Desde hace una década, el ámbito académico superior en Venezuela sufre un plan de desmantelamiento institucional orquestado por el venezolano Nicolás Maduro, por no doblegarse ante su autoritarismo, indicó Tulio Ramírez, profesor venezolano titular en la Universidad Católica Andrés Bello, a la plataforma de investigación internacional The Conversation.
“La esencia del plan de ataque a las universidades venezolanas reside en un solo factor: Eliminar por completo el pensamiento crítico y el desarrollo de los pueblos”, dijo el 3 de septiembre a Diálogo Daniel Varnagy, académico en Ciencias Políticas en la Universidad Simón Bolívar de Venezuela. “Cualquier tipo de disidencia constructiva es totalmente desaprobada”.
Parte de ese plan son reducción sistemática de los presupuestos, sueldos míseros, instalaciones dañadas, laboratorios clausurados, limitados beneficios estudiantiles (comedor, transporte, becas) y ataques a las instalaciones físicas para destruirlas, precisó Ramírez.
El deterioro provoca una diáspora en el cuerpo docente. Se estima que, en 2022, cerca de 3500 docentes renunciaron a sus puestos para aceptar ofertas de universidades en otros países.
La disminución del cuerpo docente y la caída progresiva de la matrícula estudiantil son tendencias evidentes. Se calcula una disminución de entre un 60 y un 70 por ciento en las inscripciones. Actualmente hay 71 institutos universitarios, de los que el régimen controla 61, indica un reporte de la ONG de investigación periodística Connectas.
También los programas de formación e investigación en Venezuela están influenciados por la ideología gubernamental. Desde mediados de 2008 se intentó reducir la productividad de investigadores y universidades y debilitar los programas que exhibían la calidad y excelencia académica, refiere la plataforma alemana DW.
El plan
El plan del chavismo inició en 2003, con la creación de la Misión Sucre y la Universidad Bolivariana de Venezuela, refiere Connectas. El propósito educativo se desvirtúa por este proyecto político, que concibe la educación como herramienta de confrontación política e ideológica, señala DW.
También señala que siguiendo sus planes, el chavismo implementó en 2009 la Ley de Educación e introdujo el concepto de Estado docente, otorgando al ejecutivo nacional control sobre regulaciones, elecciones de autoridades, presupuestos y capacitación docente universitaria.
Dos décadas después, los cuantiosos fondos destinados a la educación superior alternativa se esparcieron en institutos donde prevalece la militancia política y en universidades que, en su mayoría, nunca fueron construidas ni llegaron a operar, detalla Connectas.
“En Venezuela surgieron nuevas instituciones educativas con un enfoque ideológico en favor del chavismo y el madurismo, donde no se realiza ni interesa la investigación científica de calidad”, aseguró Varnagy. “Todo menguó; hay menos profesores y un número reducido de estudiantes. Es una tragedia”, destacó.
Las seis universidades autónomas, como la Universidad Central de Venezuela (UCV) y las cuatro experimentales no controladas por el régimen madurista cerraron laboratorios, aulas y otros espacios por escaso presupuesto para mantenerlos y por la gran cantidad de robos que son víctimas por no tener suficiente personal de vigilancia, señala Connectas.
Diversos obstáculos
Tras casi 15 años, la UCV desafió el intervencionismo estatal y las presiones, incluso del Poder Judicial. En junio, realizó elecciones para 293 cargos de gobierno y cogobierno universitario, a pesar de que el régimen aprobó la Ley Orgánica de Educación, que obliga a las universidades a incluir en las votaciones para elegir autoridades universitarias a obreros y personal administrativo sin ser profesores, estudiantes ni egresados.
“La finalidad es incluir personal no académico y trabajadores, una acción desinada a ceder el poder sobre la gobernanza universitaria a un bloque de votantes mayormente pro-Maduro y obligar a que las universidades se orienten hacia el socialismo bolivariano”, dice el reporte El declive de la universidad Venezolana, de Aula Abierta y el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de los Andes.
Se han presentado diversos obstáculos en contra de las universidades autónomas y sus miembros. Ejemplos incluyen la apertura de procedimientos penales y administrativos contra rectores de la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios, así como acciones intervencionistas de otros órganos del poder público, señaló Connectas.
También comentó que se observan nombramientos arbitrarios de autoridades universitarias por el Consejo Nacional de Universidades, del Ministerio de Educación, discriminación política, criminalización de las protestas estudiantiles y empobrecimiento de la calidad de vida de profesores, personal administrativo y estudiantes.
“Hoy los profesores universitarios de Venezuela no solo son los peores remunerados de Latinoamérica, sino del planeta”, con USD 18 mensuales, comentó a la plataforma estadounidense Voz de América José Gregorio Afonso, presidente de la Asociación de Profesores Universitarios de la UCV, el 9 de agosto.
“El daño infligido a las universidades es irreparable, similar a lo que ocurrió con el despido de 20 000 personas durante el paro petrolero de PDVSA [compañía estatal venezolana]. Al echar a las personas, también tiras su experiencia y conocimientos”, precisó Varnagy. “La educación universitaria es abandonada por los estudiantes en busca de empleos con limitada perspectiva de futuro y muchos emigran del país”.
Si el sistema político y de pensamiento no cambia, el sistema autoritario seguirá reduciendo la influencia y el avance de las universidades. “Los Estados de izquierda tienden a gastar en dádivas y compromisos políticos en lugar de invertir en educación e investigación”, concluyó Varnagy.