ubicadas en el Centro de Refinación de Paraguaná (CRP), el más grande del país. A fines de enero, la petrolera estatal venezolana PDVSA cerró ambas instalaciones, las dos últimas refinerías operativas en el país.
Un técnico en petróleo venezolano y operario de las instalaciones de Punta Cardón, quien pidió permanecer en el anonimato por razones de seguridad, comentó a Diálogo que ya estaban trabajando para reanudar las operaciones en la refinería. “Trabajo en los sistemas de vapor y agua junto a nuestros aliados iraníes. Desalinizamos agua de mar, agua salada utilizada en la generación de vapor para alimentar determinadas unidades”, indicó el técnico. “Nos dicen que pasarán al menos otros cuatro meses hasta que podamos producir gasolina nuevamente”.
La Asamblea Nacional de Venezuela advirtió sobre el fortalecimiento de la asociación entre el régimen de Maduro y Teherán. En un tuit del 27 de abril, el legislador Julio Borges dijo que los vuelos estaban “dedicados a aumentar la presencia de funcionarios y grupos iraníes en Venezuela”, y que representaban “un peligro para la paz y seguridad de la región”.
Evan Ellis, profesor de investigación de Estudios Latinoamericanos del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los EE. UU., no cree que la participación iraní reactivará la debilitada industria petrolera. “El uso de la aerolínea sancionada es un asunto menor. No tendrá un impacto significativo en la escasez de gasolina del régimen de Maduro. Tampoco parece evidenciar nada sustancialmente novedoso en el grado de cooperación entre Irán y el régimen”, comentó Ellis a Diálogo. “Los vuelos de Air Mahan constituyen otra instancia de cooperación de bajo nivel entre regímenes ilegales”.
A pesar del nuevo apoyo de Irán, los funcionarios del CRP expresaron a Argus Media sus dudas sobre la posible reactivación de la producción petrolera de PDVSA en el corto plazo. “El CRP está diseñado para funcionar como una unidad integrada, lo que significa que todas sus unidades de procesamiento deben estar en funcionamiento para garantizar una producción de combustible segura y sostenida”, manifestó un alto funcionario a Argus Media.