Desde la reapertura de la Oficina de Cooperación en Seguridad (OSC) en Ecuador en 2018, la cooperación bilateral ha aumentado a un ritmo exponencial. En 2023, Ecuador se preparaba para acoger el Ejercicio Resolute Sentinel 2023, que habría sido el mayor ejercicio militar bilateral realizado en territorio ecuatoriano. Se estimaba que participarían unos 1.000 efectivos estadounidenses de todas las ramas de servicio. Sin embargo, a medida que avanzaba la planificación, una de las mayores cuestiones pendientes era cómo introducir en Ecuador esa cantidad de personal militar estadounidense y el equipo asociado. Durante ese tiempo, todo el personal militar que entraba en Ecuador necesitaba pasaportes y visados oficiales, un proceso que podía llevar hasta cuatro meses, y los trámites aduaneros solían llevar al menos un mes para introducir el equipo en el país. Para agravar el problema, muchos de los participantes en el ejercicio eran reservistas, por lo que debían ser activados y recibir órdenes de viaje antes de poder iniciar el proceso. El equipo de la embajada en el país trabajó por muchas vías para encontrar soluciones que agilizaran la tramitación de pasaportes y visados, pero al final todo se redujo a una cuestión de ancho de banda multilateral entre todas las partes interesadas, lo que en esencia provocó una paralización del trabajo insostenible para todos los asuntos no relacionados con el ejercicio. Esto habría supuesto una carga importante para toda la empresa, tanto por parte de Estados Unidos como de Ecuador.
Además, si todo el equipo y el personal podían entrar en Ecuador, el personal estadounidense que operaba en Ecuador no tenía ninguna protección de estatus. Si se produjera algún incidente, sería necesario un importante compromiso diplomático para resolverlo. Con la posibilidad de que entraran en el país hasta 1.000 militares estadounidenses, se trataba de un riesgo importante que debían asumir el Equipo de País y el Mando de Combate. Esto, combinado con la burocracia del gobierno ecuatoriano y la responsabilidad política de los líderes gubernamentales, llevó finalmente a trasladar el ejercicio a otro país para salvar los valiosos fondos del ejercicio. Los militares ecuatorianos se sintieron decepcionados, ya que habría sido una oportunidad de adiestramiento pocas veces vista en su país. Aunque algunas partes del ejercicio pudieron llevarse a cabo en Ecuador, no tuvieron el mismo impacto que el ejercicio completo. Tras esta decisión, y dada la creciente demanda de cooperación en materia de seguridad por parte de Estados Unidos, el equipo estadounidense en el país decidió redoblar sus esfuerzos para conseguir un Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas (SOFA) en Ecuador. Se sabía que el camino para conseguir un SOFA sería difícil basándose en esfuerzos anteriores, pero el entorno político y de seguridad era ventajoso para concluir este tipo de acuerdo bilateral.
La ratificación de un SOFA ha sido un proceso largo y complejo. La rápida ratificación del SOFA por parte de Ecuador en el plazo de un año desde las negociaciones iniciales constituye un caso de estudio de colaboración interinstitucional eficaz. En 2022, el embajador reconoció la apertura política para mejorar la cooperación bilateral en materia de seguridad y presionó al Departamento de Estado, al Mando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM) y a la Oficina del Secretario de Defensa para que iniciaran negociaciones con Ecuador sobre el SOFA. La Misión Ecuador aprovechó entonces la visita del Comandante del Comando Sur en septiembre de 2022 para obtener un compromiso verbal del entonces Presidente Lasso. Esto allanó el camino para el pleno compromiso del Ministerio de Asuntos Exteriores (MAE) sobre la cuestión. La sección política y la OSC de la Embajada de EE.UU. colaboraron estrechamente para organizar sesiones de negociación entre un equipo interinstitucional dirigido por el Estado, el MAE y funcionarios del Ministerio de Defensa ecuatoriano. Cuando los funcionarios de defensa ecuatorianos se opusieron inicialmente a la falta de reciprocidad del SOFA, la Misión Ecuador utilizó con éxito las primeras conversaciones bilaterales sobre defensa para obtener un compromiso público del ministro de defensa que invalidara las objeciones de su personal. En las conversaciones sobre defensa, el embajador y el negociador del tratado del MAE se turnaron para ofrecer una visión general elocuente del contexto de seguridad que requería una mayor cooperación en materia de seguridad posibilitada por el SOFA. Ello contribuyó a demostrar que la estrategia puesta en marcha con tanto esfuerzo mediante una estrecha colaboración entre agencias estaba funcionando para hacer realidad el SOFA. Estos esfuerzos culminaron con la firma del SOFA en octubre de 2023 y su posterior ratificación en 2024.
La ratificación del SOFA agiliza la cooperación a través de la Hoja de Ruta de Asistencia al Sector Seguridad de Ecuador (ESSAR), un marco de planificación bilateral que describe las prioridades de seguridad compartidas por EE.UU. y Ecuador y presenta objetivos de desarrollo de capacidades para abordar los desafíos de seguridad regional. Los objetivos se agrupan en cinco áreas de capacidades conjuntas y se apoyan en una variedad de actividades de cooperación en materia de seguridad. Para que estas actividades fueran efectivas, era necesaria una mayor interacción entre el personal militar estadounidense y ecuatoriano. El SOFA mejora la capacidad de llevar a cabo estas actividades al establecer el marco legal que rige al personal estadounidense y sus actividades en el país, incluyendo la jurisdicción penal y civil, las obligaciones en materia de licencias e impuestos y la normativa aduanera. Según lo acordado, el SOFA proporciona al personal estadounidense protecciones legales equivalentes a los privilegios, exenciones e inmunidades concedidos al personal administrativo y técnico de una misión diplomática en virtud de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 18 de abril de 1961. Estas protecciones facilitarán la cooperación y las operaciones militares entre EE.UU. y Ecuador mediante el establecimiento de procedimientos para el despacho de aduanas, el acceso al país y otras formas de apoyo logístico necesarias para ejecutar las actividades relacionadas con ESSAR.
Aunque contar con un SOFA puede aumentar la colaboración para cumplir los objetivos de ESSAR, también conlleva consideraciones políticas y diplomáticas que requieren una gestión cuidadosa por parte de ambos países participantes. El aumento de la presencia de fuerzas militares estadounidenses en territorio ecuatoriano puede provocar la oposición pública de algunos segmentos de la población que argumentan que el SOFA concede privilegios e inmunidades sin precedentes al personal militar extranjero, lo que socava la jurisdicción legal y la soberanía de Ecuador. Sin embargo, dada la actual situación económica y de seguridad en Ecuador, estos riesgos se ven superados por los beneficios que aporta la cooperación estadounidense en materia de seguridad. Como representantes en el país del Mando de Combate militar, el OSC conserva la responsabilidad de garantizar que el SOFA preserve las relaciones diplomáticas positivas mediante el fortalecimiento de la cooperación en materia de seguridad y la interoperabilidad entre EE.UU. y Ecuador. Tal y como se recoge en el ESSAR, el SOFA debe contribuir a obtener beneficios tangibles para la seguridad y la estabilidad de Ecuador. Las amenazas a las que se enfrentan cada día los ciudadanos de Ecuador requieren una fuerte capacidad de defensa y seguridad para hacer frente a un entorno en constante cambio que incluye la lucha contra el terrorismo, la lucha contra el tráfico ilícito, la detección de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), y la defensa cibernética. El SOFA facilitará el apoyo de Estados Unidos mediante la realización de ejercicios conjuntos, programas de entrenamiento y equipamiento, operaciones militares combinadas y otras actividades de cooperación en materia de seguridad.
Desde el punto de vista de las relaciones públicas, los funcionarios estadounidenses están aprovechando las oportunidades para destacar el SOFA con una campaña estratégica de mensajes públicos que aborde las preocupaciones del público, destaque los beneficios mutuos y subraye la responsabilidad y el respeto por la soberanía de Ecuador:
- Hacer hincapié en los mecanismos de rendición de cuentas incluidos en el SOFA para que el personal estadounidense rinda cuentas de sus acciones y garantizar a la población que las transgresiones se tratarán con transparencia y de conformidad con el acuerdo.
- Destacar los beneficios económicos del SOFA, como la creación de empleo, el desarrollo de infraestructuras y el aumento de la actividad económica asociada a la acogida de personal estadounidense, subrayando ejemplos concretos (ayuda humanitaria/donaciones de equipamiento).
- Fomentar el diálogo abierto entre los líderes comunitarios para subrayar la importancia de la asociación para abordar los retos de seguridad compartidos y dar forma a la seguridad futura de Ecuador.
- Reiterar el compromiso de EE.UU. de respetar la soberanía de Ecuador y que el SOFA no amenaza sino que mejora la capacidad de Ecuador de hacer valer su soberanía.
En resumen, la relación simbiótica del SOFA y el ESSAR establece el camino para alcanzar los objetivos estratégicos al proporcionar las protecciones legales vitales que necesita el personal estadounidense implicado en la planificación y ejecución de operaciones, actividades e inversiones. También refuerza la soberanía de Ecuador y aporta beneficios tangibles a la economía ecuatoriana a través del aumento del gasto militar estadounidense asociado a las actividades relacionadas con el ESSAR, al tiempo que crea una fuerza más capaz. El SOFA y el ESSAR establecen mecanismos transparentes de cooperación y representan un compromiso mutuo entre Estados Unidos y Ecuador para fortalecer la cooperación en materia de seguridad, apoyar la estabilidad regional y promover el estado de derecho para construir un futuro más seguro y próspero para todos.
Este artículo de Academia fue traducido por máquina.