Por primera vez, el buque hospital de la Marina de los EE. UU. USNS Comfort (T-AH 20), que navega hacia Latinoamérica y el Caribe como parte de la misión humanitaria Promesa Continua 2022, patrocinada por el Comando Sur de los EE. UU., está rompiendo las barreras de género al ampliar la perspectiva de los temas tradicionales de seguridad y salud.
La misión actual se está comprometiendo con la iniciativa Mujeres, Paz y Seguridad (WPS) para fortalecer el objetivo común de abordar la violencia de género y el empoderamiento de las mujeres.
“Cuando las mujeres o cualquier persona en la comunidad está experimentando la violencia de género, es uno de los obstáculos que les impide ser capaces de participar plenamente en su comunidad, las instituciones y los programas en los que son capaces de participar en la toma de decisiones, el impacto de la paz, y la seguridad en sus comunidades y la nación en su conjunto”, dijo la Capitán de la Marina de los EE. UU. Carolyn Carrie, líder de WPS para la misión Promesa Continua, durante el taller de Violencia de Género, realizado en San Pedro Sula, Honduras, del 31 de octubre hasta el 1.o de noviembre.
“Esto no es sólo un problema en Honduras. Es un problema en todo el mundo, y tenemos que abordar el problema juntos”.
Además de prestar asistencia humanitaria, fomentar la preparación y la buena voluntad, la misión en Puerto Barrios (Guatemala) primera escala del buque, y en San Pedro Sula unió al personal militar y civil de los Estados Unidos y de los países amigos con las agencias federales, los socios internacionales y las ONGs bajo el amparo de WPS, como un esfuerzo global para apoyar las contribuciones de las mujeres en los sectores de defensa y seguridad.
WPS es una piedra angular de la misión de SOUTHCOM de promover las asociaciones de seguridad en todo el hemisferio occidental.
La agenda de WPS abordó los tipos y las raíces de la violencia de género, las víctimas y los perpetradores, y el empoderamiento de las mujeres. Además, la agenda incluyó la violencia en poblaciones vulnerables y los desafíos que enfrenta el sistema de salud para la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y personas queer (LGBTQ). Los temas se presentaron con panelistas y ejercicios de grupo.
La experiencia de Honduras
La violencia de género es un tema que llama mucho la atención en Honduras. “Honduras tiene una de las tasas más altas de muertes de mujeres a manos de su pareja. Es una de las más altas de Centroamérica, aunque Guatemala tiene tasas aún más altas y se debe en gran medida a la violencia”, dijo la doctora Lynn Lieberman Lawry, profesora asociada del Departamento de Medicina Preventiva y Bioestadística de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Servicios Uniformados en Bethesda, Maryland.
La doctora Lieberman miró a los participantes en el taller sobre violencia de género y se sintió optimista de que los cambios son posibles. Los participantes hablaron con entusiasmo de la violencia contra las mujeres en sus comunidades.
“Es hora de abordar los problemas de la violencia de género, sus raíces y sus causas con nuestros países asociados de Latinoamérica y el Caribe, para poder encontrar soluciones. Debemos prevenirla y responder a ella”, añadió la profesora Lieberman.
“Vimos la oportunidad de poder hacer una alianza con la misión de Promesa Continua. Me comentaron que estaban interesados en hacer un taller de violencia basada en género. Este es un problema que nosotros lo vemos a diario aquí en Ciudad Mujer”, dijo Laura Noriega, participante y gerente del Centro Ciudad Mujer en Puerto Cortés, una organización interinstitucional que busca empoderar a las mujeres y mejorar sus condiciones de vida y la sede del taller. “El seminario encaja dentro de nuestras prioridades y sobre todo nos da la posibilidad de platicar y actualizarnos en el tema al lado de otras instituciones y organizaciones”.
La voz de Guatemala

La discriminación y la violencia contra las mujeres y la comunidad LGBTQ son omnipresentes en Guatemala.
Según Melisa Portillo, gerente de proyectos de Gobierno Municipal Urbano, un proyecto que se enfoca en la prevención de la violencia y la migración irregular, financiado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la violencia de género es el delito más denunciado en el país.
“En 2021 se hicieron más de 89 000 denuncias en el Ministerio Público con una tasa de resolución de sólo 23 por ciento”, dijo Portillo a los participantes en el simposio híbrido de mujeres, realizado en Puerto Barrios, el 27 de octubre.
“Cuando las mujeres se involucran en las negociaciones de resolución de conflictos, la paz es duradera y los elementos de la comunidad y la familia lo tienen en cuenta en un país donde los niveles de violencia de género son altos”, añadió Portillo, explicando que las mujeres deben tomar un papel más fuerte en el proceso de paz, lo que podría beneficiar a la comunidad para hacerla más segura y próspera.
Ingrid Alicia Gamboa González, presidenta de la Asociación de Mujeres Iseri Ibagari (vida nueva en lengua garífuna) y panelista de la violencia de género desde la perspectiva del pueblo garífuna afro-caribeño, dijo que “en nuestro contexto local, casi no se habla sobre la violencia basada en género y es una violencia cotidiana, exagerada y desproporcionada, especialmente cuando se trata de la población LGBTQ”.
Gamboa enfatizó la necesidad de una discusión nacional sobre la violencia de género en todos los niveles para visibilizar la problemática, sobre todo cuando diferentes sectores de la sociedad la padecen.
Además, destacó la necesidad de que el sistema de justicia proteja a la población vulnerable y no les falle. “Nuestra sociedad necesita entender y respetar los derechos humanos porque todos merecemos vivir en igualdad”.