El cierre masivo de comercios por el COVID-19 provoca la pérdida de millones de empleos. En el caso de migrantes de Venezuela, ante la falta de recursos para subsistir lejos de sus casas, algunos deciden regresar a su país; pero a su llegada encuentran malos tratos, graves problemas en el manejo sanitario y discriminación. Además, el régimen de Nicolás Maduro emplea el regreso de esos ciudadanos con fines políticos.
“El régimen de Maduro maneja propaganda donde invita a los ciudadanos a volver a Venezuela, quienes supuestamente serán recibidos por controles médicos y llevados a hoteles, donde pasarán la cuarentena y continuarán su viaje hacia los lugares que habitaban antes, pero la realidad es otra”, dijo a Diálogo Ronal Rodríguez, investigador del informativo Observatorio de Venezuela, de la Universidad del Rosario, Colombia.
“Algunos de los migrantes son sometidos a revisión para verificar su posible contagio con el coronavirus. Los que pasan ese protocolo son llevados a colegios, espacios deportivos, incluso bodegas que ni siquiera tienen acceso a agua potable y se hace casi imposible el manejo real de la enfermedad” agregó Rodríguez. “Es decir, en lugar de ser una medida de contención es una medida de contagio”.
“Esos centros no están dirigidos por personal sanitario, sino por funcionarios del régimen que no están debidamente capacitados, por lo que se repiten situaciones de tratos crueles, inhumanos y degradantes”, aseguró Rafael Uzcátegui, coordinador de PROVEA, ONG venezolana defensora de los derechos humanos. “Solo a quienes presentan síntomas graves les hacen pruebas de laboratorio. Los sitios no cuentan ni con la infraestructura ni con el equipamiento sanitario para tratar afecciones elementales de salud”.
Fines políticos
Rodríguez y Uzcátegui explican que los venezolanos a su regreso también se exponen a discriminación, ya que el régimen aprovecha la coyuntura para impulsar sus posiciones políticas.
Instrumentalizan que el regreso de venezolanos no es por la crisis económica provocada por la pandemia. Jorge Rodríguez, vicepresidente sectorial de Comunicación, Turismo y Cultura de Venezuela, dijo a la prensa el 6 de abril que el corredor humanitario estaba siendo utilizado por Colombia “para colar paramilitares, desertores, y mercenarios que quieren traer problemas a Venezuela”.
“Para separarlos simbólicamente de cualquier identificación de la base chavista, dicen que entre los grupos de retornados hay terroristas colombianos, para legitimar el aislamiento y los maltratos hacia los migrantes”, dijo Uzcátegui. “Algunos voceros [del régimen] afirman que los venezolanos regresan porque se dieron cuenta de las ‘bondades del socialismo’”.
Según Rodríguez y Uzcátegui solo regresan los migrantes económicos, no así los perseguidos políticos del régimen, quienes siguen corriendo grave riesgo. “Los que regresan desarrollaban trabajos en sectores de la economía informal y por las circunstancias [de desempleo] no pueden acceder a la actividad económica y eso los lleva a regresar”, agregó Rodríguez.
“Sin embargo, el régimen dice que los migrantes venezolanos están de vuelta porque fueron víctimas de xenofobia, y que hacen parte de la oposición para desestabilizar a Venezuela y dañar los resultados del manejo de la pandemia del COVID-19”, explicó Rodríguez. “Es toda una puesta en escena usada para justificar el debacle del sistema médico; es decir, afirmar que el regreso de estos venezolanos fue lo que desestabilizó a Venezuela”.