Un informe especial del Departamento de Estado de los Estados Unidos, revela los intentos de la República Popular China (RPC) para alterar el panorama de la información internacional a su favor. En este proceso, Pekín destina sumas significativas de dólares para armar un sistema de información global que promueva su propaganda y facilite la censura y la difusión de desinformación.
“El poder blando es fundamental en la historia humana. En el caso de China, su presencia en Latinoamérica ha sido notable desde la década de 1970”, dijo el 25 de octubre a Diálogo Iván Gatón, experto en relaciones internacionales y geopolítica y profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en República Dominicana. “Su estrategia en la región evolucionó, y se refleja en su influencia mediática y tácticas de desinformación”.
El informe, publicado el 28 de septiembre, revela los esfuerzos de manipulación informativa por parte de la RPC basados en cinco elementos principales: el uso de propaganda y censura; la promoción del autoritarismo digital; la explotación de organizaciones internacionales y acuerdos bilaterales; la combinación de cooptación y presión, y el control de los medios de comunicación en idioma chino.
Asimismo, detalla que estos cinco elementos, podrían permitir a Pekín alterar el panorama internacional de la información en tres aspectos clave:
El primero es el uso de estrategias implícitas y explícitas para influir en el contenido global. Esto incluye la difusión de información sesgada mediante medios extranjeros y patrocinio de personas influyentes en línea. La firma de acuerdos con medios locales, algunos restrictivos; cooptar voces influyentes; invertir en plataformas globales, como servicios de televisión digital en África y redes de satélites para expandir su influencia.
El segundo es el uso de tácticas de intimidación en línea y fuera de línea para limitar la libertad de expresión, silenciar a la disidencia, fomentar la autocensura en democracias establecidas, utilizar leyes locales para anular críticas y censurar plataformas como WeChat. Además acosar a creadores de contenido y usar datos de empresas chinas en el extranjero, para afinar la censura global en individuos y organizaciones.
El tercero es el autoritarismo digital, empleando infraestructura digital para censurar noticias y difundir desinformación, exportar tecnologías de vigilancia y censura bajo la apariencia de “ciudades seguras”, propagando este modelo a nivel mundial, en especial hacia África, Asia y Latinoamérica; impulsar normas autoritarias digitales en otros países y crear entornos de información propicios para su propaganda y censura.
Nueva injerencia
La falta de corresponsales independientes en Latinoamérica deteriora la calidad informativa. Medios chinos y rusos ofrecen contenido gratuito y medios públicos de varios países colaboran con ellos, comprometiendo la independencia informativa regional, indicó la revista francesa Le Grand Continent el 12 de octubre.
Los medios estatales chinos como Xinhua y China News Services ampliaron su alcance internacional, financiando la cobertura para controlar mensajes dirigidos a la diáspora. Insertan suplementos como China Watch, en diarios destacados, creando confusión sobre la veracidad y propaganda, dado que la audiencia tiene limitado tiempo y recursos para discernir entre ellos, detalló.
De hecho, China creó una escuela de periodismo en Pekín para atraer estudiantes latinos, promoviendo una imagen positiva de China y sus inversiones. Más de 500 estudiantes han sido reclutados por la China Public Diplomacy Association, pero los programas prohíben discutir temas sensibles como Tíbet o Hong Kong, planteando preocupación sobre la libertad de expresión y la objetividad periodística, detalló.
Un ejemplo de ello es un viaje financiado por la RPC a finales de septiembre, donde 22 periodistas de 17 países visitaron comunidades locales, elogiando la economía y la diversidad cultural en la región. Así desestimaron las críticas de los medios occidentales, calificándolas de “mentiras infundadas”, reportó AP.
“Para proporcionar capacitación, ciudadanos chinos empezaron a aprender español en Cuba antes de 1970, evidenciando así una estrategia a largo plazo para expandir la influencia china en Latinoamérica”, comentó Gatón. “China avanzó tanto que ahora domina los matices idiomáticos de la región. Esto no es una coincidencia”.
En este contexto, los medios de comunicación actúan como herramientas de manipulación, ya que las personas tienden a creer lo que ven sin realizar un análisis crítico, especialmente cuando se presenta una política estatal meticulosamente diseñada, precisó Gatón.
El informe especial del Departamento de Estado también señala que la RPC emplea bots, trolls y campañas coordinadas en redes sociales, para promover contenido pro-China y suprimir críticas. Utilizan tácticas de inundación para saturar temas delicados con contenido irrelevante, dificultando que los usuarios encuentren información sustantiva y basada en hechos, detalla el informe estadounidense.
A fines de agosto, Facebook eliminó alrededor de 7700 cuentas, 950 páginas, 15 grupos y 15 cuentas de Instagram, que impulsaban comentarios positivos sobre China y críticas hacia los EE. UU., así como hacia las políticas occidentales y detractores del Gobierno chino, incluyendo periodistas e investigadores, reportó The New York Times.
Los chinos implementan estas estrategias de comunicación en regiones ricas en materias primas estratégicas, como África y Latinoamérica, buscando asegurar recursos vitales como el litio y establecer contratos de infraestructura estratégicos, expresó Gatón. “Los medios chinos están logrando posicionar la imagen de China”.
Futuro
El futuro de las relaciones internacionales con la RPC dependerá de cómo se gestione la manipulación de la información. A pesar de los recursos significativos de China, enfrenta resistencia en democracias debido a la oposición de medios y la sociedad civil. Entender estas tácticas es clave para asegurar un campo de juego equitativo para las ideas y valores, indica el informe del Departamento de Estado.
También “es esencial que el mundo transatlántico, incluyendo Latinoamérica, Europa y Estados Unidos, se una para evitar ser desplazados por Asia. Nuestra geografía nos define, y considerando que nuestro vecino más cercano es Estados Unidos, debemos actuar de manera colaborativa para enfrentar desafíos actuales”, finalizó Gatón.