Las prácticas desleales chinas en el intercambio comercial de productos de acero golpean a las empresas latinoamericanas y agudizan la desindustrialización de la región. Durante 2018, las exportaciones chinas de comercio indirecto de acero hacia Latinoamérica, que se refieren a productos manufacturados con contenido de acero como automóviles, electrodomésticos y maquinaria, registraron un crecimiento del 17 por ciento y llegaron a USD 47 468 millones, dice en su reporte del 19 de mayo de 2019 la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), que reúne a empresas acereras de 20 países del continente.
Dicho crecimiento preocupa a Francisco Leal, director general de Alacero. Las empresas acereras chinas son acusadas con frecuencia de utilizar prácticas comerciales desleales, como el dumping, que consiste en vender un producto por debajo de su precio normal o incluso por debajo de su coste de producción, con el fin de eliminar la competencia para después apropiarse del mercado y recuperar con creces el dinero invertido.
“Lo que sabemos es que el acero de China es un problema causado por todos los subsidios que recibe su industria”, dijo Leal a Diálogo. “El mundo busca defenderse de la sobrecapacidad mundial provocada por empresas chinas; varios países europeos imponen medidas para mitigar los efectos del comercio injusto. Latinoamérica está retrasada en ese proceso”.
El impacto en la industria latinoamericana es claro, asegura Leal, cuando se analiza el peso que tiene en la actualidad Latinoamérica como mercado indirecto para el acero chino. En 2016, según datos de Alacero, la región recibía el 7 por ciento del comercio indirecto de acero chino en el mundo, mientras que en 2018 esa cifra fue del 11 por ciento, es decir cuatro puntos porcentuales más.
“Los casos antidumping vigentes demuestran que existe una reacción de Latinoamérica hacia el comercio desleal de China, aunque el mecanismo parezca no ser suficiente ni eficaz, ya que China triangula su acero a Latinoamérica y encuentra caminos para posicionar de cualquier forma su acero en la región”, explicó Leal.
En la actualidad existen 42 denuncias en la región contra empresas chinas, relacionadas con la práctica de dumping en la comercialización de acero, según cifras de Alacero.
Golpe al empleo
El director de Alacero explica que la situación impacta en forma directa a la generación de nuevos empleos en Latinoamérica, ya que las prácticas desleales de las empresas chinas terminan golpeando a las de la región y los negocios se ven obligados a recortar sus operaciones y a no contratar personal.
“China exporta productos de alto encadenamiento productivo y de gestión de empleos, mientras que Latinoamérica exporta productos de menor valor agregado, que comprometen su potencial de generación de empleos”, aseguró Leal. “Así, se identifica una relación directa entre sustitución de las importaciones por el aumento de industrialización, como herramienta reguladora de la balanza comercial y del consumo aparente interno”.
Los países más afectados son México y Brasil, ya que son los principales consumidores de acero indirecto desde China en Latinoamérica. Juntos consumen el 56 por ciento del total de importaciones de ese tipo realizadas en la región.
Crimen organizado
La relación de Latinoamérica y China alrededor de la producción de acero también involucra al crimen organizado, sobre todo a los carteles de la droga mexicanos.

Por ejemplo, en marzo de 2014, las Fuerzas Armadas de México interceptaron un barco de la compañía china Jian Hua, que transportaba sin documentar 68 000 toneladas de hierro, reportó la agencia de prensa BBC. El mineral fue extraído de manera ilegal y formaba parte de las actividades ilícitas del cartel de la droga de los Caballeros Templarios. Ese grupo criminal es el que tienen más vínculos con empresas y mafias chinas relacionadas con el acero, ya que controla parte de las minas de hierro de Michoacán, el estado mexicano con más reservas del mineral. Según las autoridades, en meses anteriores ya habían decomisado más de 200 000 toneladas de mineral de hierro ilegal, y la mayoría estaban destinadas a China, asegura BBC.
Urge integración
Según Leal, la forma de hacerle frente al impacto chino es abogar para que los países de la región realicen procesos más fuertes de integración, que permitan tomar medidas para frenar el impacto de la competencia desleal, así como aumentar y respaldar el valor agregado de la producción latinoamericana.
“El éxito de la batalla dependerá de la integración de los países latinoamericanos en términos políticos y económicos, para crear barreras eficaces contra la entrada excesiva e ilegal de productos de acero chinos. El mundo busca defenderse de la sobrecapacidad mundial provocada por China y los países se defienden creando normas para mitigar los efectos de este comercio injusto”, comentó Leal.
“Nos debe preocupar también nuestra inhabilidad para mantener una cadena productiva que genere valor agregado a nuestra industria. El enfoque ahora no debería ser proteger solo a la industria del acero a través de imponer tarifas que normalicen el campo de competencia entre los productores locales y los chinos, sino proteger los productos que tienen un valor agregado sustancial y que también luchan en condiciones desleales”, finalizó.