Hubo más de 300 muertos, 2000 heridos y cientos de manifestantes arrestados arbitrariamente durante la violenta represión del año pasado contra manifestaciones pacíficas en todo el país. Además, más de 70 000 personas se exiliaron para escapar de la mano dura que ejerce el gobierno nicaragüense.
La Alta Comisionada Adjunta de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Kate Gilmore, dijo que en Nicaragua seguían reprimiendo las protestas pacíficas y a los opositores. Agregó que habían liberado a más de 440 manifestantes detenidos, pero que más de 80 seguían presos en condiciones muy críticas.
“Nuestra oficina recibió acusaciones de que algunos de ellos fueron torturados o maltratados por oficiales penitenciarios… Nos preocupa profundamente que defensores de derechos humanos y líderes comunitarios sigan siendo blancos de ataques, amenazas, hostigamiento y vigilancia permanente”, dijo Gilmore.
Gilmore agregó que las personas están privadas del derecho a la libertad de expresión, incluyendo la libertad de los medios de comunicación. Al respecto, la Alta Comisionada dijo que periodistas y demás trabajadores de prensa sufrían amenazas, hostigamiento y censura. Como ejemplo, indicó que dos periodistas importantes habían sido detenidos por más de cinco meses acusados de terrorismo.
Gilmore exhorta al Gobierno del presidente Daniel Ortega a entablar un diálogo genuino y significativo para abordar las legítimas demandas de justicia y reparación que exige el pueblo.