En las últimas dos décadas, las empresas con sede en la República Popular China (RPC) han invertido USD 160 000 millones en Latinoamérica. Veintiuno de nuestros vecinos de allí se han comprometido con la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de China.
La RPC está intentando “recablear” la región para su propio beneficio económico, asegurando el acceso a las materias primas y a los mercados, capturando el valor añadido para sí misma, y centrándose en la “conectividad”.
En el sector portuario, las empresas con sede en China participan en 40 grandes proyectos.
China ha construido múltiples instalaciones eólicas, solares e hidroeléctricas, aunque con problemas. La presa Coca Coda Sinclair de Ecuador, por ejemplo, tenía más de 7600 grietas, además de provocar una erosión masiva que rompió uno de los principales oleoductos de exportación del país.
En Chile, las empresas con sede en la RPC controlan un porcentaje sin precedentes del 57 por ciento de la distribución de electricidad.
La creciente presencia de la RPC en las arquitecturas digitales es una preocupación para los servicios de inteligencia, dado el historial chino de robo de propiedad intelectual y ciberespionaje. En diciembre de 2021, Microsoft sacó a la luz el hackeo realizado por Nickel, con sede en China, cuyos objetivos incluían empresas de 16 países latinoamericanos.
En telecomunicaciones, la presencia de Huawei ha crecido en Latinoamérica durante dos décadas, y ahora está preparada para dominar sus redes 5G.
Las empresas con sede en la RPC desempeñan un papel cada vez más importante en el comercio electrónico de la región, como Alibaba y la empresa Fintech NuBank. La empresa china de viajes compartidos DiDi Chuxing tiene la mitad del mercado en Latinoamérica, capturando datos sobre movimiento de pasajeros y finanzas.
Los sistemas chinos de vigilancia y control como el ECU-911 y el BOL-110 capturan datos sensibles similares, al igual que las 10 “ciudades inteligentes” construidas por la RPC, actualmente en la región.
Hikvision, con sede en la RPC, ha adquirido Syscom, la mayor empresa de sistemas de seguridad de México.
Los escáneres aeroportuarios de la compañía china Nutech capturan los datos de los dispositivos que pasan por ellos.
En Chile, Aisino, con sede en la RPC, estuvo a punto de ganar el derecho a gestionar el Registro Civil del país. En Argentina, un radar de espacio profundo operado por el Ejército Popular de Liberación (EPL) puede captar las comunicaciones de los satélites que pasan.
La RPC promueve además sus intereses a través de las instituciones latinoamericanas. El presidente del BID Mauricio Claver-Carone ha denunciado a la RPC, por utilizar su condición de miembro del banco para conseguir contratos para empresas chinas.
En el ámbito de la seguridad, la RPC es un importante proveedor de bienes militares en la región incluyendo cazas, aviones de transporte y radares para Venezuela, helicópteros y vehículos blindados para Bolivia, y camiones militares para Ecuador.
Argentina podría adquirir el caza FC-1, el avión más avanzado de la RPC vendido hasta ahora a la región.
Los oficiales del EPL planifican naturalmente cómo utilizarían a Latinoamérica en una guerra futura, aprovechando los conocimientos y las relaciones que construyen hoy en día para hacerlo. Con este fin, el EPL ha realizado 20 despliegues militares en la región, que los líderes del EPL han visitado 200 veces desde el año 2000.
En cuanto a la diplomacia de pueblo a pueblo, los 44 Institutos Confucio de China atraen a quienes tienen interés en aprender chino, llevando a los mejores a estudiar a la RPC con becas Hanban, tras lo cual algunos consiguen puestos viendo a China desde sus propios gobiernos. El plan China-CELAC 2022-2024 promete 5000 becas de este tipo para estudiantes latinoamericanos.
La RPC también atrae a académicos, periodistas, políticos y funcionarios de la región mediante lujosos viajes pagados a China.
Al perseguir sus intereses en la región, China actúa como una “incubadora de populismo autoritario”, proporcionando préstamos, inversiones y compras de productos básicos, que dan liquidez a los actores antidemocráticos mientras se consolidan en el poder.
China también proporciona los mecanismos para ayudar a sus amigos autoritarios a mantenerse en el poder. En Venezuela, el CEIEC de China ayudó al régimen de Maduro a espiar a la oposición. En Cuba, las tecnologías de Huawei ayudaron a aislar a los manifestantes del mundo exterior durante el levantamiento de julio de 2021.
Con respecto a Taiwán, los ocho de los últimos 14 países que reconocen a la República de China (ROC) están en el hemisferio occidental. Cada “vuelta” facilita la expansión de las actividades de China en ese país, mediante la firma de memorandos de entendimiento poco transparentes.
La RPC se beneficia estratégicamente de las acciones provocadoras de Rusia en la región, la más reciente, su amenaza de desplegar fuerzas militares, independientemente de que China y Rusia se coordinen en estos asuntos.
¿Qué pueden hacer los legisladores y políticos estadounidenses? Los siguientes cinco pasos deberían guiar nuestro compromiso:
- Ayudar a nuestros socios a comprometerse con la RPC con transparencia, en igualdad de condiciones, a través de instituciones fuertes.
- Excluir a los proveedores chinos de los dominios digitales sensibles, pero ofrecer alternativas viables a la RPC.
- Apoyar la mejora de las bases de datos gubernamentales sobre la actuación de la RPC y sus empresas.
- Replantear las normas que limitan la agilidad de organismos como la Corporación de Financiación del Desarrollo (CFD) para ofrecer alternativas.
- Aprovechar al máximo la Cumbre de las Américas de junio de 2022, para avanzar en un enfoque audaz y con recursos para la asociación con la región.
* El autor es profesor de investigación sobre Latinoamérica en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de EE. UU. Las opiniones aquí expresadas son suyas. Este trabajo se basa en el testimonio oral que el Dr. Ellis prestó ante el subcomité del Senado de los EE. UU. sobre el Hemisferio Occidental, el 31 de marzo de 2022.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresados en este artículo son los del autor. No necesariamente reflejan la política o posición oficial de ninguna agencia del gobierno de los EE. UU., la revista Diálogo o sus miembros.