Para eludir inspecciones financieras, el Primer Comando de la Capital (PCC), la organización criminal más grande del narcotráfico brasileño, alquila propiedades para ocultar dinero y armas. Los delincuentes denominan a estas propiedades “casas de seguridad”, la mayoría de las cuales se encuentran en São Paulo y en las cercanías de la ciudad de Santos, donde el PCC utiliza el puerto principal de Brasil para la exportación de drogas.
El descubrimiento de casas de seguridad es el resultado de una investigación del Ministerio Público (MP) de São Paulo, que comenzó en 2019, con el objetivo de desentrañar el esquema de lavado de dinero del PCC. Según el MP, el PCC vendió 15 toneladas de cocaína en los primeros seis meses de 2019. Entre enero de 2018 y julio de 2019, los delincuentes movilizaron unos USD 195 millones por la venta de drogas.

“Logramos identificar y localizar a todos los líderes de la facción. Hemos ubicado a importantes sectores de la organización vinculados al tráfico, además de identificar a los responsables de la logística de abastecimiento de drogas desde Paraguay y Bolivia”, manifestó el fiscal Lincoln Gakiya.
Durante un enfrentamiento policial en septiembre de 2020, las autoridades arrestaron a Robson Sampaio de Lima, cabecilla financiero de la pandilla conocida como Alemania, dentro de una de las casas de seguridad descubiertas por el MP. Hasta el momento, las operaciones del MP con la Policía Militar y los operativos de la Policía Federal (PF) propiciaron la detención de 13 personas, de las 20 identificadas como operadoras del esquema de blanqueo de capitales del PCC. Además, se congelaron más de USD 14 millones en cuentas de estos delincuentes y de empresas vinculadas a ellos.
Marcos Willians Herbas Camacho, máximo líder de la organización conocido como Marcola, está preso desde 1999. Actualmente, cumple su condena en la Penitenciaría Federal de Brasilia, la cual se inauguró en 2018 con el objetivo de aislar a los presos más peligrosos del país.
Generación de patrimonio
Además de ocultar en cajas de seguridad dinero en efectivo y armas, el PCC ha operado por más de 10 años una estructura para la compra y venta de artículos de lujo, con el objetivo de camuflar el origen ilícito de los fondos.
Según una investigación de la PF, este patrimonio alcanzó su pico en 2017, cuando se identificaron en total 73 inmuebles valuados en casi USD 6 millones. A partir de entonces, el patrimonio comenzó a disminuir. En octubre de este año, la organización criminal tenía en su poder 58 departamentos, casas y terrenos, valuados en un total de aproximadamente USD 3,5 y 210 automóviles, camiones y motocicletas.
Para la FP, esta descapitalización puede deberse a tres motivos: inversiones en otras áreas, pago de deudas a proveedores de cocaína o remesas de dinero al extranjero. El análisis del material incautado en operativos policiales y la continuación de las investigaciones responderán a estos y otros interrogantes. “Vamos a cruzar estas negociaciones inmobiliarias con el impuesto a la renta de los involucrados” indicó Rodrigo Costa, delegado de la PF.