Como bombero rescatista ella se siente muy orgullosa de portar su uniforme y representar al Batallón Humanitario y de Rescate del Ejército de Guatemala. Se siente comprometida para dar todo lo que esté a su alcance y cumplir su misión, ya que para ella la satisfacción más grande como rescatista es salvar vidas y mitigar los efectos de los desastres. Así es la Sargento Técnico Especialista Berta Leonor Alemán Chajchic, una mujer de carácter fuerte pero que trabaja siempre con una sonrisa aún en las situaciones más complejas, como fue el caso de la ayuda prestada después de la devastación causada por los huracanes Eta e Iota en varias zonas de Guatemala. Diálogo conversó con la Sgto. Alemán para conocer más de su historia y de su participación en los esfuerzos de auxilio posteriores al huracán Eta.
Diálogo: A pesar de haber sido una enorme tragedia, ¿Qué piensa de su participación en los esfuerzos de rescate después del huracán Eta?
Sargento Técnico Especialista Berta Leonor Alemán Chajchic: La verdad es que fue una experiencia muy bonita. Muy gratificante porque son momentos en los que uno da todo. En mi situación de rescatista pude ayudar a la población afectada poniendo en práctica todo lo que he entrenado, hacer un buen trabajo, un buen papel, y que la gente del pueblo esté tranquila y confíe en nosotros.
Diálogo: ¿Que ve la gente del pueblo cuando usted llega a ayudar?
Sgto. Alemán: Cuando miran al batallón o miran a alguien que va con el chaleco anaranjado o que vamos representando al Ejercito o al Batallón de Búsqueda y Rescate, es como si vieran a sus héroes y que uno lo puede todo, porque muchas veces somos los primeros en llegar y somos los últimos en salir. Nosotros nunca salimos hasta no cumplir con la misión. Entonces, es una experiencia muy gratificante el poder servir a la población y tenderles una mano. La gente a la hora de un desastre confía en el Ejército. Somos los primeros que miramos la manera de llegar en situación de tormenta; como en Eta, que fue en la que yo participé directamente en el lugar.
Diálogo: ¿Qué fue lo más impactante que vio en las áreas restringidas?
Sgto. Alemán: Yo estuve en la zona cero donde había muchas personas enterradas. Había muchas viviendas y realmente no se miraba nada; la gente esperaba porque ninguna otra institución podía llegar a menos de que llegara con el Ejército. Fueron horas caminando para llegar hasta la zona cero, y fuimos los primeros en responder.
Diálogo: ¿Cuál es la diferencia de trabajar en un desastre y en su misión diaria como socorrista?
Sgto. Alemán: En realidad nosotros nos entrenamos todos los días. Tenemos
horarios de entrenamiento acoplados a los desastres que aquí en Guatemala se dan. Por ejemplo, tenemos unas semanas de entrenamiento de evaluación de daños; de búsqueda y de rescate; rescate horizontal; rescate vertical; rescate acuático; rescate en estructuras colapsadas, que es el fuerte del batallón. Si no estamos entrenando estamos en operaciones, o estamos impartiendo capacitaciones.
Diálogo: ¿Cuántas mujeres hay en su batallón?
Sgto. Alemán: Soy la única mujer en el batallón que sale a operar. Después de 20 años pasé a ser administrativa; pero cuando sucede algo yo le digo a mi jefe “por favor lléveme, porque yo sé qué es lo que tengo que ir a hacer”. Para eso me he entrenado y ya son 25 años en el Ejército. Vengo desde 1999 durante la tormenta Mitch, y he pasado por muchas tormentas y he estado en todas ayudando a la población.
Diálogo: ¿Le incomoda ser la única mujer?
Sgto. Alemán: No, al contrario; yo toda la vida estoy en el área y ese es mi trabajo. Para eso me entreno. Entonces yo tengo que ir a los rescates. Tenemos dos mujeres soldados, pero aquí les decimos que son nuevitas [personal de reciente ingreso a la Institución], entonces ellas tienen que agarrar la pericia de un antiguo [personal que lleva varios años en la Institución]. Yo las he sacado conmigo a trabajar en las situaciones difíciles. Yo sé hasta dónde puedo dar y con ellas pues sí cuesta un poquito, pero ellas ya se están involucrando más en esto de rescatar y salvar vidas.
Diálogo: ¿Pero, no hay nada que usted vea que por ser mujer no pueda hacer?
Sgto. Alemán: Absolutamente nada. Yo tengo las mismas capacidades que otro bombero rescatista. Incluso hasta les he demostrado que, por la antigüedad, o sea la experiencia que tengo, siempre voy a la cabeza. He subido volcanes, he atravesado ríos, hasta podemos decir que he hecho rescates aéreos, rescates acuáticos, porque nos mantenemos en entrenamiento y gracias a Dios sí hemos respondido; porque la satisfacción más grande es que la población crea en uno y que la población le diga “mire, muchas gracias”, o que llegue alguien, como en mi caso, por la tormenta ETA, llegó una ancianita [mujer de la tercera edad] a orar por mí; yo estaba en el campo. Estaba esperando a que me vinieran a recoger los del helicóptero porque teníamos que evacuar a una persona y llega la señora de la nada y me fue a tocar, me abrazó y me dijo, “Dios te bendiga…”.