Daniel Ortega insiste en controlar la ayuda humanitaria en situaciones de emergencia. Recientemente bloqueó las acciones de las organizaciones civiles para canalizar ayuda de medicinas, ropa y comida, a miles de personas afectadas por el paso de los huracanes Eta y Iota por Nicaragua, entre el 3 y el 16 de noviembre de 2020.
“El régimen orteguista ha ocultado información, ha dejado en el desamparo a miles de familias que perdieron sus ingresos, ha saboteado las acciones de solidaridad que se realizan desde la sociedad civil y ha agravado la situación de miles de familias vulnerables”, dijo el 28 de noviembre la ONG Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), el movimiento opositor más amplio de Nicaragua, de acuerdo con la agencia EFE.
“El régimen orteguista ha ocultado información, ha dejado en el desamparo a miles de familias que perdieron sus ingresos, ha saboteado las acciones de solidaridad que se realizan desde la sociedad civil y ha agravado la situación de miles de familias vulnerables”, ONG Unidad Nacional Azul y Blanco.
La capacidad de respuesta del Estado está minimizada, porque el presupuesto del Sistema Nacional de Prevención ante Desastres se recortó en beneficio de la policía y el ejército, agregó la UNAB.
Las lluvias torrenciales provocadas por los huracanes Eta y Iota dejaron viviendas anegadas, familias evacuadas, caminos destruidos y deslaves de cerros; las tormentas dejaron un saldo de al menos 16 muertos y millonarias pérdidas económicas en Nicaragua, el país más golpeado por Iota, reportó el 18 de noviembre la cadena alemana de noticias Deutsche Welle.
Por otro lado, “a pesar de los daños que dejó Eta, el régimen [está] reprimiendo las muestras de solidaridad, enviando a sus fuerzas policiales para impedir que las personas entregaran sus donativos, o para evacuar lo que ya se había recogido”, reportó el 5 de noviembre el diario nicaragüense Confidencial.
Por ejemplo, “las comunidades católicas de Nicaragua recogieron [el 22 de noviembre] ayudas para las víctimas de los huracanes, las cuales fueron entregadas ‘en secreto’, por donantes”, reportó la Agenzia Fides, con sede en el Vaticano. “Las donaciones están vinculadas a (…) amenazas por parte de la policía nicaragüense contra quienes recolectaban ayuda para las víctimas”.
La Unidad Médica Nicaragüense denunció el 2 de noviembre que las fuerzas policiales y parapoliciales del régimen impidieron que sus médicos ingresaran a las instalaciones para continuar el acopio de medicamentos y víveres. “Reiteramos que la solidaridad es un valor humano por excelencia, el ejercerla es un derecho universal que no debe en ninguna circunstancia ser impedida y menos por un Estado”, publicó la institución.
Mientras Ortega reprime la solidaridad interna, el pueblo de Nicaragua recibe la solidaridad externa tras los azotes de los huracanes. El Gobierno de los Estados Unidos anunció el 18 de noviembre, a través de su embajador en Nicaragua Kevin K. Sullivan, que entregarán USD 1,5 millones adicionales mediante organizaciones humanitarias internacionales, “para proveer asistencia vital a las comunidades más afectadas en Nicaragua por el huracán Eta y ahora el huracán Iota”.