Estados Unidos está “comprometido en la tarea” de colaborar con gobiernos y fuerzas militares de Colombia, Ecuador, Costa Rica y Panamá para proteger el Corredor Marino de Conservación del Pacífico Este Tropical (CMAR) y detener la pesca ilegal, el tráfico de drogas y de personas, aseguró el 3 de marzo el secretario de la Armada de los EE. UU., Carlos del Toro.
“Tenemos que trabajar como una comunidad para lograr nuestra meta”, precisó Del Toro, en un foro organizado por el Centro Wilson, con sede en Washington, y celebrado en el marco de la VIII Conferencia Nuestro Océano, en Ciudad Panamá.
El alto oficial estadounidense llamó la atención sobre la importancia “crítica” de enfrentar el cambio climático, una de las prioridades del gobierno de su país, y junto a este, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada por las consecuencias que trae sobre los ecosistemas y la biodiversidad.
Del Toro, el segundo secretario de origen hispano en la historia de la Marina de los EE. UU., enfatizó en que la pesca ilegal es “un ataque directo a la soberanía de las naciones” y señaló a China como uno de los “malos actores” en este sentido.
“No podemos permitir que esto continúe. Tenemos que poner al descubierto el mal comportamiento de parte de China y todos los demás países que no se están conduciendo de la manera en la que deben”
en cuanto a la pesca ilegal en aguas territoriales de otras naciones, insistió Del Toro.
Asimismo, enfatizó que además de tener graves consecuencias para la protección de los ecosistemas y la biodiversidad, la pesca ilegal tiene serias implicaciones económicas, de seguridad alimentaria y nacional, y cómo las soluciones a este flagelo tienen que estar basadas en la ciencia y la tecnología que hagan posible una mejor detección de actividades ilegales.
“Estoy muy entusiasmado con las posibilidades que puede brindar la tecnología de dispositivos no tripulados para recoger información que pueda ayudar a promover la rendición de cuentas de esos malos actores”, dijo.
Proteger un invaluable ecosistema marítimo
En julio de 2022, como parte de la IX Cumbre de las Américas en Los Ángeles, altos funcionarios de los EE. UU., Costa Rica, Ecuador, Colombia y Panamá, firmaron un memorando para crear el CMAR.
El Departamento de Estado de los EE. UU. calificó este acuerdo como un esfuerzo regional de conservación sin precedentes que abarca más de 500 000 kilómetros cuadrados, en una de las áreas más productivas y de diversidad biológica en el océano.
La zona es el hogar de las mundialmente conocidas Islas Cocos, Coiba, Galápagos, Gorgona y Malpelo, con hábitats únicos y vulnerables, y alberga una rica diversidad de flora y fauna. La región es ampliamente reconocida como una de las áreas más importantes para la protección, conservación y manejo de la biodiversidad en el Océano Pacífico Tropical Oriental.
Según datos oficiales, este corredor genera alrededor de USD 3000 millones anuales, provenientes principalmente de la pesca, el turismo y el transporte marítimo.
Dentro de la Conferencia Nuestro Océano, la coalición Connect to Protect Eastern Tropical Pacific, de la que forman parte el Banco de Desarrollo de América Latina, el Bezos Earth Fund, Blue Nature Alliance y el Green Climate Fund, anunció un compromiso de unos USD 118,5 millones en fondos públicos y privados –desembolsados en los próximos cuatro años– destinados a la preservación del CMAR.
Esfuerzos compartidos
“Estamos trabajando con nuestros aliados en Panamá, Costa Rica y Ecuador para detectar los barcos presentes en nuestras aguas protegidas”, precisó en el encuentro el comandante de la Armada de Colombia, Almirante Francisco Hernando Cubides.
El Almte. Cubides agregó que, aunque la tarea inicial de las fuerzas militares marítimas es la de defender a los países, en la actualidad también se dedican a otros esfuerzos no menos importantes, como son los de la detección y combate de actividades ilegales de pesca, tráfico de drogas y trata de personas.
“Todos los días estamos detectando embarcaciones en nuestras dos reservas en el Pacífico: Malpelo y Gorgona”, afirmó el Almte. Cubides, quien informó que solo en 2022 detectaron unas 40 toneladas métricas en pesca ilegal e no reglamentada. “Es un número grande y la idea es que debería ser cero”, indicó.
El Almte. Cubides insistió en la “buena comunicación” y el intercambio de tecnologías entre países aliados en el Pacífico y el Caribe, lo que ha permitido aplicar estrategias para un mejor enfrentamiento, no sólo a la pesca ilegal, sino la trata de personas y el trasiego de drogas, que ponen en práctica “hasta en los ríos”.
Altos funcionarios de Inteligencia de la Marina estadounidense y del Departamento de Defensa insistieron durante el foro en la voluntad de su país en compartir conocimientos y tecnologías.
“La pesca ilegal, no documentada y no reglamentada es un problema global y tomará un largo tiempo para su solución”, dijo el Contraalmirante Michael Studeman, director de la Oficina Nacional de Integración de Inteligencia Marítima de los EE. UU..
Para el Contralmte. Studeman, “si hay silencio, hay consentimiento” por lo que es muy necesaria la “idea de la toma de responsabilidad” de lo contrario países como China continuarán su actividad ilegal.