El 6 de enero, las fuerzas del Comando Central de los Estados Unidos interceptaron en el Golfo de Omán un velero sin bandera, que transportaba de contrabando más de 2000 fusiles de asalto AK-47 en aguas internacionales de Irán a Yemen.
La embarcación navegaba por una ruta históricamente utilizada para el tráfico de armas a los Houthis en Yemen. Un equipo del buque patrullero costero USS Chinook abordó la embarcación, con el apoyo del buque patrullero de clase Cyclone USS Monsoon y el destructor de misiles guiados USS The Sullivans.
“El flujo ilegal de armas a través de las vías navegables internacionales tiene un efecto desestabilizador en la región”, declaró el General del Ejército de los EE. UU. Michael “Erik” Kurilla, comandante del CENTCOM.
“Estamos comprometidos con la seguridad y la estabilidad de la región y con el cumplimiento de la ley internacional”, continuó el Gral. Kurilla. “Junto con nuestras fuerzas asociadas, el CENTCOM disuadirá e interceptará la entrada de este tipo de material letal en la región, ya sea por aire, tierra o mar”.
“Este envío forma parte de un patrón continuado de actividad desestabilizadora procedente de Irán”, declaró el Vicealmirante de la Armada de los EE. UU. Brad Cooper, comandante del Comando Central de las Fuerzas Navales de los EE. UU., de la 5.ª Flota de los EE. UU. y de las Fuerzas Marítimas Combinadas. “Estas amenazas tienen nuestra atención.
Permanecemos vigilantes para detectar cualquier actividad marítima que amenace la libertad o comprometa la seguridad regional”.