Panamá, junto al consorcio chino integrado por China Communications Construction Company (CCCC) y China Harbour Engineering Company (CHEC), firmaron un anexo para reiniciar “en los próximos meses” la construcción del cuarto puente sobre el canal interoceánico panameño, indicó el diario La Estrella de Panamá.
El puente agilizará el movimiento diario de más de 70 000 vehículos, beneficiando a 1,7 millones de personas, conectando la provincia de Panamá Oeste con Ciudad de Panamá, según cálculos del Ministerio de Obras Públicas de Panamá (MOP).
“En esta mega obra que se adjudicó bajo principios muy cuestionables, ellos [el consorcio chino] primero pactan y luego empiezan a introducir adendas”, dijo el 29 de mayo a Diálogo Euclides Tapia, profesor titular de Relaciones Internacionales en la Universidad de Panamá.
El proyecto, con costo ajustado de USD 1372 millones, adjunta una adenda, firmada en marzo, que elimina el mirador y el restaurante que estaban contemplados en el diseño original, que ajusta el ancho del tablero principal, intercambiadores y el tipo de columnas; así como elimina la etapa de mantenimiento, refiere el MOP en un comunicado. La adenda también separa la construcción del puente de la Línea 3 del Metro de Panamá, que originalmente estaba previsto que se construyeran a la vez.
“Durante los siguientes meses el equipo de expertos del consorcio continuará el desarrollo del diseño de detalle, los estudios y otros trabajos de campo, con miras a iniciar los trabajos de mayor envergadura en los próximos meses”, dijo el ministro de MOP Rafael Sabonge, durante la firma de la adenda.
Historial de corrupción
Tanto CCCC como su subsidiaria CHEC mantienen un historial de corrupción, reportó la plataforma de periodismo de investigación Diálogo Chino. CCCC fue inhabilitada en 2011 por el Banco Mundial durante seis años, por prácticas fraudulentas en Filipinas.
Otros antecedentes de CCCC incluyen la corrupción en una obra ferroviaria en Malasia y Australia. En Bangladesh, CHEC fue acusada por integrantes del gobierno por pagar comisiones en forma ilegal. Asimismo, fue acusada de corrupción en la construcción de un puerto en Tanzania.
Además, detalló que CCCC está involucrada en más de 50 obras en por lo menos 19 países en Latinoamérica y el Caribe, apoyada por capital del Partido Comunista Chino a través de su Banco Comercial e Industrial.
“No debemos sorprendernos si más adelante hay problemas [en la construcción del cuarto puente], los mismos problemas que tienen los chinos en otras latitudes”, comentó Tapia. “Panamá necesita una obra bien hecha, no cualquier cosa” hecha por China.
En San Luis, Brasil, donde CCCC construye un enorme puerto, fiscales locales investigan si la empresa obtuvo provecho de la venta de títulos de propiedad en forma irregular. Al igual hubo problemas con el contrato de la obra de una universidad en Ecuador, puntualizó Diálogo Chino.
Expansión portuaria
“Los chinos siempre tienen su estrategia, tienen su doble estándar; no hacen las cosas exclusivamente por razones comerciales”, indicó Tapia. “También ahí hay un objetivo estratégico de tipo militar. Con ellos hay que andar con cuidado”.
Un reporte del estadounidense laboratorio de ideas Centro para una Sociedad Libre y Segura, detalla que muchas empresas chinas involucradas en los proyectos de inversión y desarrollo de puertos estratégicos tienen vínculos con el Ejército Popular de Liberación de China.
Las inversiones que Beijín realizó en terminales portuarias en ambas bocas del canal de Panamá, confirman la intención china de aprovechar a fondo esa infraestructura, señala un reporte de la Universidad de Navarra en España.
“El componente político no se puede aislar de cualquier inversión china en Panamá ni en Latinoamérica”, expresó Tapia. “El sector portuario es parte de su estrategia global”.
Una prueba de que China tiene en la mira a Panamá como objetivo militar es la no adhesión al Protocolo de Neutralidad del canal de Panamá, bajo el argumento de la presencia de Taiwán como parte de los países que se han sumado al tratado, detalló Tapia.
Según Beijín, “Taiwán no existe como país. Si no existe como país, ¿cuál es el problema?”, cuestionó Tapia. “Panamá mantiene vigente, a pesar de la ruptura, un tratado de libre comercio con Taiwán. Los Estados Unidos advirtieron en su momento que habría que tener ‘mucho cuidado’ con las inversiones chinas”.
Entes inversionistas
“Nosotros no queremos poner a Panamá en una situación donde tengan que escoger entre los Estados Unidos y la República Popular de China”, dijo el 27 de febrero al medio panameño TVN la embajadora de los EE. UU. en Panamá Mari Carmen Aponte.
Panamá y los EE. UU. tienen en común valores como la democracia, el respeto a los derechos humanos, la transparencia, la rendición de cuentas y la actividad económica inclusiva. Esto son valores a los que China no se adhiere en muchas ocasiones, señaló.
“No se deben tratar a la ligera las inversiones chinas, a sabiendas de las pretensiones que tienen en el mundo. China esta creando su propio núcleo de entes inversores nativos para crear un nivel de dependencia política, para presionar a los gobiernos latinoamericanos para que respondan a los intereses chinos”, finalizó Tapia.