Cuando cae la tarde en Caracas, Venezuela, el doctor Eloy se apresura a cerrar su consultorio y regresar a la vivienda colectiva donde asiste desde hace casi cinco años. Graduado en Cuba como médico en 2013 fue a Venezuela con la esperanza de incrementar su salario, que apenas superaba los USD 60 al mes.
“El Gobierno cubano exporta alrededor de 40 000 médicos que prestan sus servicios en el exterior”, asegura la Dra. Elaine Acosta, académica de la Universidad Internacional de Florida, en su reporte de agosto de 2021 Panorama general de las brigadas médicas comunistas de Cuba en América Latina. “Según datos del Gobierno venezolano, se encuentran en activo [en el país] 25 000 colaboradores”.
Las misiones internacionales cubanas les permiten a los médicos aumentar su salario, pero es el régimen quien saca el mejor partido. “En la última década, los profesionales [cubanos] contratados en el exterior aportaron un promedio anual de más de USD 11 000 millones, reportó en 2020 la agencia de noticias alemana DW.
“La exportación de servicios constituye la principal fuente de ingresos cubanos. Los servicios de salud, que Cuba llama ‘colaboración médica’, constituyen históricamente del 50 por ciento al 75 por ciento del total”, dijo María Welau, investigadora y directora de la ONG Archivo Cuba.
“Durante décadas y con la ayuda de aliados y socios, Cuba hizo creer que dichas ‘misiones’ eran ‘colaboraciones’ altruistas y solidarias; [hasta el] 2010 el gobierno reconoció que recibía ingresos por ellas. El esquema siempre ha generado ingresos para el Estado cubano y está anclado a la explotación de los trabajadores”, agregó Werlau.
Eloy, el médico que prefiere no revelar su apellido por miedo a represalias del régimen cubano, relata vía telefónica a Diálogo que trabaja en condiciones paupérrimas, con apenas alimentos, compartiendo habitación con otros cinco médicos.
“Cuba nos entrega un pasaporte rojo, oficial, que no nos sirve para viajar a ningún otro sitio. Si huimos nos castigan sin poder regresar a visitar a nuestros familiares por ocho años”, contó Eloy, refiriéndose a la prohibición de facto de entrada a Cuba para quienes abandonen la misión. “El régimen cubano se queda con entre el 75 y el 90 por ciento del salario que pagan los países receptores por su personal de salud”.
Eloy también señaló que Cuba le mantiene una cuenta congelada, que solo podrá utilizar cuando termine la misión. “Si [desertas] pierdes todo el dinero que acumulaste. Cuba te ofrece en cada país un estipendio que apenas da para comer”, relata.
Las divisas que producen los médicos cubanos son indispensables para Cuba, cuya economía está asfixiada entre otras razones por el desplome del turismo; “además, las brigadas médicas internacionales son, factiblemente, la principal fuente de influencia política, propaganda y legitimación internacionales para la dictadura cubana”, asegura Werlau.
Prisoners Defenders, una ONG con sede en Madrid que aboga por los derechos humanos y la acción jurídica, acusa al régimen cubano de trata de personas por sus misiones médicas en el extranjero, y documenta semanas de trabajo de 64 horas, ausencia de contratos, restricción de movimientos y vigilancia constante.
Javier Larrondo, presidente de Prisioners Defenders, recoge testimonios de médicos cubanos en el extranjero. “De los 622 testimonios presentados, el 60 por ciento dijeron que les obligaban a alterar las estadísticas. Sacaban los nombres de pacientes falsos de la guía telefónica”.
“Los médicos son las víctimas de esta historia, sus familias están retenidas en Cuba, sus pasaportes y títulos también; son como personas que no existen salvo que acaten las normas del Gobierno cubano. Hay muchos agentes de seguridad del Estado que se hacen pasar por médicos para hacer espionaje, son un 15 por ciento del contingente desplegado en el mundo”, finalizó Larrondo.