Desde hace tiempo, Rusia, China y otros actores externos difunden activamente la desinformación en Latinoamérica a través de comunicaciones oficiales gubernamentales, medios con patrocinio estatal y difusores voluntarios de narrativas falsas (a través de redes sociales y otros medios), para influir en la población y modificar el pensamiento de la gente. Una de las principales inquietudes es el uso de la desinformación para manipular los resultados de los procesos democráticos, un asunto importante en un año en que Brasil, Colombia y Costa Rica celebrarán elecciones presidenciales y legislativas.
Mientras avanzan las campañas electorales en Colombia, las noticias falsas, que ya tuvieron un rol importante en las elecciones parlamentarias y presidenciales del país en 2018, sin duda aumentarán en los próximos meses, lo que obligará al Gobierno colombiano, a los centros de estudio que abordan políticas globales, a los expertos en medios de comunicación, y a todas las naciones socias, a seguir muy de cerca la información difundida y el proceso general.
La intromisión electoral a través de la desinformación y las noticias falsas en Colombia, un socio clave y de larga data de los Estados Unidos, es algo que preocupa a la Casa Blanca, señaló Juan González, director sénior del Consejo Nacional de Seguridad para el Hemisferio Occidental de los EE. UU., en un informe del 2 de diciembre de 2021.
“Existe una preocupación creciente, a medida que Colombia entra en su propio ciclo electoral…la gran cantidad de desinformación que proviene del exterior del país y que tiene como objetivo interrumpir el proceso democrático”, dijo González a la prensa. “Para un aliado clave esa es un área que, por ejemplo, realmente vamos a analizar para tratar de asegurarnos de que en Colombia apoyemos un entorno en donde sean los colombianos quienes deciden quién vota, y que no estén manipulados por fuerzas externas”.
En el estudio Medición del impacto de la información falsa, la desinformación y la propaganda en Latinoamérica, de octubre de 2021, el grupo de estudio Global Americans, con sede en Washington D.C., buscó identificar las fuentes, patrones y redes que propagan campañas extranjeras de desinformación en la región. Según el estudio, aunque existen similitudes entre las operaciones de desinformación rusas y chinas, también hay diferencias claves. “Mientras que el Gobierno de Rusia intentaba por lo general desestabilizar, la estrategia de desinformación del Gobierno de China intenta posicionar a China como la nueva hegemonía benéfica (…)”.
Del 1.º de septiembre de 2019 al 30 de septiembre de 2020, la investigación del estudio sobre Colombia revisó más de 86 000 publicaciones en español de nueve medios de comunicación en Twitter, con el objetivo de analizar el proceso de desinformación y difusión de mensajes. Según sus hallazgos, 184 cuentas difundían publicaciones creadas por agencias chinas de medios, 247 cuentas difundían información de medios rusos, mientras que 225 cuentas propagaban información generada por medios venezolanos y cubanos.
“Los medios estatales de Rusia en Colombia se han involucrado más activamente durante momentos de descontento social, con mensajes enfocados principalmente en puntos de discusión en contra del gobierno”, dice el estudio. “El papel de Colombia como aliado de los EE.UU. ha logrado entrar a los mensajes rusos. Nuestra investigación indica que los actores políticos venezolanos también se han comprometido en esfuerzos agresivos de información falsa o desinformación en contra del Gobierno de Colombia”, agrega el estudio, destacando el papel del régimen venezolano; socio de Rusia y una de sus puertas de entrada a Latinoamérica.
Durante las protestas de primavera y verano de 2021 en Colombia, una empresa de recolección de datos con sede en Miami descubrió que más de 7000 cuentas de troles activas en redes sociales tenían el objetivo de alimentar el descontento de los colombianos mediante la amplificación de determinadas narrativas, al mismo tiempo que bloqueaban o enviaban contenidos no deseados en contra de este objetivo, manifestó Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, en su artículo Asalto asimétrico a Colombia, publicado en mayo de 2021.
“Lo más preocupante es que el análisis forense revela que estas más de 7000 cuentas de troles son publicadas por granjas de bots en Bangladesh, México y Venezuela, y posiblemente administradas por servidores en Rusia y China”, indicó Humire.
En el trabajo de investigación Ejes divergentes de la influencia rusa en Colombia y Latinoamérica, publicado en 2019, el autor y especialista en seguridad nacional Barnett Koven plantea que el interés de Rusia en ejercer influencia en Colombia no solo se debe a la estrecha relación del país con los EE. UU., sino también al deseo de “tomar represalias contra los EE. UU. por su supuesta intromisión en la esfera de influencia tradicional de Rusia (por ejemplo, Ucrania)”.
Según el estudio, la incapacidad de Rusia de convencer al Gobierno colombiano de formar una asociación más estrecha en el área de defensa hace que Moscú recurra a enfoques alternativos para influir en el país sudamericano. “La intromisión electoral ofrece a Rusia una forma económica de hacer precisamente eso”, indica el estudio.
Según los investigadores, es clave reconocer que Rusia, China y otros actores externos tienen grandes incentivos para seguir tratando de influir en el panorama político de Colombia. “El precio por la falta de compromiso y la apatía hacia las redes de desinformación es demasiado alto”, advirtió Global Americans. “A largo plazo, la mejor estrategia contra la desinformación es promover medios tradicionales sólidos y organizaciones gubernamentales creíbles, que tengan autoridad para desacreditar la desinformación”, concluyó Koven.