La empresa estadounidense Nisos descrubrió la existencia de una red de cuentas pro-China dirigida a audiencias de Latinoamérica, diseñadas para reforzar la imagen y el estatus del país, según informó la revista de los EE. UU. Time a mediados de julio. Esta operación forma parte de la continua expansión de la influencia china en la región, para consolidar su posición como principal aliado regional y socio comercial.
Time reseña que el 31 de mayo, tres cuentas de X (antes Twitter) enfocadas en noticias de la región –Hoy Chile, Hoy Costa Rica y Hoy Paraguay–, publicaron historias idénticas en español con la misma fotografía, en la que se observaba a tres astronautas sonrientes anunciando que China enviaría por primera vez a un civil al espacio.
Dos días después, estas mismas cuentan publicaron simultáneamente una historia promocionando la tecnología 5G de China, seguida de otra que destacaba al primer edificio de energía casi nula de ese país.
El informe de Nisos sugiere que las cuentas están a cargo del mismo operador. Estas cuentas podrían ser los primeros pasos de una operación de influencia más amplia respaldada por el Estado chino, para crear narrativas favorables sobre China, señaló.
Asimismo, refirió que estas cuentas fueron configuradas para evadir la política de etiquetado de medios estatales de Twitter, que anteriormente alertaba con marcas las cuentas vinculadas al gobierno. Sin embargo, al no enlazar directamente a la fuente, estas cuentas no pueden ser identificadas.
“Parte del éxito de este tipo de campañas es precisamente pasar desapercibidas. De ahí la importancia del periodismo profesional, riguroso y creíble, con capacidad de investigación, denuncia y difusión”, dijo el 8 de agosto a Diálogo Werner Zitzmann, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Medios de Información.
Sueños chinos
Sandra Quincoses, analista de inteligencia de Nisos y autora del informe, dijo a Time que China tiene libertad para “experimentar con diferentes estrategias” en el ecosistema en línea en Latinoamérica, que podría implementar en otros lugares en el espacio de la información más adelante. “Están jugando el juego largo”, indicó.
También afirmó que la red de cuentas pro-China está vinculada al Servicio de Noticias de China, la segunda agencia de noticias estatal más grande del país, que opera varias oficinas internacionales. Su contenido es retuiteado por diplomáticos chinos y cuentas latinas afines a los intereses chinos.
Los funcionarios chinos, incluyendo diplomáticos de todo el mundo, saturan las redes sociales para difundir sus opiniones políticas a nivel internacional. La última campaña tuvo como objetivo influir directamente en el debate político en los Estados Unidos, indicó en abril el diario The New York Times.
Los objetivos chinos en Latinoamérica están en consonancia con la visión del Partido Comunista de China (PCCh) para lograr el “sueño de China de un país rico, poderoso y seguro”. En la región buscan asegurar el acceso a materias primas, productos y mercados que beneficien a la economía china, señala la revista Diario de las Américas de la Fuerza Aérea de los EE. UU.
Según Zitzmann, en Latinoamérica, con abundantes recursos y poblaciones rezagadas cultural y económicamente, “esto crea un terreno fértil para influir en la soberanía de países de la región”, expresó.
Frente Unido
Los medios de comunicación estatales chinos deforman la narrativa para mostrar al país y a su gobierno como solidarios, compasivos y colaborativos, refiere Expediente Abierto, el laboratorio de ideas centroamericano. Estos medios se dedican a difundir la propaganda del PCCh, y sus empleados actúan en función de los intereses de su partido comunista, señala en Internet la plataforma estadounidense ShareAmerica.
La red de cuentas pro-China es parte de una estrategia denominada Frente Unido, que busca promover los intereses de Pekín mediante diversas operaciones de influencia destinadas a moldear las opiniones globales sobre China, liderado por el Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD), el brazo de inteligencia del PCCh, dice Time.
UFWD emplea tres tipos de tácticas para propagar la distorsionada narrativa oficial del régimen, tanto en el país como en el extranjero: neutralizar críticas al partido; difundir propaganda positiva sobre su gestión y seducir a las élites extranjeras, para que defiendan los intereses del PCCh en sus naciones, muestra el centro de ideas español China Watch Institute.
Las tácticas del UFWD se remontan a la Revolución rusa. El concepto es claro: formar una coalición de partes afines o con intereses mutuos para vencer a un adversario más poderoso, aun cuando estos aliados no compartan perfectamente la misma ideología, agrega.
Las campañas de influencia china pueden tener un impacto significativo en las opiniones de las audiencias latinoamericanas. “Y es que el secreto de estos procesos, además de una narrativa bien construida, está en la perseverancia, como con cualquier plan de adoctrinamiento”, afirmó Zitzmann. “Cuando las audiencias tienen niveles de entrenamiento y educación bajos y se caracterizan por su emotividad, como ocurre en la mayoría de nuestros países, estas condiciones junto con las importantes carencias e insuficiencias sociales y económicas las convierten en destinatarias ideales para este tipo de campañas”, precisó.
Espías chinos
Esta red podría ser usada para espionaje por agencias gubernamentales chinas. Según Nisos, las aplicaciones conectadas al sitio web revelaron permisos para recopilar información personal de los suscriptores y controlar sus cuentas. “Esto permite a China micro gestionar narrativas y obtener datos de disidentes en el extranjero”, indicó.
Pekín copia con éxito las tácticas de guerra de información utilizadas por Rusia y ahora busca extender su aparato de vigilancia en línea al ámbito global. Pretende influir y controlar las narrativas globales en tiempo real, lo que representa un juego ambicioso y sin precedentes, indicó el 30 de julio la revista estadounidense Foreign Policy.
“El problema de la red de cuentas genera angustia sin una solución clara”, expresó Zitzmann. Se necesita un cambio radical para dejar de lado los intereses y culturas particulares y enfocarnos en una agenda colectiva que aborde los problemas globales, como las campañas de influencia. “Sin embargo, esta idea parece utópica”, remachó.