El krill antártico es un diminuto crustáceo, clave para la cadena alimentaria del ecosistema de esa zona porque es el sustento de una gran variedad de animales, desde aves como albatros y pingüinos; peces y cefalópodos como los calamares; hasta mamíferos como ballenas, delfines, lobos y elefantes marinos. Para todos ellos el krill es fundamental para subsistir.
Las empresas de alimentos en China están poniendo de moda y promocionan su consumo masivo, alegando mediante campañas publicitarias nacionales beneficios milagrosos para la salud. Como consecuencia, las flotas pesqueras chinas apostadas en la zona austral y antártica de Chile y Argentina capturan diariamente cada vez mas toneladas del preciado recurso, haciendo estragos por su depredación indiscriminada y causando grave peligro en su sostenibilidad.
“En 2022 los permisos para pescar krill en la zona eran para 10 barcos y en 2023 aumentaron a 14”, dijo el 29 de septiembre a Diálogo Milko Schvartzman, especialista en conservación marina y seguimiento de la pesca ilegal y miembro del Círculo de Políticas Ambientales de Argentina. “Es decir, China aumentó la captura de recursos marinos y esto significa el incremento de la presión sobre el krill”.
El pequeño crustáceo mantiene el balance del ecosistema de los mares y muchas de estas especies que se nutren en aguas subantárticas o antárticas eventualmente migran a las costas del Cono Sur. Como es capturado en grandes cantidades por las flotas pesqueras chinas en la zona austral y antártica de Chile y Argentina, ponen en jaque su subsistencia y la de los animales que dependen de el.
Al apetito comercial chino se une el calentamiento global, que no da tregua y que amenaza a la especie. El impacto ambiental en la Antártica se aprecia en la disminución del hielo marino y la desaparición de las algas unicelulares que crecen adheridas a él y de las cuales se alimenta el krill; una cadena que está rompiéndose.
“La península Antártica se volvió uno de los lugares más afectados por el calentamiento global en las últimas tres décadas”, señaló el 11 de agosto al Canal 26 de Argentina el biólogo argentino Rodolfo Werner. “Menos hielo, menos algas, menos krill”.
Sin embargo, las empresas pesqueras chinas continúan anunciando a gran escala los beneficios del crustáceo, mientras que de forma más discreta etiquetan al krill antártico como una “mina de oro” para su economía pesquera nacional, y los gobiernos de las provincias de China promueven su procesamiento como una industria de alto valor, informó el portal estadounidense Seafood Source.
Por ejemplo, el gobierno municipal de Qingdao, al este de China, estableció objetivos ambiciosos para desarrollar en la región la producción de krill y las industrias biotecnológicas relacionadas. La empresa Function Marine Technology Co., con sede en esa localidad, declaró sin respaldo científico que las propiedades medicinales del krill ayudan al cuerpo a ajustar la sangre y solucionar problemas como la diabetes, informó Seafood Source el 17 de agosto.
Debido a declaraciones de ese tipo, irresponsables y sin fundamento, en 2020 fueron capturadas mundialmente 400 000 toneladas de krill, informan datos oficiales de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, con sede en Australia y que cuenta con 27 países miembros. Hasta agosto de 2023, China lleva capturadas aproximadamente 100 000 toneladas de krill, solo con sus 14 embarcaciones en la zona antártica, dijo Schvartzman.
Esta creciente explotación de la flota china de las reservas de krill antártico crea preocupación para los conservacionistas, quienes ven cómo la intransigencia china y rusa impiden el establecimiento de nuevas áreas marinas protegidas (AMP) frente a la costa antártica. Muchos de estos ambientalistas plantearon estos problemas en la 3.º Reunión Especial de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), que se llevó a cabo en Santiago, Chile, del 19 al 23 de junio.
“El boicot que realizan en los últimos años Rusia y China respecto a la creación de áreas protegidas, especialmente una AMP que están promoviendo Chile y Argentina, aclara la intención rusa y china de no tener límites en la captura de especies antárticas y de su política antiambientalista”, dijo Schvartzman. “Su bloqueo apunta a todos los mares disponibles para la sobreexplotación y también [a estrategias] en contra de la conservación en general en casi todos los organismos internacionales”.
“Lamentablemente no aceptan que si no se protege al krill, no habrá pesca para nadie en el futuro”, agregó Schvartzman. “Tienen una visión cortoplacista, de satisfacción económica inmediata. Es necesario que desde Argentina y Chile se aumente la intensidad diplomática contra China y Rusia, para defender la propuesta que ya lleva varios años de ser boicoteada”.
La 42.º Reunión Anual de la CCRVMA se llevará a cabo en Hobart, Australia, del 16 al 27 de octubre de 2023, donde se reanudarán las discusiones sobre la implementación de las AMP que China y Rusia intentan evitar a toda costa.
Chile y Argentina continuarán aportando a los trabajos de la CCRVMA con miras a la creación de un sistema representativo de AMP en el océano Austral, para las aguas que rodean la península Antártica, informó el ministerio de Relaciones Exteriores de Chile en su página web.