La Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) impulsada por China desde 2013 para desarrollar proyectos de infraestructura terrestre y marítima en países menos desarrollados de Asia, África, Latinoamérica, Oriente Medio y la periferia de Europa, parece estar por debajo de sus objetivos originales, indicó Forbes a finales de noviembre de 2022.
Al igual señaló que la BRI siempre fue como una “empresa mafiosa”. Beijín ofrecería préstamos a países pobres para crear importantes proyectos de infraestructura. Los bancos chinos de propiedad estatal organizarían el financiamiento, y contratistas chinos desarrollarían los proyectos y los administrarían cuando se completaran, detalló.
En caso de que el país anfitrión no pagara, los proyectos pasarían a manos chinas, precisó Forbes. China ha otorgado préstamos millonarios al sector público y privado en unos 150 países, lo que lo convierte en el mayor prestamista del mundo. Más de la mitad de los países con prestamos BRI tienen dificultades económicas.
Sin embargo, tras dos años de confinamiento por la pandemia, una gran inflación, alzas en los tipos de interés en los EE. UU., el impacto de la invasión rusa a Ucrania y el aumento de los costos de energía y alimentos, muchos de estos países no pueden pagar sus préstamos, señala a finales de noviembre la plataforma de energía Oil Price del Reino Unido.
Así la BRI se está convirtiendo en la primera crisis de la deuda que tiene China en el extranjero, indicó en julio el periódico británico Financial Times. China debe reconocer que los fallos en el diseño de la iniciativa como la falta de transparencia y elegir países deudores que conllevan riesgos, también pasaron factura, detalló.
Entre las naciones deudoras están Argentina, Angola, Ecuador, Irán, Pakistán, Rusia, Sri Lanka, Venezuela y Zambia, refirió el diario británico. Beijín ha dado decenas de miles de millones de dólares estadounidenses en préstamos de rescate a los países de la BRI para evitar el incumplimiento.
Los bancos estatales chinos enfrentan incumplimientos masivos no solo de los promotores inmobiliarios nacionales como Evergrande Group, sino de sus préstamos BRI. Las presiones son demasiado grandes para que China se quede sola, detalló Forbes. Las autoridades chinas se unieron a grupos internacionales para tratar los créditos.
Además, “determinado perfil de inversiones chinas en la región [latinoamericana] y aquellas vinculadas a los intereses del propio país asiático, tienen una relación muy aceitada con el Partido Comunista Chino”, dijo el 20 de diciembre a Diálogo Ariel Slipak, economista y académico de la Universidad de Buenos Aires.
Situación desventajosa
En Latinoamérica, muchos países tienen financiamiento para desarrollar su infraestructura con el China Development Bank, el Exim Bank of China, o con el fondo de la BRI, señaló Slipak. Venezuela y Ecuador recibieron prestamos chinos comprometiendo commodities, en especial petróleo.
Ecuador tiene cinco créditos confidenciales atados a la entrega de petróleo a empresas estatales chinas. La única manera de transparentar estos créditos es que China acepte modificar la cláusula de reserva, reporta en Internet el diario ecuatoriano Primicias.
China, como el mayor acreedor de Ecuador, enfrenta la posibilidad de que el país no pueda cubrir los gastos de servicio de la deuda en los próximos años, señala un reporte de la Universidad Andina Simón Bolívar en Ecuador.
“Cuando algunos países latinoamericanos negocian con Beijín, están en una situación desventajosa debido a la relación económica asimétrica que tienen”, comentó Slipak. “China, cuando defiende sus intereses, se enfoca en asegurar productos primarios extractivos. Ante riesgos de incumplimiento ejercerá mayor presión para exacerbar los proyectos primarios de extracción”.
Proyectos
Actualmente, 22 países de Latinoamérica y el Caribe están adheridos a la BRI, entre ellos Argentina, en febrero de 2022. En total son 20 proyectos de diferentes índoles que llevarán a cabo como parte de la Franja y la Ruta en territorio argentino, reporta en Internet News ArgenChina.
“Latinoamérica tiene el problema de no poder determinar de manera soberana frente a (…) China que tipo de proyectos de inversión quiere llevar adelante”, comentó Slipak.
Desde el principio los proyectos en los países BRI se eligieron por razones políticas y no económicas. Muchos de estos planes siempre fueron comercialmente dudosos, detalla Forbes. Las protestas públicas, los retrasos crónicos y las acusaciones de corrupción persiguen a muchos proyectos de la Franja y la Ruta, abundó Financial Times.
Un ejemplo de ello es el proyecto hidroeléctrico en Santa Cruz, Argentina. “Las represas del río Santa Cruz generan impactos ambientales gravísimos. Tiene el rechazo de las comunidades y pone en riesgo la biodiversidad y los glaciares”, manifestó Slipak. “La necesidad que tiene China de financiar este proyecto es para que sus proveedores puedan colocar insumos”.
Revés importante
En este contexto, la BRI “ha perdido gran parte de su fuerza”. China ha tenido un revés de prestigio y ciertamente financiero. El Gobierno chino comienza a describir el BRI como “cada vez más complejo” y necesitado de controles de riesgo, así como de cooperación, precisó Forbes.
China también debería revisar la forma de conceder préstamos para el desarrollo a través de la Franja y la Ruta y adoptar un enfoque más multilateralista, cooperando con los bancos de desarrollo y realizando suficientes estudios de gestión de riesgos antes del financiamiento, abundó Financial Times.
Lo que debe preocupar en Latinoamérica es la “economía ecológica de estos grandes capitales que afecta estos proyectos infraestructurales en sectores populares, con un gran impacto ambiental en todo el mundo. Necesitamos estándares más rigurosos para evaluar los proyectos [chinos] y más participación de la sociedad civil”, finalizó Slipak.