Casi 570 niños y jóvenes de entre 6 y 18 años en situación de vulnerabilidad social, encuentran un refugio seguro en la Base del Cuerpo de Infantería de Marina de Isla del Gobernador, en Río de Janeiro. El complejo naval sirve de escenario para el Proyecto Fuerzas en el Deporte (Profesp) del Ministerio de la Defensa, cuyo objetivo es reducir los riesgos sociales, reforzar la inclusión y la integración social mediante actividades deportivas y sociales.
Cuatro unidades del proyecto Profesp tienen su sede en el complejo naval. La última, inaugurada este año, cuenta con 50 niños.

Profesp trabaja en las tres fuerzas –Marina, Ejército y Fuerza Aérea–, pero cada una tiene sus propias características y actividades. El proyecto fue lanzado en 2003 en colaboración con los ministerios de Ciudadanía, Educación, Mujer, Familia y Derechos Humanos, y Justicia y Seguridad Pública. Actualmente, según el Ministerio de Defensa, el programa existe en 211 unidades militares en las tres fuerzas, en 125 municipios, atendiendo a un total de 29 618 personas.
Lo que destaca en la Isla del Gobernador es que los niños y jóvenes con Profesp pueden disfrutar de clases de vela y remo, así como de música y cursos de idiomas como el francés, todo ello en el corazón del complejo de 240 hectáreas donde se entrenan los infantes de marina.
“Hay niños que vienen de comunidades; de situaciones muy malas. En lugar de quedarse en la calle sin hacer nada, o haciendo algo malo por influencia de personas mayores, están aquí. En Profesp tenemos un lema: Disciplina con cariño. Llevamos a los niños, les enseñamos, intentamos transmitirles valores e incluirlos, hacer que se sientan parte de la sociedad brasileña y no personas marginadas”, explicó a Diálogo el Coronel Alexandre Soares de Araújo, comandante de la Base del Cuerpo de Infantería de Marina de Isla del Gobernador. “Llevamos a los participantes a visitar museos, actividades cívico-sociales. Estudiamos la posibilidad de dar clases particulares. Las actividades deportivas llegan hasta donde alcanza la imaginación: fútbol, voleibol, tenis de playa, natación en la piscina, carreras…”, añadió el Cnel. Soares.
Explicó que muchos jóvenes, cuando llegan al límite de edad del proyecto deciden hacer pruebas para ingresar a alguna de las fuerzas, y regresan como militares; además, es posible incluso descubrir algún talento deportivo.
“Nuestra asociación aquí es con la Pastoral de la Infancia [organismo de acción social de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil]. Ellos son los que eligen a los niños, tienen trazados los lugares donde tienen que entrar (…); son capaces de recoger a los que tienen más dificultades en casa”, dijo el Cnel. Soares.
Las cuatro unidades Profesp de la isla, como todas ellas, trabajan en el contra turno de la escuela. Si los niños estudian por la mañana, participan en el proyecto por la tarde y viceversa. El proyecto incluye el desayuno o el almuerzo y también una merienda antes de volver a casa o antes de ir a la escuela.
Cada unidad también vigila de cerca a los niños para asegurarse de que no hay nada fuera de lo normal.

“Comprobamos su comportamiento, vemos si hay algo extraño, diferente de lo que suelen mostrar (…). Cuando empiezan a destacar negativamente en la disciplina nos ocupamos de hablar con los equipos de Pastoral, para que puedan encontrar lo que está pasando. Lo mismo ocurre cuando se ausentan repetidamente. Pueden tener algún tipo de problema (…) en casa “, destacó el Cnel. Soares.
La participación en el proyecto también acaba reflejándose positivamente en las notas escolares. “Normalmente tienen una mejoría; estudiar es básicamente una cuestión de disciplina. Así que aquí tienen un horario para llegar, para comer, para las actividades, y acaban acostumbrándose”, dijo el Cnel. Soares.
Recientemente Profesp, en la Base del Cuerpo de Infantería de Marina, recibió a su primer adolescente con autismo. “Antes de recibir a César hablaron con los distintos profesionales que le atienden; neurólogo, psicoterapeuta, psicólogo. Me pareció genial”, dijo Nina Rosa Neves Marques, la madre de César. “Pudo socializar aquí; los otros niños lo aceptan (…). Ha elegido la natación y está disfrutando mucho. Es más autónomo, llega a casa y lava su propio uniforme para el día siguiente. Muy positivo”, subrayó Neves Marques.