El régimen chino trabaja para aumentar masivamente su esfera de influencia en Latinoamérica. “Sus políticas imprudentes destruirán esa región en los próximos años”, indicó la plataforma india Firstpost, a inicios de abril.
“Beijín utiliza su fuerza económica en Latinoamérica para presionar y alcanzar sus intereses geopolíticos, y soborna para quebrantar las decisiones de algunos gobiernos de tener lazos con Taiwán”, dijo el 5 de mayo a Diálogo Jorge Serrano, miembro del equipo de asesores de la Comisión de Inteligencia del Congreso de Perú.
Bajo la política de “una sola China”, Beijín trabaja para aumentar su influencia, asegurándose de que cada vez menos países en todo el mundo reconozcan a Taiwán. De los 13 países que lo hacen, siete están en Latinoamérica, una región crucial para Beijín para imponer su hegemonía, señaló Firstpost.
China no acepta tener relaciones con gobiernos que reconozcan a la isla como independiente, dice la plataforma británica BBC. Los últimos países latinoamericanos en romper lazos diplomáticos con Taiwán fueron Panamá, El Salvador, República Dominicana, Nicaragua y más recientemente Honduras, que giró oficialmente hacia China a finales de marzo de 2023.
El canciller hondureño Enrique Reina, dijo que la decisión se debe a “pragmatismo, no a ideología”, reportó Reuters. Reina dijo que Honduras está “hasta el cuello” por problemas financieros. Tegucigalpa debe a Taiwán unos USD 600 millones; deuda que en parte motivó a Honduras para abrir relaciones con China, indicó el ministro, de acuerdo con BBC.
Control total
El patrón de comercio del régimen chino “está colonizando a los países latinoamericanos”, según Firstpost. Las exportaciones de Latinoamérica a Beijín consisten en petróleo, cobre, soya, minerales y otras materias primas para apoyar el desarrollo industrial chino.
Desde 2018, China otorga prestamos millonarios impagables para impulsar la iniciativa de la Franja y la Ruta para ampliar su comercio y espacios territoriales en países latinoamericanos que tienen suficientes recursos energéticos o naturales, refiere Indiciales, una revista de la Universidad de Sonora, de México.
Pero más problemático es que sea Beijín quien fije las reglas y los estándares de su actuación, porque es justamente la ausencia de contrapesos en su modelo de desarrollo lo que alimenta los abusos, indica la plataforma latinoamericana Diálogo Político.
“China busca tomar directamente el control de empresas y sectores estratégicos en Latinoamérica como energía, puertos, aeropuertos y minerales como el litio”, comentó Serrano. “Un ejemplo se puede ver en Perú, donde hay un cártel de empresas chinas que ganan casi todos los contratos principales en construcción de infraestructura de manera corrupta, pagando sobornos y usando el espionaje industrial”.
Malas prácticas
Décadas después que el Estado chino iniciara su internacionalización, las malas prácticas y los bajos estándares de las empresas estatales son habituales y transversales a lo largo y ancho del continente americano, agrega Diálogo Político.
“Ahora China tiene el 100 por ciento del control de la energía eléctrica en Lima a pesar de que en Perú hay una ley que prohíbe el monopolio”, indicó Serrano. “El Congreso va a iniciar una investigación, pues también quieren construir otro mega puerto en el país”.
La creciente demanda china de recursos minerales y agrícolas convirtió a varios países latinoamericanos en dependientes de un solo socio y transformó los paisajes locales con una fuerte huella de carbono, refiere la plataforma France 24.
El Colectivo sobre Financiamiento e Inversiones Chinas, Derechos Humanos y Ambiente (CICDHA) presentó en febrero ante la Organización de las Naciones Unidas los “graves abusos” a los derechos humanos y el impacto ambiental de 14 megaproyectos chinos en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela.
“Comunidades peruanas que están alrededor del desarrollo del puerto chino en Chancay, denuncian constantemente que los empresarios chinos depredan y afectan zonas intangibles de protección medioambiental para la fauna y flora”, comentó Serrano. “Están acabado con toda la capacidad de la pesca”.
Resultados tangibles
“No hay ninguna duda que el objetivo de China es devorar a la presa totalmente (…) comérsela completamente, esa es la nueva forma de actuar de Beijín en la región”, dijo Serrano. “China sabe qué muchas empresas latinoamericanas están débiles y está cazando a esas empresas, jugando sucio y utilizando mucho el espionaje industrial”.
“El resultado de la intromisión china la podemos ver en Bolivia, Cuba y Venezuela. China ha comprado el alma de los gobernantes de esas naciones”, dijo Serrano. “Les ha dado prestamos a futuro, pero al final no ha mejorado la calidad de vida de las poblaciones”.
“Estamos ante una muestra del paquete completo negativo que están cosechando los países que se han aliado a China. Ese es el mensaje de lo que se obtiene con ese vinculo, con el régimen chino: gobiernos dictatoriales, antidemocráticos y crisis económicas terribles”, finalizó.