El Gobierno chino instó el 8 de abril a Venezuela a unirse al proyecto de la Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS) encabezado por Beijín y Moscú, que planean construir a principio de 2030, informó el régimen venezolano en un comunicado.
El Laboratorio Nacional de Exploración del Espacio Profundo de China apunta que, tras una visita a sus instalaciones, Marglad Bencomo, directora de la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales, dijo que Caracas está dispuesta a firmar un memorándum de entendimiento con Beijing “lo antes posible”.
“Cuando China invita al régimen venezolano a sumarse a su proyecto de investigación lunar realmente es poco lo que Venezuela puede aportarle”, dijo el 3 de mayo a Diálogo Antonio Alonso, experto en relaciones internacionales y profesor de la Universidad CEU San Pablo, en Madrid, España.
Juego atómico
La ILRS es parte del Programa Chang’e de China que inició en 2007 con el lanzamiento de una sonda. En 2021 Rusia se sumó al proyecto. La estructura básica de la estación internacional de investigación lunar se edificará en el polo sur del satélite y contará con módulos de alunizaje, refiere el portal español Antena 3.
Además, China desarrolla un sistema de energía nuclear para dotar a su futura base lunar, y de apoyo para las comunicaciones entre la Tierra, Marte y otras misiones en el espacio. El uso de la energía nuclear, aún en el espacio, conlleva muchos riesgos, indica en Internet la revista National Geographic España.
Ding Lieyun, experto de la Academia China de Ingeniería, dijo a la prensa que Beijín podría llevarse “de 20 a 30 años o más en establecerse finalmente en la luna, pero debemos comenzar a trabajar juntos ahora, para llegar a la luna en esta década”.
“Para hacer esos trabajos en el espacio es bueno tener apoyo, cobertura de antenas y comunicaciones desde varios puntos del planeta y no solo desde China, que busca una triangulación amplia para asegurar la conectividad y las comunicaciones con la estación espacial”, expresó Alonso. “Venezuela podría aportarle una cobertura”.
Preocupaciones múltiples
En julio de 2022, el administrador de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) de los Estados Unidos Bill Nelson, dijo al diario alemán Bild que si eso funciona “debemos estar preocupados de que China aterrice en la luna y diga: ahora es mía. El programa espacial de Beijing es un programa espacial militar”.
Según Bild el polo sur de la luna es un tesoro de valiosos recursos, entre ellos agua, que si se divide en hidrógeno y oxígeno puede convertirse en combustible para cohetes. Por lo que, quien domine el lado sur de la luna tendrá una base importante en el espacio.
Nelson también habló del robo de tecnología que hizo posible que el régimen chino participara en la carrera espacial. “China es buena porque roba ideas y tecnologías de otros, y aprendió cómo destruir los satélites de otras personas, supuestamente para limpiar sus propios desechos espaciales”.
“Existe la preocupación de llevar armas al espacio exterior. Si se instala armamento en esa estación espacial, eso es un enorme peligro”, expresó Alonso. “Un misil lanzado desde una estación espacial es prácticamente imparable. Se debe evitar a toda costa armar del espacio”.
Programa Artemis
La alianza espacial China-Rusia-Venezuela es creada paralela al programa de exploración lunar Artemis dirigido por la NASA, que cuenta con la colaboración de 23 países (entre ellos Argentina, Brasil, Colombia y México) y un gran numero de empresas privadas, destaca la revista estadounidense Space News.
El programa Artemis pretende volver a la exploración lunar y es un primer paso importante para fomentar la cooperación internacional en la exploración espacial hacia la Luna y Marte. Devolverá astronautas a la superficie lunar, llevará a la primera mujer a la luna e incluirá personas de diversos orígenes, señala en Internet la Cancillería mexicana. Los países socios podrán acceder de forma libre a información y desarrollos tecnológicos realizados por las naciones del programa, agrega el Gobierno de Colombia.
Sin embargo, “a partir de ahora va a haber una estación internacional en la que participen China, Rusia, Venezuela y los que se quieran incorporar”, comentó Alonso. “Cabe el peligro de que exista una competición entre Estados para ver a que proyecto sumarse”.
“Estamos viendo una bifurcación en el gobierno lunar”, dijo a Space News Victoria Samson, directora de la oficina en Washington de la ONG Fundación Mundo Seguro. “No creo que sea útil y puede terminar generando un espíritu competitivo innecesario para las misiones lunares, complicando un entorno ya complicado”.
Aunque se desconoce el papel de Rusia en el proyecto, China enfrenta desafíos para atraer socios al ILRS, precisó Space News.
En abril, la NASA y la agencia espacial de Canadá nombraron a cuatro astronautas para la misión Artemis II planeada para volver a la Luna a finales de 2024, indicó la agencia espacial en un comunicado. La misión Artemis I, fue lanzada en noviembre 2022.
“En la exploración del espacio, la NASA seguirá lo que hemos detallado en los Acuerdos Artemis: que seremos transparentes sobre todas las actividades, operaremos de forma segura y responsable y evitaremos daños e interferencias”, declaró la NASA a la revista Newsweek. “Animamos a todas las naciones a actuar con responsabilidad en el espacio”.