Además de la falta de alimentos, medicinas y otras necesidades básicas, salir a comer en restaurantes se ha convertido en algo que solo unos pocos pueden pagar.
Imagine que entra a McDonald’s y ve que la “Cajita feliz” cuesta más de lo que gana por mes. Esta fue la inverosímil situación que vivió Jesús Yepez a fines de marzo. Los precios lo sorprendieron tanto que envió una foto del menú al portal de noticias estadounidense INSIDER.
El contenido de la “Cajita feliz” puede variar un poco, pero casi siempre tiene una hamburguesa, papas fritas, una bebida y un juguete infantil. La foto muestra que cuesta 18 500 bolívares, un precio bastante más alto que el salario básico de Venezuela en este momento. Desde entonces, se estableció el precio de 40 000 bolívares soberanos (casi USD 4, según el sitio web Currency Converter el 14 de mayo de 2019), una cantidad que habrá cambiado cuando se publique este artículo, dada la galopante inflación que vive el país.
Tratando de ser feliz
Yepez compraba un helado para su hija cuando vio el precio y decidió tomarle una foto. “Con todo lo que ha ocurrido durante la crisis, lo único que puedo hacer es tratar de ser feliz”, dijo el arquitecto en referencia a la sonrisa dibujada en el empaque de la “Cajita feliz”. Además de la foto que envió al sitio web, escribió en su email que ese restaurante estaba prácticamente vacío por lo caro que resulta salir a cenar en Venezuela, no solo en McDonald’s, sino en cualquier restaurante del país.
Jesús Yepez también publicó en su cuenta de Instagram la foto de un “árbol” hecho de bolívares, con billetes del juego de mesa Monopoly en lugar de hojas. “A la gente aquí le gusta bromear que nuestro dinero vale tanto como en el Monopoly, lo que significa que no vale absolutamente nada”, indicó. La hiperinflación del país, que ha sido un problema constante durante el régimen de Nicolás Maduro, redujo el valor del bolívar a casi cero.
Trueques e intercambios
Aunque el bolívar perdió el 99 por ciento de su valor desde 2013, cuando Maduro asumió la presidencia, los venezolanos hacen lo que pueden para sobrevivir. Según un informe del diario británico The Guardian, la gente practica el trueque e intercambia productos y servicios entre sí, además de monedas que no sean el bolívar en sus transacciones financieras.
La situación es tan crítica que suele verse gente escarbando la basura en busca de comida en las calles de Caracas y en otras ciudades de Venezuela, según muestran las redes sociales. Una publicación de Stephanie Vita Marcelot en Instagram muestra a varias personas recolectando toda el agua posible que se escurre de un tubo roto de un sistema de desagüe.
Stephanie Marcelot dijo que la gente está desesperada, ya que se cortó el suministro de agua corriente en sus hogares desde hace unos días. “El agua parecía limpia aunque sale de cañerías conectadas al contaminado Guaire”, explicó la venezolana en referencia al pequeño río que atraviesa algunas calles de Caracas. Varias publicaciones de redes sociales dicen que estas interrupciones de servicio, no solo de agua sino también de electricidad e internet, son constantes y más una regla que una excepción en el país, cuyos servicios y mantenimiento médico se deterioran día a día.