Algunas de las áreas donde es especialmente notoria la crisis hospitalaria que vive Venezuela es en las salas de maternidad. Dar a luz en ese país pone en riesgo la vida de las mujeres y de los recién nacidos.
Las cifras de mortalidad durante el parto no son divulgadas por las autoridades del régimen de Nicolás Maduro, pero diferentes organizaciones no gubernamentales, como Médicos Unidos de Venezuela, reportan múltiples problemas de atención en los hospitales.
El doctor Jaime Lorenzo, director ejecutivo de Médicos Unidos de Venezuela, dijo a Diálogo que los riesgos para las mujeres empiezan porque el sistema de salud no ofrece los controles prenatales para un embarazo seguro, y algunas llegan al día del parto sin haber tenido un solo examen previo.
“Hay un problema que se viene arrastrando desde hace tiempo al no tener consultas prenatales, único método para detectar complicaciones antes del parto”, aseguró Lorenzo. “Llegan una gran cantidad de pacientes con problemas, como mujeres hipertensas, desnutridas, diabéticas o con enfermedades de transmisión sexual; eso eleva gravemente los riesgos a la hora del parto”.
Otro de los problemas que pone en riesgo la vida de las venezolanas en las maternidades es la carencia de suministros para su atención; faltan desde materiales básicos para atender un parto hasta suministros de limpieza. Eso expone a las mujeres a contaminaciones graves.
José Ángel Chavero, pediatra neonatólogo venezolano en el estado Bolívar, es testigo de la situación que viven las pacientes en las salas de maternidad del país, especialmente cuando tienen complicaciones durante el parto.
“En las maternidades del estado [Bolívar] las pacientes deben proporcionar el kit para cesáreas, no hay laboratorios, no hay bancos de sangre, ni servicio de terapia intensiva”, declaró Chavero a Diálogo. “Todo embarazo de alto riesgo debe ser referido a otros hospitales porque no hay capacidad de atención”.
“Tenemos información de hospitales que no tienen ni suturas [hilo para cerrar heridas] para atender desgarres durante el parto o una cesárea; varios hospitales hasta le piden a las mujeres llevar ellas los suministros”, agregó Lorenzo. “También faltan materiales que no son para la atención directa del paciente sino de limpieza; faltan agua y materiales como el cloro. Hay muchos riesgos de infecciones”.
La situación se agrava en los hospitales de las ciudades pequeñas. Según los especialistas entrevistados las mujeres tienen problemas para trasladarse, por las dificultades en suministros para las ambulancias.
“El problema es general, pero en los centros obstétricos alejados de las capitales de los estados siempre van a tener más dificultades, porque hay que agregar la falta de gasolina y de repuestos para que las ambulancias puedan hacer los traslados”, dijo Lorenzo.
Las salas de maternidad también enfrentan, como el resto del sistema hospitalario venezolano, un déficit de especialistas. Muchos profesionales salen del país ante la crisis económica provocada por el régimen; alrededor de la mitad de los médicos, unos 30 000 profesionales, emigraron de Venezuela en 2019, dijo a la prensa Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana.
“El número de camas para la atención de partos venían disminuyendo con el cierre de pisos de maternidades y el gran problema es la falta de recursos humanos. Los médicos especializados en neonatología, perinatología y anestesiología son algunos de los que se han ido en cantidades importantes por la migración”, explicó Lorenzo. “Por ejemplo, en Caracas, el Hospital Infantil de Caricuao solo tiene anestesiólogos dos días a la semana, y las mujeres que van a tener una cesárea o necesitan anestesia durante el parto tienen que ser referidas a otro hospital”.
Por su parte, Maduro oculta los problemas que enfrenta el sistema de salud. El 4 de marzo alentó en YouTube a las mujeres a “parir, parir”, y agregó que todas las mujeres deberían “tener seis hijos, todas”.