El 9 de julio, la diputada del Consejo Legislativo del estado de Táchira Nellyver Lugo, quien se proclama chavista, acusó a los medios locales y digitales de incitar a la población a la violencia, promover manifestaciones y construir una “atmósfera antimadurista”, que culminó en las heridas recibidas por Chacón. Se le debe decir a los portales digitales lo que es “oportuno y prudente” en su cobertura, dijo Lugo, en lugar de “instigar al odio y al comportamiento delictivo”. Exigió más supervisión a los medios de comunicación y solicitó la intervención de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL), una agencia gubernamental que regula, supervisa y controla las telecomunicaciones.
Unos días antes, un informe de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos exhortó al régimen de Maduro a que “garantice el acceso a la red del Internet y a los medios sociales, incluidos los sitios web de noticias, y la imparcialidad de órganos oficiales en la asignación de las frecuencias de radio”. En un país donde silenciaron a las plataformas de noticias impresas, televisivas y radiales, los medios de comunicación digitales se convirtieron en la principal fuente de información para la oposición, algo que notó el Gobierno. Según la Cámara de Empresas de Servicio de Telecomunicaciones de Venezuela (CASETEL), más de 18,5 millones de venezolanos están suscritos al Internet, la mayoría a través del proveedor de servicios de la empresa estatal CANTV.
Durante la primera mitad de 2019, el Instituto Prensa y Sociedad Venezuela (IPYS), una organización que defiende el acceso a la información, documentó 33 casos en las que habían bloqueado plataformas digitales, así como también 22 apagones temporales de Internet. Según Netblocks, una organización que rastrea las interrupciones de servicio por Internet, dijo que estas interrupciones se detectaron en varias oportunidades durante los discursos del presidente interino Juan Guaidó, o en las sesiones importantes de la Asamblea Nacional. El IPYS indicó que se incrementó la censura en la red a medida que aumentaron las tensiones políticas.
Expertos de Access Now, una organización de derechos digitales y el IPYS, dijeron a Diálogo que Venezuela forma parte de un grupo de países como China, Cuba, Etiopía, Irán, Corea del Norte, Rusia y Sudán, que censura al Internet de forma agresiva. En el caso de Venezuela, se retira de la red el contenido que critica a Maduro o que hace referencia a Juan Guaidó como presidente del país sudamericano, al mismo tiempo, bloquean el acceso a redes sociales, para evitar que el mensaje de la oposición llegue a la gente.
Asfixiante
“El canal y proveedor de servicios de Internet estatal de Venezuela [CANTV] participa en campañas de censura dirigidas contra Guaidó y sus seguidores, y bloquea el acceso a sitios de transmisión en vivo, redes sociales y YouTube, en especial cuando da sus discursos”, dijo a Diálogo Peter Micek, portavoz de Access Now. “Es una táctica única y muestra el rechazo que existe contra esa persona en particular y contra sus mensajes. Diría que esto muestra mayor sofisticación y direccionamiento, como si el Gobierno perfeccionara sus técnicas de censura”.
Ana, una periodista de Caracas que pidió permanecer en el anonimato, dijo que la censura gubernamental impide su trabajo. “Tengo las manos atadas. La televisión no transmite sus discursos, tampoco la radio. Las redes sociales eran la única opción. Ahora también están bloqueándolas. Es asfixiante”, dijo.
Micek destacó que el bloqueo del acceso a la red “ocurre en una situación de mayor censura en el país y que debería verse como parte de las interferencias del Gobierno venezolano en el ejercicio de los derechos humanos a través del Internet”.
Vigilancia por satélite
Los grupos de vigilancia digital se preguntan sobre el papel que juegan los satélites venezolanos, comprados a China, en el filtrado del Internet. Otros apuntan a la baja velocidad de la red a pesar de los dos satélites que posee el país.
“No se cómo Venezuela utiliza sus satélites, pero por lo general son empleados para transmitir más información, ancho de banda y conectividad, en vez de utilizarlos para restringir el acceso”, dijo Micek. “Los filtros de vigilancia y censura son caros”.
Un miembro de Casetel reconoció que “cierta censura no se lleva a cabo con ISP privados o públicos”.
“Los medios digitales odian a los proveedores de Internet porque creen que la censura es culpa de ellos. Pero deberían saber que estamos entre la espada y la pared”, dijo el ejecutivo de Casetel. “Todos los días CONATEL envía una lista de enlaces a los ISP y dice: ‘desconecten estos sitios’; qué se supone que debemos hacer, ¿decirles que no?”.