Casi un tercio de la población venezolana, alrededor de 9,3 millones de personas, enfrenta dificultades de acceso a los alimentos, sufre desnutrición o pasa hambre. Esta situación de inseguridad alimentaria aguda corre el riesgo de empeorar. Así lo advierten la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Agricultura y la Alimentación (FAO en inglés) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, en el informe Análisis de alerta temprana de los focos de inseguridad alimentaria aguda de FAO-PMA, publicado en noviembre de 2020.
“La crisis macroeconómica, agravada por los efectos socioeconómicos de las medidas relacionadas con la pandemia de COVID-19, es particularmente preocupante para Venezuela”, destaca el informe, que prevé una contracción del 25 por ciento del Producto Interno Bruto del país para 2020.

Actualmente el 96 por ciento de la población venezolana es pobre, y el 79 por ciento de ese total se encuentra en extrema pobreza. Este escenario también se ve agravado por la hiperinflación provocada por la depreciación cambiaria, donde 1 dólar estadounidense cuesta más de 1 millón de bolívares. En conjunto, todo esto impacta gravemente en la disponibilidad de alimentos y en el poder adquisitivo de la población. Actualmente, un kilo de arroz tiene el valor del salario mínimo completo de un ciudadano venezolano.
La preocupación es aún más alarmante en relación a los 5,5 millones de venezolanos que han emigrado del país en los últimos años hacia naciones vecinas, principalmente Brasil, Colombia, Ecuador y Perú. “Los migrantes venezolanos se encuentran entre los más gravemente afectados, por su dependencia de trabajos informales, la exclusión de la vida social y la falta de redes de apoyo”, afirma el estudio de la ONU.
Persecución de acciones de caridad
Contrario a una postura de lucha contra el hambre, agentes del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro invadieron las oficinas y congelaron las cuentas bancarias de la organización benéfica Alimenta la Solidaridad. El ataque tuvo lugar a fines de noviembre, bajo la acusación infundada de que la organización operaba para alterar políticamente a los ciudadanos.
Alimenta la Solidaridad forma parte del programa humanitario de la ONU en Venezuela y cuenta con apoyo económico de la Unión Europea. La institución se encarga de administrar los comedores solidarios y proporcionar alimentos en varias regiones de Venezuela, alcanzando a 25 000 niños, manifestó su fundador Roberto Patiño. Según entrevistas realizadas en un reportaje del diario The New York Times, la comida que sirve la organización suele ser la única oportunidad de alimentación en el día para los niños.
La embajada de los EE. UU. en Venezuela, ahora conocida como Unidad de Asuntos Venezolanos, que opera desde la Embajada de Estados Unidos en Colombia, calificó el ataque vía Twitter como “un acto despreciable del régimen”.