El Partido Comunista de China (PCC) muestra un patrón de retención, manipulación y falsificación deliberada de datos oficiales del gobierno, diseñado para restringir la información a observadores externos e inflar artificialmente su reputación y su posición global, reveló el Informe de Transparencia de China 2024, del laboratorio de ideas The Heritage Foundation (THF), con sede en Washington.
“Si bien algunos datos pueden verificarse con alguna precisión, como las cifras comerciales o los activos militares, el PCC restringe deliberadamente una amplia gama de datos”, dijo el 12 de marzo a Diálogo Andrés Harding, asistente de investigación del Centro de Estudios Asiáticos en THF y uno de los autores del informe. “Esto es especialmente cierto con la información sobre derechos humanos, ya que el PCC intenta encubrir, por ejemplo, su genocidio de las minorías musulmanas en la Región Autónoma Uigur, de Xinjiang”.
Los investigadores identificaron este patrón deliberado en ocho sectores clave: economía, operaciones de influencia, ejército, inversiones en el extranjero, política, tecnología, energía y medio ambiente. Aunque subrayan que todas las administraciones gubernamentales enfrentan desafíos de transparencia, las dificultades presentadas por el PCC son “particularmente alarmantes”.
“La naturaleza del sistema comunista chino exacerba la falta de transparencia. Como el control es su máxima prioridad, el PCC se beneficia al reprimir los datos que no coinciden con sus narrativas”, advierte el documento.
Los investigadores comprobaron que el PCC restringe intencionadamente el acceso público a datos políticos y económicos, para que los observadores dependan más de especulaciones e informes sin fundamento, de supuestos “miembros del partido” que hablan con los medios.
Cuando los inversionistas esperaban tener más claridad sobre la hoja de ruta económica de China para el 2024, el responsable de la economía china, el primer ministro Li Qiang, canceló la conferencia de prensa anual al cierre de la sesión de la Asamblea Popular Nacional. Esta es la primera vez que ocurre en 30 años, cerrando el único espacio medianamente libre, para que periodistas conversen con el alto funcionario chino, informó el 4 de marzo el periódico colombiano El Tiempo.
“El Gobierno chino publica menos estadísticas, datos censales y documentos políticos, volviéndose cada vez menos transparente no sólo para su audiencia nacional, sino también para los analistas extranjeros”, dijo a Diálogo Kara Němečková, analista de Observadores de China en Europa Central y Oriental, el laboratorio de ideas que monitorea las actividades chinas desde Praga, República Checa. “La restricción del acceso a la información por parte de Pekín está relacionada con la tendencia a la titulización, donde cada vez más asuntos están sujetos a la seguridad nacional.
Otra de las áreas donde THF identifica graves lagunas en los datos proporcionados por Pekín está relacionada con las operaciones de influencia. Estas buscan modificar percepciones populares a través de una gran variedad de herramientas, que van desde redes sociales y programas culturales hasta operaciones psicológicas militares, destacó el 28 de enero la cadena de noticias Infobae.
Las operaciones de influencia del PCC podrían estar más enfocadas a las naciones dónde existe acceso limitado a los medios de comunicación internacionales y a una exposición significativa a los medios estatales chinos y sus afiliados, señala THF. Por ello, los investigadores consideran fundamental ayudar a esos países a contrarrestar la influencia china, ya que tienen peso en el contexto de acuerdos multilaterales.
Al explorar el tema medioambiental, China destaca por haber incumplido su objetivo de reducir gases altamente nocivos para el planeta durante 2023. Su actividad energética aumentó 5,2 las emisiones de carbono, reveló un informe del 22 de febrero de Carbon Brief, el centro de estudios del medio ambiente del Reino Unido.
“Si bien China afirma ser un líder mundial en cuestiones ambientales, nuestro Informe señala cómo China subestima su consumo de carbón en sus estadísticas gubernamentales oficiales y continúa construyendo nuevas centrales eléctricas de carbón”, sostiene Harding. “Este enfoque es parte de la estrategia del PCC para presentarse como un socio global, cuando en realidad está contribuyendo, en gran medida, a los problemas que dice estar tratando de resolver”.
“China controla la narrativa y su imagen en el exterior”, agrega Němečková. “Por ejemplo, Pekín restringe la información cuando presenta una imagen poco halagadora de su economía y sus perspectivas de desarrollo”.
La falta de transparencia que permea en las inversiones extranjeras procedentes de China también es motivo de preocupación pues, según THF, sirven como medio para alcanzar los objetivos del PCC. Aquí destacan el caso de Huawei, cuyas tecnologías representan importantes riesgos a la seguridad, ya que otorga al PCC acceso a sistemas críticos.
Uno de los países más recientes en frenar su participación en licitaciones para el desarrollo de 5G fue Costa Rica, pues China no es firmante del convenio sobre ciberdelicuencia, conocido como el Convenio de Budapest, enfatizó el 9 de marzo el medio costarricense CRHoy.
“Hay preocupación ante la perspectiva de que China acceda a los datos personales de ordenadores y teléfonos móviles, vigile a través de los circuitos de televisión y se inmiscuya en los dispositivos inteligentes de los hogares”, escribió en el portal cubano 14 y medio Tenzin Dalha, investigador en el laboratorio de ideas Instituto de Política del Tíbet, con sede en la India. “China perfecciona una vasta red de tecnologías de sensores en tiempo real como drones, teledetección y localización por GPS, junto con la extracción de datos y la implantación de un nuevo sistema de crédito social. Estas tecnologías dotan al Estado de poderes de vigilancia sin precedentes”.
“Ya sea en materia de energía y medio ambiente, o de economía y derechos humanos, el PCC es extremadamente deliberado en cuanto a qué información pone a disposición y qué información suprime”, enfatiza Dalha. “No nos equivoquemos. La retención, manipulación y falsificación de datos por parte del PCC es deliberada”.