Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética desarrolló métodos de interferencia externa para expandir el plan soviético a nivel ideológico. Para lograr este objetivo utilizaron un gran número de herramientas denominadas colectivamente “medidas activas”. Hoy en día, para no tener que recurrir directamente al conflicto armado, Rusia ha resucitado estas formas de guerra no convencional para lograr sus objetivos políticos.
El Kremlin adaptó con éxito las técnicas de las medidas activas al entorno estratégico moderno, creando o cambiando las ideologías en un determinado segmento de la población sobre un tema específico, favoreciendo a un político o a un partido en concreto. Esto se llama campaña de influencia. En el pasado las televisoras, las estaciones de radio, los diarios y las revistas, eran los medios de comunicación elegidos para este tipo de acciones desestabilizadoras. Hoy en día se utilizan un gran número de cuentas falsas en las redes sociales, que no suelen estar situadas en el país en el que tiene lugar el debate.
Y el país que es objeto del mayor número de acusaciones de intromisión ilegal, por parte de los gobiernos y los medios de comunicación especializados, es Rusia. Los expertos afirman que los rusos influyen en el debate público a través de cuentas semiautomatizadas que reproducen cierto tipo de contenidos, los llamados bots. Según Gustavo Rivero, profesor asociado de estudios internacionales de la Universidad de la Salle de Colombia, “el caso ruso más emblemático son las granjas de bots de la Internet Research Agency, que tienen un alto grado de coordinación para reproducir una determinada narrativa y hacerla viral. Una historia de este tipo se clasifica como desinformación, ya que se trata de información falsa difundida con la intención de engañar”.
Además, de acuerdo a Rivero, también se ha cuestionado la naturaleza de medios financiados por Rusia como RT en Español, cuya audiencia crece en países como Argentina, Colombia, México y Venezuela, o Sputnik Mundo.
Elecciones en Colombia
A medida que se acercan las elecciones en Colombia crece la preocupación por la posible injerencia rusa en el proceso electoral del país sudamericano. Una preocupación que no es nueva.
En mayo de 2021, por ejemplo, el Gobierno colombiano culpó a Rusia de estar vinculada a los ciberataques contra portales oficiales colombianos. En ese momento, la embajada rusa negó las acusaciones.
Según Filipe Rocha Guerra da Silva, que hizo una disertación sobre el tema para su maestría en Estudios Internacionales en el Instituto Universitario de Lisboa, Portugal, cada vez es más difícil confirmar esta posible injerencia rusa, porque “todo el aparato desde el que Rusia opera sus medidas activas es diferente al que utilizaba la Unión Soviética. En la época soviética, tres entidades conformaban el aparato de medidas activas, mientras que en Rusia existe una estructura más descentralizada, en la que los distintos organismos tienen diversas funciones incorporando muchos jefes diferentes que realizan operaciones, lo que permite una negación convincente cuando surgen acusaciones”.
Y Rusia no muestra signos de abandonar estas medidas como forma de influencia, al menos hasta que los costes de su uso superen los beneficios que aportan.