En el marco de UNITAS 2022, el 16 de septiembre, día D, tuvo lugar una operación anfibia multinacional en el municipio de Itaoca, en el estado de Espiríto Santo, Brasil. La Operación incluyó un simulacro de rescate de ciudadanos amenazados en la costa de un país en conflicto, mediante una incursión anfibia llevada a cabo por buques y aeronaves de la Marina y de la Fuerza de Infantes de Marina de Brasil.
Antes del desembarco de más de 1000 soldados de 12 países durante el día D, fueron infiltrados equipos de Operaciones Especiales de la Fuerza Multinacional de Operaciones Especiales, comandada por el Comando Naval de Operaciones Especiales, que quedaron en puntos estratégicos para realizar tareas de apoyo que permitieran el desembarco de la Fuerza de Incursión. Esta Fuerza contó con 158 operadores especiales entre infantes de marina y buzos de combate de Brasil, Ecuador, Estados Unidos, Paraguay, Perú y Uruguay, un total de 55 brasileños y 103 extranjeros.
Fase de taller
Antes de desarrollar el tema táctico, hubo una fase de taller destinada al intercambio de técnicas, tácticas y procedimientos. Los operadores de Infantería de Marina realizaron entrenamiento en salto libre operacional, desde la aeronave UH-15 Super Cougar, del 2.º Escuadrón General de Helicópteros (HU-2); entrenamiento en salto semiautomático con la aeronave UH-1Y Venom del Cuerpo de Infantes de Marina de los EE. UU. (USMC), así como entrenamiento en combate en ambientes confinados (CQB) y tiro de precisión, realizado a bordo del Batallón de Operaciones Especiales de Infantería de Marina de Brasil (Batallón Tonelero).
Los buzos de combate de los distintos países se entrenaron en buceo de combate, desactivación de artefactos explosivos, CQB y abordaje de buques contrarios, a cargo del Grupo de Buzos de Combate de la Marina de Brasil (GruMEC).
Fuerza Multinacional de Operaciones Especiales Combinadas

Durante la operación anfibia, a la Fuerza Multinacional Combinada de Operaciones Especiales se le encomendaron tareas específicas como la neutralización y el establecimiento de puestos de vigilancia con el fin de emitir una alerta temprana sobre cualquier refuerzo del enemigo.
Para llevar a cabo sus tareas, las tropas de Operaciones Especiales se dividieron en dos Elementos de Tarea. La parte terrestre incluía comandos anfibios del Batallón Tonelero, personal militar de la Fuerza de Reconocimiento del Cuerpo de Infantes de Marina de los EE. UU., comandos anfibios de Ecuador, Paraguay y Uruguay, así como tres observadores de Francia. En la parte marítima participaron buzos de combate del GruMEC, el equipo SEAL, el equipo de botes especiales y el equipo EOD, todos ellos de la Marina estadounidense, así como buzos de combate de Ecuador y Perú.
Las infiltraciones tuvieron lugar antes del Día D, y fueron realizadas con helicópteros UH-15 Super Cougar y MH-60S Seahawk del NAM Atlântico (A 140) de la Marina Brasileña; y del USS Mesa Verde (LPD 19) de la Marina estadounidense, respectivamente, y también desde la superficie con lanchas neumáticas lanzadas desde la Fragata Constituição (F 42).
Durante la operación, los buzos de combate interceptaron una embarcación sospechosa de haber introducido material ilícito en la zona de operaciones mediante la técnica VBSS (visita, abordaje, búsqueda e incautación), empleando las embarcaciones de acción rápida Zodiac Hurricane H753 de GRuMEC.
El General de División del Cuerpo de Infantería de Marina Claudio Eduardo Silva Dias, comandante naval de Operaciones Especiales, destacó la importancia del intercambio de experiencias entre los militares, el éxito de la misión de las tropas de Operaciones Especiales en el UNITAS LXIII, y concluyó diciendo que “considero que el propósito de la operación UNITAS, en la parte de operaciones especiales, fue plenamente alcanzado, fortaleciendo los lazos con las naciones amigas, permitiendo la evolución de las técnicas, tácticas y procedimientos y, lo más importante, la integración entre los militares que permitió la interoperabilidad entre las fuerzas armadas participantes en la operación”.