Costa Rica continúa combatiendo con éxito a los grupos narcotraficantes del Caribe que desplazaron sus rutas de trasiego hacia el océano Pacífico. El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica confirmó que el incremento de las trazas es significativo.
“Esto lo podemos atribuir a diferentes circunstancias: el Pacífico es una zona transitable con mayor facilidad. La presencia de los países es menor, comparado con el Caribe”, explicó a Diálogo el 24 de agosto de 2022 Michael Soto, exministro de Seguridad Pública, y actual jefe de la oficina de Planes y Operaciones del OIJ. “Debido a que el territorio es muy amplio las embarcaciones se pueden mover con mayor facilidad. Costa Rica tiene un mar patrimonial muy extenso que incluye la Isla del Coco. Esta labor no se podría realizar sin el apoyo internacional”.
En el océano Pacífico Costa Rica cuenta con la ayuda de las fuerzas de seguridad de Panamá, con quien realiza interdicciones conjuntas. A este esfuerzo se suman también Colombia patrullando su mar territorial; y los Estados Unidos, con múltiples recursos para identificar las trazas e interceptar a los narcotraficantes.
Un ejemplo de esta cooperación ocurrió el 10 de agosto al suroeste de Quepos, provincia de Puntarenas, en el Pacífico Sur. Gracias a las aeronaves de los EE. UU. que patrullan la zona, el Servicio Nacional de Guardacostas costarricense interceptó una embarcación con 1300 kilogramos de marihuana, reportó el Ministerio de Seguridad Pública.

Según cifras del Instituto de Seguridad y Criminología de Costa Rica (ISEC), 70 por ciento de la droga que cruza por el país es movilizada en el mar. El 30 por ciento restante se trafica por tierra o aviones, ya sean comerciales o clandestinos. A estos datos, añaden que el 70 por ciento de los homicidios están vinculados al narcotráfico.Mientras los asesinatos bajan en la capital, San José, suben en las provincias de Limón y Puntarenas, en la costa.
“Puntarenas depende básicamente de dos factores de empleo: pesca y turismo. El COVID–19 hundió el turismo, y la pesca es muy artesanal, poco remunerada, por lo que algunos pescadores se ven obligados aapoyar los trasiegos en alta mar”, dijo a Diálogo Eric Villalba Gallo, criminólogo y profesor del ISEC. “Tanto Limón y el Pacífico son parte de la ruta narco. Sin embargo, Puntarenas tiene ventajas sobre Limón. Puntarenas ha tenido industria pesquera, Limón no”.
Justo en la provincia de Limón, el 8 de agosto la Policía de Control de Drogas desarticuló un clan dedicado al tráfico local de drogas; al mismo tiempo, el SNG, junto a los EE. UU., interceptaron una embarcación frente a la provincia de Limón, que transportaba 431 kg de cocaína, reportó el Ministerio de Seguridad Pública.
El ISEC señala que Puntarenas es usada más para cargamentos clandestinos con lanchas rápidas. Limón es usada más para enviar droga con carga legítima en contenedores vía Moín. Advierte también que los decomisos realizados por las autoridades en el Pacífico pueden provenir de organizaciones criminales vinculadas a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación de México; el Clan del Golfo, disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y Ejército de Liberación Nacional de Colombia; y Ndrangheta, una organización criminal de Italia.
Las rutas de narcotráfico cambian constantemente y las estructuras criminales también. Si antes se identificaban grandes cárteles, ahora las autoridades están detrás de clanes y esto, según información de la OIJ, permite que las estructuras criminales movilicen cargamentos individuales solo para su organización, o cargamentos que pertenecen a diferentes grupos criminales minoristas.
“No podemos solos, necesitamos del apoyo y colaboración internacional, esto se trata de una batalla que no la gana un solo país”, finalizó Soto. “Creemos en el trabajo en equipo, articulado y principalmente lo que hemos denominado el Triángulo Sur, que comprende a Panamá, Costa Rica, Colombia; y por su puesto con el apoyo de los Estados Unidos”.