El médico de Wuhan, China, que activó la alarma sobre una incipiente pandemia
solo para ser reprendido por las autoridades chinas, sigue causando admiración incluso a pocos días de cumplirse un año de su muerte.
El doctor Li Wenliang murió el 7 de febrero de 2020, tras contraer la enfermedad
de la que advirtió a sus compañeros en un grupo de redes sociales. Antes de morir, surgió como un héroe para muchos ciudadanos chinos, cuando las historias sobre el tratamiento que recibió a manos del Partido Comunista de China (PCCh) comenzaron a circular en los medios de comunicación. A comienzos de enero de 2020 la policía obligó a Li a firmar una declaración, según la cual la advertencia que lanzó sobre lo que luego se conocería como COVID-19 era un rumor ilegal e infundado.
“Lo que le hicieron fue una injusticia, y el pueblo no olvida”, rezaba un comentario en el blog del doctor Li en Weibo a principios de enero de 2021, según indica un informe del periódico South China Morning Post. La página del Dr. Li en Weibo fue bautizada por algunos de sus lectores como “el muro de los lamentos de China”, porque muchas personas expresan allí sus frustraciones por las dificultades ocasionadas por la pandemia.
“Dr. Li, se cumplió un año de aquella reprimenda”, comentó alguien más. “Espero no haya ese tipo de reprimendas en el cielo.”
Li se convirtió en un símbolo internacional de la falta de transparencia de la República Popular China (RPC), por los orígenes y la gravedad del virus. El gobierno tuvo dificultades para explicar por qué reprendió al Dr. Li, al advertir a otros sobre un virus nuevo y potencialmente mortal.
Poco después de su muerte, los funcionarios de la RPC intentaron silenciar las críticas públicas relacionadas con el manejo deficiente del brote en Wuhan, y siguen empeñados en esos esfuerzos, indica un artículo de The New York Times del 25 de enero de 2021.
Recientemente, la RPC desplegó “un ejército de censores para eliminar de Internet todas las críticas relacionadas con el brote en Wuhan”, indica The New York Times.
Dichos esfuerzos continúan, incluso después de que el gobierno retirara la reprimenda en contra de Li. Horas después de su muerte, Beijing envió investigadores a Wuhan para que estudiaran el caso. Casi dos meses después de la muerte de Li, la policía de Wuhan revocó la reprimenda y se disculpó con su familia, de acuerdo a las informaciones publicadas por The South China Morning.
Sin embargo, los esfuerzos de censura no cesaron los días previos al aniversario de su muerte.
Estos censores eliminaron de los sitios web chinos algunos términos claves como “primer aniversario” y “denunciante”.
Además, una reciente orden propagandística prohibió la cobertura del aniversario del brote en Wuhan.
Los periodistas chinos le informaron a The New York Times que recibieron la indicación de evitar llamar la atención en el aniversario, y de descartar los planes de entrevistar a personas que hayan perdido familiares a causa del coronavirus.
El PCCh también se aseguró de que los periodistas observaran esas directivas de censura cuando, en diciembre de 2020, sentenció a cuatro años de prisión a Zhang Zhan, ciudadana y periodista de 37 años de edad, por escribir una crónica sobre el brote en China.
Sus informes en vivo fueron compartidos ampliamente en las redes sociales y ella era una crítica feroz de la RPC, por su estrategia de contención del virus y por silenciar a los denunciantes. Según un informe de CBS News, Zhan fue condenada oficialmente por “motivar discusiones y causar problemas”.