A fines de junio una mujer caminaba por la playa de Maldonado, Uruguay, cuando encontró una botella con un mensaje que parecía ser en un idioma asiático. Como el texto terminaba con “S.O.S.”, la mujer vio que se trataba de un pedido de socorro y llevó la botella a la Prefectura de Piriápolis, que inició una investigación.
Las autoridades descifraron el texto con el apoyo de un traductor, informó el diario El País de Uruguay. El mensaje en chino decía: “Hola, soy tripulante del buque Lu Qing Yuan Yu 765, me encerraron en la compañía. Cuando veas este papel, ¡por favor ayúdame a llamar a la policía! Socorro-Socorro”, precisó el diario argentino Clarín.
La Prefectura y la Armada de Uruguay allanaron el barco chino. Si bien los investigadores no encontraron una situación de socorro, detectaron que los trabajadores llevaban dos años sin tocar puerto, dijo el sitio argentino Infobae. El episodio puso una vez más sobre la mesa las terribles condiciones de trabajo y el trabajo forzoso de los tripulantes de la flota pesquera china que depreda el Atlántico Sur.
“Ya el hecho de que estén dos años sin llegar a tierra es un abuso laboral para los tripulantes”, dijo a Diálogo Milko Schvartzman, especialista en conservación marina y seguimiento de la pesca ilegal. “Además, si bien en la inspección los tripulantes admitieron que la botella la habían tirado ellos, ningún tripulante se hizo cargo de que la botella la había tirado él mismo por miedo a represalias”, añadió Schvartzman.
“Ya esto implica que hay una situación irregular de explotación a bordo”, afirmó. Schvartzman, miembro de la organización Círculo de Políticas Ambientales, detectó la posición donde se encontraba el barco chino Lu Qing Yuan Yu 765 y la hizo pública. El buque salió de China, estuvo pescando en el Pacífico frente a Ecuador y a Perú y luego frente a la Patagonia argentina.
Tripulantes fallecidos
Los abusos a bordo de los pesqueros chinos han sido recurrentes en los últimos años en el Atlántico Sur. En mayo de 2017, por ejemplo, el barco chino Lu Qing Yuan Yu 206 (LQYY 206) descargó un tripulante fallecido en el puerto de Montevideo. La tripulación realizó una protesta ante las autoridades por las condiciones de vida y trabajo esclavo a bordo, que incluían jornadas laborales de 24 horas, agua podrida, alimentos vencidos, falta de medicinas, maltrato y abusos físicos de los tripulantes, recordó Schvartzman.
“Tres meses más tarde, en agosto de ese mismo año, el LQYY 206 descargó otro tripulante fallecido”, dijo el experto. “Y ese mismo barco en 2021 descargó un tercer tripulante fallecido en Montevideo y hoy sigue operando […]”, añadió Schvartzman.
De 2018 a 2020, 17 muertes de tripulantes estuvieron asociadas con barcos pesqueros extranjeros –sobre todo de China– en aguas del Atlántico Sur, según el Informe sobre Trata de Personas 2022 del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
“Antes de 2018, los observadores informaron un promedio de 11 muertes de tripulantes por año. Los trabajadores extranjeros a bordo de estas embarcaciones son objeto de abusos indicativos de trabajo forzoso, incluidos salarios no pagados, documentos de identificación confiscados y abuso físico”, detalla el informe del Departamento de Estado.
Delitos de la flota pesquera china
Además de la depredación que genera en el ecosistema del Atlántico Sur, la flota china comete una multiplicidad de delitos a bordo. Según Schvartzman, los tripulantes a veces trabajan 24 o 30 horas de corrido. No tienen alimentación saludable ni suelen tener acceso a agua potable. No hay medicinas. No se les paga el salario prometido y se les retienen los pasaportes para que no puedan escapar de la embarcación cuando llegan al puerto.
“Cuando un tripulante tiene un problema de salud en muchos casos no se pide una evacuación y el tripulante acaba falleciendo a bordo”, explicó Schvartzman. Además, los contratos que se firman son en idiomas que muchos tripulantes no hablan. “Eso es una violación a las normas de la Organización Internacional del Trabajo”, finalizó el experto.