El 3 de junio, el Departamento de Estado de los Estados Unidos impuso sanciones a Cuba, al designar en su lista negra a siete empresas cubanas, incluyendo la institución financiera que maneja las remesas estadounidenses en la nación comunista.
El secretario de Estado de los EE. UU. Mike Pompeo, anunció que siete empresas controladas por militares cubanos habían ingresado a la Lista Restringida de Cuba, que prohíbe a ciudadanos y residentes estadounidenses hacer negocios con estas empresas.
“Estas siete subentidades se benefician desmesuradamente gracias a la dictadura castrista, un régimen que utiliza las ganancias de estos negocios para oprimir al pueblo cubano y financiar su interferencia en Venezuela”, expresó el secretario Pompeo en un comunicado.
Pompeo explicó que, entre las siete compañías, hay una institución financiera controlada por militares, y tres hoteles, dos centros de buceo y un parque marino para el turismo que son propiedad de militares.
Los militares cubanos son quienes poseen y operan la mayor parte de la industria turística de Cuba, destacó el comunicado.
“La incorporación de la institución financiera FINCIMEX a la Lista Restringida de Cuba ayudará particularmente a enfrentar los intentos del régimen por controlar el flujo de divisas que pertenece al pueblo cubano”, agregó Pompeo, en referencia a la compañía que procesa las remesas estadounidenses.
“Seguiremos cortando el flujo de dinero hacia los bolsillos de quienes oprimen al pueblo cubano”, manifestó Pompeo más tarde en un tuit.
Las sanciones adicionales tienen lugar después de que el Departamento de Estado de los EE. UU. anunció, el 13 de mayo, que Cuba había regresado a la lista de países que desisten de cooperar plenamente con los esfuerzos de los EE. UU. en la lucha contra el terrorismo.
Ese anuncio marcó la primera vez que la nación comunista vuelve a ocupar un lugar en la lista, desde el informe estadounidense contra el terrorismo en 2015. Ahora ocupa un lugar junto a Irán, Corea del Norte, Siria y Venezuela.