El Gobierno de los Estados Unidos se está preparando para reabrir su embajada en Caracas porque piensa que una transición está llegando a Venezuela, dijo el enviado especial de los EE. UU. para el país sudamericano Elliott Abrams, el 30 de abril.
“Creemos que una transición está por venir y necesitamos estar preparados”, aseguró Abrams en una conversación en línea con el centro de estudios Hudson Institute.
El 29 de abril, el secretario de Estado de los EE. UU. Mike Pompeo, dijo en una rueda de prensa que había encargado a su equipo tener listos los planes para restablecer la presencia diplomática en Venezuela.
Abrams agregó el 30 de abril que los EE. UU. no contemplan volver a Venezuela si Nicolás Maduro sigue en el poder, pero que están confiados en que la presión alrededor del presidente en disputa va a aumentar muy pronto.
“La situación a corto plazo empeorará internamente”, señaló Abrams.
El diplomático advirtió que, dados los cargos criminales a los que se enfrenta en los EE. UU., Maduro debe ser “extremadamente cuidadoso” con sus viajes. Si va a un país que tenga extradición con los EE. UU. podría ser arrestado, sentenció Abrams.
Con la caída de los precios del petróleo, principal fuente de riqueza del país, las sanciones estadounidenses y ahora la pandemia del coronavirus, Venezuela se encuentra en una grave situación socioeconómica.
El Gobierno de los EE. UU. envió USD 9 millones para ayudar al país a enfrentar el COVID-19, y descongeló fondos del Estado venezolano para uso del gobierno interino de Juan Guaidó.
“Guaidó tiene acceso a algunos fondos en los EE. UU. que quedaron del Banco Central de Venezuela”, aseguró Abrams.
A finales de marzo, el gobierno interino anunció que donaría USD 20 millones de sus cuentas en los EE. UU. a organismos internacionales, para la atención del coronavirus en Venezuela.
Abrams dijo el 30 de abril que organismos como UNICEF y “otras agencias” han “tenido miedo de aceptar estos fondos, porque temen repercusiones por parte del régimen”.