El grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) viene perpetrando una serie de delitos, principalmente en la región norte del país. El pequeño grupo se creó en 2008, pero parte de sus miembros actuales operan delictivamente en forma clandestina desde la década de 1990, representando al brazo armado del partido político de extrema izquierda Patria Libre.
Al EPP se le acusa de tener vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). “Se inspiraron en las FARC que los entrenaron, y ahora también se dedican al narcotráfico, además de reclutar niños y adolescentes”, comentó a BCC Brasil una fuente gubernamental.
Al igual que las FARC, el EPP suele difundir videos en donde sus integrantes aparecen vestidos de soldados, siempre con sus rostros parcialmente cubiertos y empuñando armas. En uno de estos videos, que circuló a principios de septiembre de 2020, aparecen menores con armas de guerra en sus manos. Según las fuerzas de seguridad paraguayas, ya identificaron a 11 jóvenes que participan en actividades del PPE, desde adolescentes de 17 años hasta niños de 11.
En 2013, el Gobierno paraguayo creó la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), un equipo especial de policías y militares para combatir al EPP. Luego que se difundieron los nuevos videos, también se conformó una comisión para investigar específicamente la participación de jóvenes con el grupo criminal. Según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Gobierno paraguayo “redoblará sus esfuerzos para combatir todo tipo de organización criminal vinculada a la explotación y el uso de niños y adolescentes con fines ilícitos y delictivos”.
En lo que respecta al nexo con el narcotráfico, la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay (SENAD) reveló que el EPP mantiene relaciones con la principal facción brasileña Primer Comando de la Capital (PCC). Según las investigaciones de la SENAD, que surgieron en septiembre, narcotraficantes del PCC pagan a criminales del EPP a cambio de que protejan sus cultivos de marihuana en el norte de Paraguay, y brinden seguridad en las rutas por las que ingresan drogas y armas a Brasil.
El secuestro como forma de presión
El 9 de septiembre, el EPP secuestró al exvicepresidente de Paraguay Óscar Denis y a su asistente Adelio Mendoza. Al exvicepresidente lo abordaron hombres armados cuando conducía su auto en el estado de Concepción, a unos 400 kilómetros de Asunción, la capital paraguaya. Este delito se suma a docenas de secuestros realizados por los criminales.
Una semana antes, el 2 de septiembre, el EPP había sido blanco de un operativo de la FTC, que desmanteló uno de los principales campamentos del EPP en las proximidades del lugar en donde fue secuestrado el exvicepresidente. Inmediatamente después de la operación, las fuerzas del FTC encontraron los cuerpos de dos niñas de 11 años en el lugar de la operación. Se está llevando a cabo una investigación para determinar cuándo y por quién fueron asesinadas las niñas, y si eran menores soldados del EPP o menores víctimas.