Se engañan quienes piensan que el presidente ruso Vladimir Putin ve solamente hacia Ucrania. A miles de kilómetros de distancia de la invasión rusa a su vecino país, el Kremlin juega al “buen amigo distante” en Latinoamérica, una región de enorme importancia, acentuada por la tensión permanente entre Rusia y los Estados Unidos. El “juego” ruso va mucho más allá de la ya famosa relación de amistad con Cuba, Nicaragua y Venezuela. Putin se acerca de manera relevante principalmente a dos de las mayores potencias sudamericanas: Argentina y Brasil.
Si la imagen de la reunión entre Putin y el presidente de Francia Emmanuel Macron separados por una mesa de muchos metros de largo llamó la atención mundial (la misma mesa fue utilizada por el Kremlin para una reunión entre Putin y el canciller alemán Olaf Schloz), también llamó la atención la presencia del presidente brasileño Jair Bolsonaro en Moscú a mediados de febrero. Pero al contrario del gobernante francés el brasileño estuvo muy cerca del mandatario ruso, sellando su amistad con un fuerte apretón de manos. “Brasil es el principal socio comercial de Rusia en Latinoamérica y el Caribe”, declaró Putin en esa ocasión.
En una gira internacional que lo llevó también a Barbados y China, el presidente argentino Alberto Fernández fue recibido calurosamente a inicios de febrero por Putin, en el Kremlin. En el encuentro, el líder argentino aseguró que su país “debe ser la puerta de entrada” de Rusia en Latinoamérica. Según Fernández, Argentina “tiene que abrirse hacia otros lados, y ahí es donde me parece que Rusia tiene un lugar importante”, indicó refiriéndose al interés de la Casa Rosada de romper su dependencia comercial y económica con el Fondo Monetario Internacional.
Como reportó el Chicago Tribune en un artículo publicado el 15 de febrero, la reciente diplomacia rusa hacia Latinoamérica es un recordatorio de que, para Putin, hay un objetivo primordial en su política exterior: devolverle a Rusia su estatus de gran potencia, capaz de desafiar a los Estados Unidos.
“Vladimir Putin busca posicionarse como líder en un intento de cambiar el mundo y las reglas internacionales. Por primera vez en Latinoamérica estamos entendiendo que las cosas no van a pasar solo lejos de nuestras casas; esta crisis se acerca a la región a la velocidad de un avión supersónico”, dijo el analista ruso Vladimir Rouvinski, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Icesi, en Cali, Colombia, al diario El Colombiano.