El 11 de julio los Estados Unidos impusieron sanciones a la agencia de contrainteligencia militar de Venezuela, acusada de torturar y asesinar prisioneros.
Con las nuevas sanciones anunciadas por el Departamento del Tesoro de los EE. UU. se congela en ese país cualquier activo de la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela.
Esto ocurre días después de que los EE. UU. impusiera sanciones al hijo de Nicolás Maduro, en un esfuerzo de Washington para obligar al líder venezolano a dejar el poder.
El Secretario del Tesoro de los EE. UU. Steven Mnuchin declaró en un comunicado que la medida se tomó por la muerte de un capitán de corbeta de la Armada que se encontraba detenido y que habría sido torturado.
“El arresto por motivos políticos y la muerte trágica del Capitán [de Corbeta] Rafael Acosta fue injustificado e inaceptable”, dijo Mnuchin.
El militar fue arrestado en junio, acusado de conspiración para asesinar a Maduro. Murió ocho días después durante su detención y el fiscal general de Venezuela declaró que dos funcionarios de la agencia de contrainteligencia fueron acusados de homicidio.
Funcionarios del Departamento del Tesoro dijeron que cuando Acosta compareció ante la Corte después de su arresto “mostraba signos de abuso físico: fue presentado en silla de ruedas y no pudo hablar”.
Desde la institución agregaron que a pesar del arresto de dos de los funcionarios de la agencia que estarían involucrados en su muerte, esta “es solo la muestra más reciente de brutalidad llevada a cabo por una agencia famosa por sus métodos violentos”.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Michelle Bachelet dijo que estaba “conmocionada por la presunta tortura del Capitán [de Corbeta] Acosta Arévalo, y que el trato al que fue sometido mientras estaba en custodia puede haber sido la causa de su muerte”.
Las recientes medidas de los EE. UU. tienen lugar mientras Maduro se esfuerza por consolidarse en el poder, después de lo que Caracas consideró un golpe de Estado infructuoso encabezado por el líder opositor Juan Guaidó, quien fue reconocido por Washington y otros 50 países como el líder legítimo de Venezuela.