Ante el avance del coronavirus en el hemisferio occidental, los países centroamericanos están bajo estados de emergencia y toques de queda. Sus fuerzas armadas implementan múltiples tareas para frenar el avance de esta amenaza global en sus territorios, sin descuidar sus deberes diarios de lucha contra la delincuencia.
El Salvador fue el primer país en Latinoamérica en decretar, el 12 de marzo, la cuarentena nacional obligatoria. La Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil mantienen cerrados sus espacios aéreos, terrestres y marítimos; solo una persona por familia puede circular dos veces por semana para el abastecimiento de alimentos o medicinas, dispusieron las autoridades.
Además de reforzar la seguridad en los centros de cuarentena, los soldados abastecen de agua potable y comidas a los pacientes, sanitizan los espacios, y organizan donativos y actividades logísticas para atender la emergencia. “También los 142 puntos ciegos [en la frontera] identificados por el Comando Sumpul de la Fuerza Naval son custodiados por 2000 efectivos”, informó el presidente de El Salvador Nayib Bukele.

Por su parte, Honduras vive el toque de queda desde el 16 de marzo, ordenado por el presidente Juan Orlando Hernández. Todas las fronteras están cerradas al tránsito de personas y el uso del transporte público está vetado.
Las Fuerzas Armadas de Honduras mantienen el orden con retenes, patrullajes y operativos, y previenen la aglomeración de personas. Asimismo, entregan alimentos gratuitos a familias que están autorecluídas en sus casas, brindan seguridad sanitaria y el traslado de equipos y materiales médicos, indica la Secretaría de Defensa Nacional de Honduras.
En Panamá, el presidente Laurentino Cortizo anunció que “a partir del 16 de marzo se restringe el ingreso al país de no nacionales y no residentes. Todo pasajero tendrá aislamiento preventivo obligatorio en su domicilio por 14 días. Los alimentos, medicinas e insumos seguirán entrando”, dijo.
El 25 de marzo, Cortizo pronunció toque de queda. “Declaro cuarentena total obligatoria en el territorio nacional de manera indefinida, con excepciones”, dijo. “La línea de suministro de alimentos, bancos, tiendas de abarrotes y servidores de la salud podrán movilizarse y operar. La población solo puede salir a la calle por dos horas y por turnos para abastecerse de insumos básicos”.
En Costa Rica, el presidente Carlos Alvarado cerró sus fronteras. “Lo que nos piden es permanecer en casa, no exponernos, no generar tumultos y seguir las recomendaciones”, declaró Alvarado a la prensa.
La Fuerza Pública reforzó la vigilancia en sus fronteras para frenar los contagios. “En el caso de los costarricenses y los extranjeros residentes, podrán regresar al país pero tendrán que guardar una cuarentena de 14 días” agregó Alvarado.
En Guatemala, las limitaciones para la población iniciaron el 22 de marzo. El Ejército y la Policía realizan patrullajes en las calles, carreteras y pasos fronterizos; quienes no acaten el toque de queda son detenidos y puestos a disposición de las autoridades judiciales, indicó el diario mexicano El Universal. Los uniformados realizan operaciones de vigilancia aérea, marítima y en los ríos fronterizos, y proporcionan seguridad al personal del Ministerio de Salud, agregó.
El Ejército de Guatemala informó que el Cuerpo de Ingenieros construye cinco hospitales de campaña en el occidente del país, todos con área de cuarentena para observación y aislamiento.
Aunque Nicaragua anunció el 18 de marzo la presencia del virus en su país, el Gobierno de Daniel Ortega no ha tomado medidas ni desplazado a las Fuerzas Armadas para hacer frente al COVID-19.