Rusia utiliza a sus diplomáticos para propagar falsedades sobre la guerra en Ucrania, advierten los analistas. Las embajadas y consulados rusos de todo el mundo están utilizando Facebook, Twitter y otras plataformas, para difundir mentiras sobre las atrocidades cometidas en el frente de batalla. La desinformación diplomática se intensificó después que la Unión Europea prohibiera en marzo a RT, Sputnik, y a otros medios de comunicación respaldados por el Kremlin, según la agencia de noticias AP.
“Cada semana desde el inicio de la guerra estos diplomáticos publicaron [desinformación] miles de veces, consiguiendo a la semana más de un millón de participaciones en Twitter”, dijo a AP el investigador Marcel Schliebs, experto en desinformación del Instituto de Internet, de la Universidad de Oxford.
Schliebs rastreó más de 300 cuentas de redes sociales vinculadas a representaciones diplomáticas rusas, y descubrió que algunas de ellas, como las de las embajadas en el Reino Unido y México, son especialmente activas. La embajada rusa en el Reino Unido, por ejemplo, afirmó en Twitter que los ucranianos estaban detrás de un ataque con misiles a una estación de tren ucraniana.
“Obviamente, las sanciones contra Rusia y sus instituciones no incluyen a sus diplomáticos. Por eso estos funcionarios se encargan de la propaganda”, dijo a Diálogo Luis Fleischman, profesor de sociología de la Universidad Estatal de Palm Beach, en Florida. “Sin embargo ya hubo un caso de un diplomático ruso que no pudo soportar más la farsa, y renunció a su puesto con declaraciones antibélicas”, dijo el experto.
Fleischman se refiere a Boris Bondarev, quien era asesor de la misión permanente de Rusia ante la Organización de las Naciones Unidas en Ginebra. A finales de mayo, tras 20 años de carrera al servicio del Kremlin, Bondarev escribió en un comunicado: “Nunca me he sentido tan avergonzado de mi país”.
“Hoy en día, el Ministerio de Asuntos Exteriores [de Rusia] no tiene nada que ver con la diplomacia”, dijo Bondarev. “Sólo se trata de belicismo, mentiras y odio. Sirve a los intereses de unos pocos, muy pocos, contribuyendo así a un mayor aislamiento y degradación de mi país. Rusia se queda sin aliados debido a su política imprudente y mal concebida”.
Fleischman está de acuerdo. “La propaganda y la desinformación rusas son tan ridículas –por ejemplo, al negar la masacre de Bucha– que esto sería imposible sin los medios sociales actuales”, afirma el analista. “Creo que el uso de los diplomáticos e incluso de la propaganda tiene sus límites”, dice Fleischman.
Guerreros de la desinformación
A mediados de abril, cuatro funcionarios de la Unión Europea y de los Estados Unidos también denunciaron al sitio web Político, bajo anonimato por no estar autorizados a hablar públicamente del tema, la utilización de diplomáticos rusos como propagadores de falsedades. Antes de la invasión de Ucrania, dijeron, los funcionarios rusos dejaron las tácticas de desinformación a los medios vinculados al Kremlin, como RT y Sputnik.
Con sus sitios web informativos en varios idiomas, estos medios ayudaron a difundir falsas narrativas a audiencias de varios continentes, incluyendo América. Los representantes del gobierno ruso, por su parte, promovieron una visión positiva del país, expresada en un lenguaje diplomático dentro de las reglas del orden político internacional.
Sin embargo, desde el comienzo de la guerra, los diplomáticos se han convertido en una especie de “guerreros de la desinformación”, afirma Político. Muchos de estos diplomáticos y representaciones tienen miles de seguidores en las redes sociales.
La embajada rusa en España, por ejemplo, publicó en Twitter un video procedente del canal RT que mostraba supuestos ataques ucranianos a civiles, en Donetsk. Las representaciones rusas en Ginebra y París también propagaron falsedades sobre las ejecuciones de civiles en la ciudad ucraniana de Bucha. “Incongruencias con la ‘masacre de Bucha’”, dijo la representación rusa en París en Twitter.
“Mientras los medios de comunicación estatales rusos sigan estando prohibidos o sufran algún tipo de impacto, van a querer llenar ese vacío con mensajes”, dijo a Político Bret Schafer, jefe del equipo que investiga la manipulación de la información en el laboratorio de ideas Alianza para una Democracia Segura.
“La mejor manera de hacerlo, de controlar la narrativa, es a través de sus cuentas diplomáticas”, añadió Schafer.