La Fuerza Aérea Colombiana (FAC) se prepara para lanzar su segundo satélite, el FACSAT-2 Chiribiquete, en febrero de 2023, con una mayor capacidad de carga útil. Será utilizado para detectar riesgos y amenazas ambientales, así como combatir la minería ilegal, vigilar la infraestructura energética, portuaria y vial, y en operaciones de vigilancia del espacio aéreo.

El satélite llegará al espacio en el cohete FALCON 9 de la misión Transporter 7, a una órbita a 500 kilómetros de altitud. En el proceso, un equipo de ingenieros de la FAC fueron codiseñadores y codesarrolladores de la tecnología con la empresa Gomspace de Dinamarca como aliado tecnológico.
“Adquirimos capacidades como el desarrollo del software de encriptación homologable a otros tipos de tecnologías y una tarjeta interfaz para integrar la carga útil del espectrómetro [instrumento utilizado para medir las longitudes de onda]”, dijo a Diálogo el 23 de septiembre el Mayor de la FAC Juan Manuel Cárdenas García, ingeniero de software del Centro de Investigación en Tecnologías Aeroespaciales (CITAE). “[Además trabajamos] en el desarrollo del software de control de emisión [para] operar, controlar y recibir los datos de telemetría del satélite”.
El FACSAT-2 Chiribiquete hace referencia a la serranía del parque nacional, una reserva natural. Gracias al convenio con la paraestatal petrolera colombiana ECOPETROL el satélite, cuya principal misión será tomar imágenes del territorio colombiano, llevará un espectrómetro para monitorear los gases de efecto invernadero, para analizar la disminución de emanaciones que contribuyen al calentamiento global.
Colombia y la Antártica
La experiencia adquirida en la Estación de Comando y Control del FACSAT-1, en la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, en Cali, condujo a participar en enero de 2020 en la VI Expedición Científica de Colombia, y en la IV Campaña Antártica de la FAC, donde se probó una estación terrena temporal para el seguimiento y comunicación con el nanosatélite.
“Con el objetivo de activar las capacidades espaciales de la FAC y con el apoyo de la Comisión Colombiana del Océano, se propuso una estación terrena temporal en la Base General Bernardo O’Higgins, del Ejército de Chile, donde se lograron evaluar los requisitos técnicos y logísticos para la futura construcción de una estación terrena permanente en ese territorio”, explica a Diálogo la Teniente de la FAC Lorena Cárdena Espinosa, ingeniero del CITAE, quien formó parte de la primera expedición en 2020.
“Con la puesta en órbita de FACSAT-2, el proyecto antártico se divide en dos fases. La primera se cumplió en el 2020”, abundó el May. Cárdenas. “La segunda fase, aplicación de capacidades satelitales de la FAC para análisis de gases de efecto invernadero, se encuentra actualmente en desarrollo”.
En la segunda fase, se llevará una antena fija a la Antartida con mejores capacidades. “Se encuentra en proceso de adquisición (…) una antena portátil de comunicación satelital en las campañas antárticas del verano 2023 e invierno de 2024, para comandar el FACSAT-2”, corroboró a Diálogo la Teniente Coronel de la FAC Sonia Rincón Urbina, ingeniero y jefe del CITAE. “Se espera adelantar pruebas precampaña antártica en unidades aéreas en Colombia, y en cooperación académico-científica con el Centro de Investigación GAIA Antártica, de la Universidad de Magallanes en Punta Arenas, Chile”.
“Al realizar mediciones de gases de efecto invernadero en la Antártica, podremos incitar a la parte científica nacional y a la comunidad que estudia Antártica, considerando que este fenómeno es la mayor amenaza en este territorio (…)”, agregó la Tte. Cnel. Rincón. “Estamos empezando en la carrera del campo espacial, y el ya poder hablar en esos niveles es realmente increíble (…). Lo que sucede con Antártica impacta en nuestro país, es un campo científico, una comunidad de cooperación internacional, allí no hay fronteras”.
Comando y Control Satelital

El FACSAT-2 será operado desde el Centro de Operaciones Espaciales de la FAC, con sede en Cali, para realizar el preprocesamiento de las imágenes satelitales, y adelantar proyectos en seguridad y defensa nacional, agricultura, bosques, usos de la tierra, uso del espacio marítimo, actividades de minería e infraestructura.
Además, se espera continuar en ejercicios internacionales como PANAMAX y Resolute Sentinel con capacidades de interoperabilidad en el espacio, procesamiento de información, y respuesta en atención y prevención de desastres.
“Por su generación de doctrina, organización especializada en la operación espacial, capacidad de material y el equipo adquirido, ha sido un éxito”, dijo a Diálogo el Teniente Coronel Guillermo Poveda titular de la Jefatura de Operaciones Espaciales de la FAC. “Es lo que nos ha permitido que rápidamente entremos en las redes de Global Sentinel [el principal esfuerzo de cooperación en materia de seguridad del Comando Espacial de los EE. UU.] y del Centro de Operaciones Espaciales Combinadas de los Estados Unidos”.