El Almirante de la Marina de los Estados Unidos Craig Faller, comandante del Comando Sur de los EE. UU. (SOUTHCOM, en inglés) visitó El Salvador el 21 de octubre, donde se reunió con el Contraalmirante Rene Merino Monroy, ministro de Defensa del país, y su equipo.
La visita se dio después de que el Almte. Faller, quien está de gira por Centroamérica, hiciera escala en Honduras y Guatemala, donde habló con los líderes de los países amigos sobre los beneficios y los éxitos de las asociaciones de cooperación en materia de seguridad en la región.
El Almte. Faller y su delegación también se reunieron con el embajador de los EE. UU., Ronald Johnson, para hablar sobre el rol de SOUTHCOM en asuntos de cooperación en materia de seguridad entre los EE. UU. y El Salvador.
Los temas de cooperación en materia de seguridad que se abordaron con el Contralmte. Merino incluyeron el desmantelamiento de organizaciones criminales transnacionales, las operaciones antinarcóticos y los futuros compromisos militares.
“La visita del Almte. Craig Faller y su equipo reafirma la sincera relación de amistad y confianza entre las fuerzas armadas de ambos países para enfrentar estas amenazas transnacionales”, manifestó el Contralmte. Merino en Twitter.
Nayib Bukele, presidente de El Salvador, se hizo eco de esos sentimientos al decir via Twitter que su país estaba orgulloso de ser un socio clave de los EE. UU. en la lucha contra las amenazas a la seguridad.
En El Salvador, el Almte. Faller también visitó el Centro de Monitoreo Antidrogas (CMA) Comalapa, que funciona mediante un acuerdo entre los EE. UU. y el Gobierno de El Salvador. Este lugar es uno de los dos centros ubicados en Latinoamérica y el Caribe, y desempeña un papel clave en el apoyo a los esfuerzos multinacionales e interagenciales para combatir las organizaciones delictivas transnacionales.
Cada año fiscal, los operativos del CMA impiden la ejecución de operaciones de tráfico de droga, que implican más de USD 4000 millones. Esta ubicación aumenta considerablemente las capacidades de los EE. UU. y de las naciones amigas para patrullar los corredores de contrabando en el Pacífico oriental, por donde transitan más de la mitad de las drogas que se dirigen hacia los EE. UU., a menudo en envíos de varias toneladas.
El Salvador es un socio muy valorado en materia de seguridad para la lucha contra el tráfico ilícito, además de ser una de las más de 20 naciones comprometidas junto a los EE. UU. en los esfuerzos de cooperación para detectar y desmantelar organizaciones criminales transnacionales en el hemisferio occidental.