El proyecto de construcción de Atucha III, la cuarta central nuclear de Argentina, que busca financiación de China, suscita preocupaciones por la creciente influencia del país asiático. Según los expertos, la propuesta de financiamiento de la central con capitales chinos podría dejar a la Argentina en una situación económica vulnerable.
“China se maneja con lógica de usurero: presta a quien esté ahogado de deudas. Es decir, a quien sabe de antemano que no podrá cobrar”, dijo a Diálogo Juan Belikow, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Buenos Aires. “Para complicar aún más las cosas, China suele ofrecer financiar obras megalómanas, mucho más grandes de las que son necesarias para el corto y mediano plazo, que son económicamente insostenibles y comercialmente inviables. Por eso, la probabilidad de que el repago sea imposible aumenta”, precisó Belikow.
Según el experto, China sostiene el superávit comercial con los países, recirculándolo en forma de préstamos o financiación de infraestructura al mundo endeudado. “Lo hace porque así se queda con infraestructura crítica que le es de extremo interés: la cadena de suministro para [su misión expansionista de] la Nueva Ruta de la Seda [Franja y la Ruta] y todo lo relacionado a la energía”, añadió.
En ese sentido, la financiación de Atucha III podría significar un riesgo a la seguridad de la Argentina y la región. “Si ponemos las inversiones chinas en contexto –la pérdida del control soberano argentino sobre sus infraestructuras críticas, en general, y aquellas que son de uso dual, en particular–, esas inversiones y financiaciones espurias son definitivamente una gran amenaza tangible y palpable a la seguridad nacional del país”, remarcó Belikow.
Trampa de la deuda china
El acuerdo por la construcción de Atucha III se firmó en febrero de 2022, antes del viaje del presidente argentino Alberto Fernández a China. El convenio entre la Nucleoeléctrica Argentina y la Corporación Nuclear Nacional de China preveía la construcción de un reactor de 1200 MW en el Complejo Nuclear Atucha de la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires, según el diario argentino El Cronista. La inversión sería de USD 8300 millones, “la mayor parte de origen chino”, precisó el Gobierno argentino en un comunicado de 1.º de febrero de 2022.
Pero en abril, en medio de presiones económicas internas, Argentina le pidió a China que financiara completamente la construcción de la planta, informó el sitio The Diplomat. Hoy, mientras China y Argentina tratan de llegar a un acuerdo sobre la financiación, surgen preocupaciones sobre la capacidad de Argentina de pagar la deuda, como les pasa a otros países en desarrollo.
“China se ha convertido en un actor clave para muchos países de Asia, África y América Latina. En el marco de su iniciativa Nueva Ruta de la Seda [Franja y la Ruta], Pekín ha ofrecido préstamos millonarios para financiar infraestructuras”, dijo Deutsche Welle en Español. “El problema es que muchos países no pueden devolver la deuda. Algunos hablan de la trampa de la deuda china. ¿En qué consiste? Muy simple: China promueve que los países pobres se endeuden hasta el techo. Y si luego no pueden devolver los préstamos, Pekín se lo cobra en activos y materias primas, convirtiéndolos en Estados totalmente dependientes del gigante asiático”, completó Deutsche Welle en Español.
Altas tasas de interés
Para entender la trampa de la deuda china, hay que tener en cuenta el contexto financiero global. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los países en dificultades han recurrido al Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener asistencia financiera. El FMI condiciona los préstamos a la realización de reformas estructurales y compromisos fiscales y monetarios.
En los últimos años, China ha surgido como un nuevo peso pesado en la concesión de préstamos de emergencia a países endeudados. Más de 20 países deudores han recibido USD 240 000 millones en préstamos de rescate chinos desde el 2000, según datos de AidData, un instituto de investigaciones de la Universidad William and Mary, de los Estados Unidos.
“La escala del programa de préstamos de rescate global de China también está creciendo rápidamente. Solo en los últimos cinco años [2016-2021], se extendieron más de USD 185 000 millones”, dice AidData. China proporciona los créditos millonarios con pocas exigencias, pero con tasas más elevadas que las del FMI.
“China cobra tasas de interés bastante altas por los créditos de emergencia a los países de medianos ingresos en dificultades, por lo general del 5 por ciento. Eso se compara con el 2 por ciento de los préstamos del FMI”, dijo The New York Times. “Los pagos adeudados de muchos de estos préstamos se han duplicado en el último año, poniendo a muchas naciones en una situación financiera difícil”, precisó The New York Times.