El Gobierno de China está aumentando su presencia en Latinoamérica a través de diversas inversiones, como puertos de aguas profundas, energía y recursos mineros, entre otros ámbitos claves, según un estudio realizado en febrero por el laboratorio de ideas Atlantic Council, con sede en Washington.
“China impulsa una agenda estratégica guiada por sus intereses económicos, geopolíticos y energéticos”, dijo el 11 de marzo a Diálogo Sergio Cesarin, coordinador del Centro de Estudios de Asia Pacífico e India, de la Universidad Nacional de Tres de Febrero de Argentina. “Los avances de China en Latinoamérica son en áreas críticas como infraestructura estratégica, inversiones en tecnologías sensibles, puntos logísticos, y en el campo militar y de la defensa”.
Clementine Starling, directora del Programa de Defensa Avanzada del Atlantic Council, expresó que las compañías chinas en el extranjero son ampliamente subsidiadas por el Gobierno de Pekín. “Esto permite que esas empresas ofrezcan precios más bajos que sus competidores, lo cual es parte importante del problema”, aclaró.
Por su parte el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) presentó recientemente, un informe donde expuso el impacto negativo de China en la democracia en Latinoamérica y el Caribe.
“El estudio contempla 13 casos en países de la región, donde los expertos a cargo encontraron a China como el principal o el segundo socio económico-comercial”, reporta Infobae. “Esto es sólo el principio y una fachada, ya que con el tiempo las naciones se vuelven dependientes del país asiático, que concentra su poder en aislar a los Estados de la esfera internacional y aumentar su dominio sobre ellas”.
“Los vínculos se expanden a través de una serie de mecanismos que facilitan la propagación del modelo de autoritarismo, entre los que destacan su influencia en los medios de comunicación, educación, seguridad y diplomacia”, complementa.
Empresas chinas invierten por ejemplo en la construcción de carreteras, creando una dependencia. En caso que ese Estado no pueda afrontar las deudas de los créditos, China exige recursos naturales estratégicos, como pueden ser zonas de minerales, yacimientos petroleros o la explotación de una región portuaria, abundó Cesarin.
“La estrategia que China promueve desde hace años es controlar en el planeta los puertos, ferrocarriles, aeropuertos, represas, minerales y telecomunicaciones, entre otros sectores estratégicos, dice Cesarin. “Los productos que también le interesan son la soja de Argentina, el cobre de Chile y Perú, el petróleo de Venezuela, y los recursos ictícolas de los atlánticos Sur y Pacifico”.
“Además, busca aumentar su capacidad espacial y ya tiene una red de antenas estratégicamente dispuestas en Latinoamérica, para supuestamente colaborar en la navegación satelital. Pero son de uso dual, pues pueden servir en operaciones de misiles, controles de estaciones espaciales y seguimientos en comunicaciones estratégicas”, agregó Cesarin.
Entre las preocupaciones se encuentra la estación Espacio Lejano, con su antena de 35 metros de diámetro en la región argentina de la Patagonia, que está gestionada por China Satellite Launch and Tracking Control General, dependiente del Ejército Popular de Liberación.
Además refuerza su estrategia antártica, ya que tiene cinco bases en el continente blanco, sumando la Estación Qinling, inaugurada el 7 de febrero. “Tienen interés en construir un puerto en la provincia argentina de Tierra del Fuego. La mirada de China hacia el Atlántico Sur, que ellos denominan océano azul, tiene como fin la planificación de la pesca, la Antártida, y los corredores bioceánicos”, advierte Cesarin.
“Por naturaleza China es un socio complicado, difícil; generalmente busca los mejores resultados para su país y no para los lugares donde invierte”, alertó al diario argentino Perfil Evan Ellis, profesor de Investigación sobre América Latina, en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de los EE. UU.
Otra área en la que China intensifica sus intereses es el acaparamiento del litio, intensificando inversiones en Sudamérica para adquirir este metal, para su aplicación en la industria electrónica y automotriz, recordó Cesarin.
Según el Servicio Geológico de los EE. UU., Bolivia posee las mayores reservas de litio del mundo, con 21 millones de toneladas; seguido por Argentina, con 19,3 millones; y Chile con 9,6 millones.
“Debemos tener mucho cuidado, estar alerta y mantener un discurso públicamente abierto sobre los riesgos de China. Entre esas amenazas está la penetración digital y la debilidad de [algunos] países, para tomar decisiones soberanas en sus propios intereses, basado en líderes no comprometidos”, remarcó Ellis.