Investigadores del Centro de Estudios de Crimen Organizado Transnacional (CeCOT), de la Universidad Nacional de la Plata y de la Universidad de Buenos Aires, ambos de Argentina, muestran en el estudio Tráfico de cocaína desde puertos no tradicionales: examinando los casos de Argentina, Chile y Uruguay, publicado el 4 de enero de 2022, que las bandas criminales están priorizando ciertos puertos de Sudamérica. Los “puertos no tradicionales” de Buenos Aires; San Antonio, Chile; y Montevideo, Uruguay, se han convertido en “muy buenas opciones para las organizaciones criminales que trafican cocaína al extranjero”.
Estos países son considerados de baja penetración del crimen organizado y bajos niveles de violencia pública, explica el reporte. El narcotráfico utiliza esos puertos “para blanquear y disfrazar el origen de las drogas” y “reducir los riesgos y maximizar la rentabilidad”, abunda el estudio.
Un ejemplo es Chile, donde la presencia del crimen organizado es menos evidente que en otros países latinoamericanos. El narcotráfico se vale del dinamismo de los puertos chilenos para exportar cocaína, y genera nuevas amenazas como la producción de drogas sintéticas, reportó la BBC.
Un informe de la Oficina de las Nacionas Unidas contra la Droga y el Delito y EUROPOL de septiembre de 2021, reitera que en los últimos cinco años el tráfico de cocaína desde Sudamérica hacia los Estados Unidos incrementó. Sin embargo las redes narcotraficantes también centran su objetivo en Europa, que tiene mayor potencial y está menos saturado que el mercado estadounidense.
Por eso Europa toma un rol central, considerando que su geografía permite el paso a nuevos mercados donde la cocaína atrae valores extraordinarios, muestra el informe. Simultáneamente, el aumento de los controles en Brasil, Colombia y Perú en los últimos cinco años, cambió las rutas del narcotráfico hacia el sur, añade.
Rutas contrarias
Los puertos estudiados están más al sur que los países productores de cocaína y el país de tránsito más importante, Brasil. Esto implica una alta movilidad y mayores costos para las organizaciones criminales, pero dan mayor seguridad a los cargamentos de cocaína, detalla CeCOT.
Igual muestra que aunque algunas rutas no tienen sentido económico o geográfico aparente; las rutas y frecuencias de los cargamentos que salen de Buenos Aires, San Antonio y Montevideo, tienen una conexión regular entre estos puertos y los puertos de contenedores identificados como de entrada de cocaína, particularmente europeos. Además, enviar cocaína por las rutas tradicionales implica siempre una pérdida. Las rutas del Pacífico y el Caribe son ahora bastante complicadas, destaca el reporte.
Las drogas producidas en Bolivia, Colombia y Perú, son enviadas hacia áreas de tránsito como Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, antes de enviarlas al mercado europeo, publica el portal del Programa de Asistencia contra el Crimen Transnacional Organizado Europa Latinoamérica (EL PAcCTO).
EL PAcCTo destaca el incremento de las incautaciones de drogas en Uruguay como prueba del alcance de la amenaza, y de las crecientes preocupaciones de todos los que luchan contra el narcotráfico. Además, señala que el 75 por ciento de los grupos delictivos organizados tienen como principal actividad el tráfico de estupefacientes. Estiman que existen 436 grupos importantes de delincuencia organizada en Latinoamérica.
Colaboración
“Desafortunadamente, se espera que el tráfico de cocaína aumente aún más debido a la creciente demanda de los mercados tradicionales (Estados Unidos y Europa) y los nuevos mercados (Oceanía y Asia)”, concluye CeCOT. Sin embargo, los países latinoamericanos están luchando.
En ese contexto, Uruguay recibió el 3 de diciembre de 2021 a una delegación del Programa de Control de Contenedores de la Organización de las Naciones Unidas y la Unión Mundial de Aduanas. El proyecto busca mejorar la detección de cargamentos de drogas y otras actividades de la delincuencia organizada transnacional, indicó la Dirección Nacional de Aduanas de Uruguay en un comunicado. El programa se firmará en marzo de 2022.
También en diciembre, la Armada de Uruguay recibió una donación de tres buques clase protector de la Guardia Costera de los EE. UU. con un valor de casi USD 8,7 millones, “para reforzar la seguridad marítima y la soberanía económica en aguas uruguayas”, indicó la Embajada de los EE. UU. en Uruguay. Las embarcaciones llegarán antes de que concluya el 2022.