El Ministerio de Asuntos Exteriores de China pidió a Australia que deje de cobijar a fugitivos y “deje de prestar apoyo a elementos contrarios a China”.
En Canberra, la ministro de Asuntos Exteriores de Australia Penny Wong, manifestó su preocupación por las órdenes de detención de dos defensores de la democracia de Hong Kong afincados en Australia. Beijing les acusa de “actividades antichinas destinadas a desestabilizar Hong Kong”.
Ted Hui es un antiguo miembro del parlamento de Hong Kong que ahora vive en Adelaida, en el sur de Australia. Él y otros siete activistas abandonaron el antiguo territorio británico después que China impusiera una ley de seguridad nacional en 2020, tras las protestas prodemocráticas.
China ofrece una recompensa de más de USD 125 000 por cada uno de los ocho activistas. El jefe ejecutivo de Hong Kong John Lee, advirtió que serían “perseguidos de por vida”.
Hui declaró a la Australian Broadcasting Corp. el 5 de julio, que la orden de detención no afectaría su seguridad personal y que era un intento de China de amordazar la disidencia en el extranjero.
“Es el gesto político que quieren hacer”, afirmó Hui. “Quieren sembrar este terror blanco para que todos los que están en el extranjero defendiendo la libertad de la democracia, se callen y no los critiquen más”.
Los ocho activistas prodemocráticos residen en Australia, Estados Unidos y Gran Bretaña. Ninguno de estos países tiene tratados de extradición con China.
El Departamento de Estado de los EE. UU. Declaró, el 4 de julio, que las órdenes de detención de China sientan “un peligroso precedente, que amenaza los derechos humanos y las libertades fundamentales de personas de todo el mundo”.
Australia hizo eco a estas declaraciones.
“La libertad de expresión y de reunión son esenciales para nuestra democracia, y apoyaremos a quienes ejerzan esos derechos en Australia”, declaró Wong el 3 de julio.