La Marina de Brasil (MB) inauguró el 15 de enero de 2020 la nueva Estación Antártica Comandante Ferraz (EACF). La estructura se construyó en la península Keller, isla Rey Jorge, en el mismo lugar en donde funcionó la estación anterior hasta 2012, cuando dos generadores se incendiaron y el 70 por ciento de las instalaciones quedó en ruinas.
La MB es responsable del funcionamiento y la logística de la EACF, que recibe apoyo de la Fuerza Aérea Brasileña. Las nuevas instalaciones ocupan una superficie de aproximadamente 4500 metros cuadrados, con un proyecto arquitectónico que incluye 17 laboratorios en lugar de los cuatro que tenía la antigua base, lo que incrementa la capacidad de investigación de la comunidad científica brasileña.

La obra, con un costo total de USD 99,6 millones, tardó tres años en realizarse. Según datos de la MB, las severas condiciones climáticas de la región y las dificultades logísticas impidieron su finalización en menos tiempo.
El vicepresidente de Brasil Hamilton Mourão, destacó el avance que significa la edificación de la EACF en el desarrollo de las actividades científicas relacionadas con los problemas climáticos y medioambientales. “De ahora en adelante, el Plan de Acción de Ciencia Antártica para Brasil, hasta 2022, gozará de mejores condiciones para desarrollar programas científicos que incrementen la participación brasileña en el Sistema del Tratado Antártico”, declaró Mourão.
“Las nuevas instalaciones representan la continuidad de nuestra presencia activa e influyente en la Antártida, en nombre del Estado brasileño,” manifestó el Almirante Barbosa Junior, comandante de la MB.
Infraestructura para la investigación
En la EACF trabajarán hasta 64 profesionales en forma simultánea: 32 investigadores y 32 del grupo base, entre los cuales hay personal militar de la MB asignado al continente y personal de mantenimiento.
Durante la inauguración de los laboratorios, Marcos Pontes, ministro de Ciencia, Tecnología, Innovaciones y Comunicaciones, destacó que el área de investigaciones se creó para cumplir con múltiples requisitos, lo que refleja la prioridad del Programa Antártico Brasileño (PROANTAR). “La nueva estructura proporcionará a los investigadores las condiciones óptimas para desarrollar actividades en varios campos científicos, con protagonismo internacional”, afirmó Pontes.
Importancia para Brasil
En 1975 Brasil se unió al Tratado Antártico y en 1982 puso en marcha el PROANTAR, que brindó a la comunidad científica nacional la oportunidad de participar en actividades que, junto con la investigación espacial y del fondo oceánico, constituyen las últimas grandes fronteras de la ciencia internacional. En la actualidad, 30 países son miembros consultivos del Sistema del Tratado Antártico (STA), incluyendo a Brasil, y todos cuentan con estaciones de investigación en el continente antártico.
“Este hecho muestra la importancia de sostener un centro de investigación en el continente de forma permanente, lo que permite a Brasil mantener el estatus de miembro asesor del STA, con la capacidad de debatir y estar presente en las decisiones del futuro de la Antártida”, declaró a la prensa la MB.