Los ataques a la libertad de expresión y a los medias de comunicación se remontan al régimen de Hugo Chávez, el cual buscó desmantelar la industria, desacreditando la información crítica del gobierno, forzando a los medios de comunicación a cerrar y persiguiendo a los periodistas con acusaciones falsas. Bajo el régimen de Nicolás Maduro, los ataques a la libertad de prensa han ido incrementando con más intimidaciones, amenazas físicas y bloqueo a las páginas por Internet de los medios digitales.
“El primer enemigo que se plantea a Hugo Chávez es la prensa”, dijo a Diálogo Patricia Poleo, periodista venezolana en exilio en los EE. UU. y ex directora asociada del periódico venezolano El País. “No fueron ni el sector empresarial, ni el sector artístico; fue la prensa que reveló las relaciones del gobierno con la guerrilla colombiana, por ejemplo […]”.
Según datos del Instituto Prensa y Sociedad Venezuela (IPYSve), más de 60 periódicos impresos han dejado de circular desde el 2013, o sea las tres cuartas partes de los periódicos del país. Solo en 2017, indica el IPYSve, el régimen cerró 40 emisoras de radio. El IPYSve estima que unos 10 estados solo cuentan con un medio de comunicación y cuatro se quedaron sin medio impreso.
En diciembre de 2018, el diario El Nacional, un periódico pionero en Venezuela creado en 1943, dejó de circular en formato impreso y culpó al régimen por restringir el suministro de papel para imprimir. La hiperinflación, la crisis económica y los controles del régimen también contribuyen a la desaparición de los medios.
“Es obvio que como toda dictadura, todo régimen dictatorial, la libertad de información y la libertad de prensa son para ellos [miembros del régimen] dos factores sumamente incómodos y que hay que eliminar a toda costa”, dijo a Diálogo Sonia Osorio, presidente de la Asociación de Periodistas Venezolanos en el Extranjero con sede en Miami, EE. UU. “Eso lo hemos visto en más de 50 medios impresos cerrados, creando leyes para evitar que puedan adquirir papel periódico al negarles las divisas”.
Entre enero y junio de 2019, el IPYSve determinó que “al menos 99 medios de comunicación se vieron afectados en unas 142 oportunidades por apagones, censura y autocensura, delincuencia organizada, [y la falta de] gasolina y transporte”. Según Lisbeth De Cambra, ex secretaria general del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela, seccional Caracas (2012-2018), en los primeros meses de 2019, se registraron 154 agresiones en contra de periodistas.
A esta cifra, la periodista dijo a Diálogo, se suman “67 trabajadores de la prensa privados de libertad de forma ilegítima, entre ellos 37 reporteros y periodistas, incluyendo camarógrafos, técnicos y conductores, y cuatro reporteros gráficos, entre otros”.
Acosos, violencia y detenciones arbitrarias llevaron a periodistas venezolanos a huir del país puntualizó Osorio. “Hay más de 1000 periodistas que han tenido que salir de Venezuela. Tenemos afiliados perseguidos, amenazados con juicios que han tenido que salir para preservar sus vidas”, dijo.
Poleo vivió la persecución. Su escolta, German Delgado, fue torturado y asesinado en 2004 y ella fue acusada de asesinar a un fiscal en 2004. Abandonó el país el año siguiente.
“Cuando llegué a los Estados Unidos dije que esto no se trataba de Patricia Poleo, que esto era una política de Estado […]”, dijo Poleo. “La persecución en mi contra sirvió para intimidar a otros colegas y todo esto estimula la autocensura que le ha funcionado bien al gobierno”.